miércoles, 10 de agosto de 2022

EL ENCUENTRO DE LEÓN MAGNO CON ATILA

Este fresco de Rafael, en la Stanza di Eliodoro, representa el triunfo de la Iglesia frente a los bárbaros.

Por: Redacción | Fuente: Varios

El encuentro de León Magno con Atila es un fresco del artista Rafael Sanzio, aunque se nota en esta obra la mano de sus ayudantes Panni y Giulio Romano. Fue pintado en 1513- 1514. Tiene una anchura en la base de 750 cm. Es uno de los frescos de la Sala de Heliodoro (Stanza di Eliodoro), una de las habitaciones que hoy en día son conocidas como las estancias de Rafael, ubicadas en el Vaticano y que forman parte de los Museos Vaticanos.

Representa el triunfo de la Iglesia, representada por el papa León el Grande, frente a los bárbaros, en ese caso, Atila, que amenazaban su propia sede en el año 452. El papa lleva una escolta de cardenales a caballo y logra la retirada de los hunos en el río Mincio, cerca de Mantua. Incluye las figuras legendarias de san Pedro y san Pablo en el cielo sosteniendo espadas. Esta representación de la Liberator Romae es una clara alusión a las luchas del Papado contra Francia.

En segundo plano, a la derecha, aparece una agitada multitud que transmite dinamismo al cuadro. Atila se encuentra en el caballo negro, casi en el centro del cuadro (es difícil de distinguir por cómo está trabajada la composición, con grandes contrastes que generan las diferentes actitudes y posturas del sequito de Atila) y se ve sorprendido por la presencia de los príncipes de los apóstoles, San Pedro y San Pablo.

El encuentro entre León Magno y Atila es el último fresco realizado en esta sala y fue terminado tras la muerte de Julio II (pontífice desde 1503 hasta 1513), durante el pontificado de su sucesor León X (pontífice desde 1513 hasta 1521). De hecho, este último aparece dos veces en la misma escena, retratado debajo de los restos mortales del papa León Magno y como cardenal. Es interesante constatar que Rafael representó primero a León I con la cara del papa Julio II, con barba, pero después de la muerte de éste, Rafael cambió la pintura para que se asemejara al nuevo papa, León X.

Según la leyenda, la aparición milagrosa de San Pedro y San Pablo, armados de espada durante el encuentro entre el Papa León Magno y Atila (452 d.C.), hizo desistir al rey de los Unos de invadir Italia y marchar sobre Roma. Rafael ambienta el episodio a las puertas de Roma, la cual se reconoce por el Coliseo, un acueducto, un obelisco y otros edificios, aunque el hecho histórico se produjo en realidad en el norte de Italia, cerca de Mantua.

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