A los 7 años el 3 de mayo de 1898 la bendita María Pierina de Micheli recibió a Jesús en su primera comunión. Recordando ese día con santa alegría muchos años después en 1943 ella escribió: "Vi al niño Jesús en el anfitrión. ¡El cielo en la tierra! Hoy, sólo por fe, sé que me ama"
Entonces comenzó una vida de gracias y visiones celestiales, junto con muchos sufrimientos en unión con Jesús. Un día mientras ella estaba orando en San Pedro en la iglesia de Sala (su parroquia local), Jesús en el crucifijo cobró vida y habló con ella. En otra ocasión a la edad de doce años, cuando ella estaba de nuevo en su Iglesia Parroquial durante el servicio de Viernes Santo a las 3pm, escuchó una voz que decía claramente:
"Nadie me da un beso de amor en Mi cara para enmendar el beso de Judas"
En su sencillez infantil, creyó que la voz era escuchada por todos y se dolió al ver que sólo se besaban las heridas pero no la cara. En su corazón exclamando, "Ten paciencia, querido Jesús, te daré un beso de amor", y cuando llegó su turno ella con amor y devoción imprimió un beso en su rostro. Y más tarde como novicia, se le permitió hacer adoración nocturna y en la noche entre el Jueves Santo y el Viernes Santo, y mientras rezaba delante de Jesús en el Crucifijo, le oyó decir: "Bésame"
La hermana María Pierina obedeció inmediatamente y sus labios no sintieron el contacto con la figura de yeso sino contacto con la carne viva del rostro de Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario