Amistad imprescindible.
Acabo
de leer en el periódico que los suizos están profundamente tristes. Tan tristes
que, a pesar de vivir en un país hermoso y con una economía saneadísima, son
cada vez más frecuentes los suicidios.
Se
han reunido en un congreso psicólogos, psiquiatras y sociólogos para atinar con
las raíces del problema. La conclusión, según el profesor Pestalozzi, es que los
«suizos están enfermos de soledad. La soledad es la
enfermedad nacional», ya que «en Suiza es más
fácil tener dinero que tener amigos»
¿No
será que hemos borrado a Dios del horizonte humano? ¿No será que abundando en
cosas no necesarias nos falta lo «único necesario»?
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