martes, 14 de agosto de 2018

LA VIRGEN SE APARECIÓ A UN NIÑO PARA QUE DIERA UN MENSAJE AL PAPA SOBRE SU ASUNCIÓN



En 1950 el Papa Pío XII se estaba preparando para promulgar el dogma de la Asunción de María. Él le estaba rezando a Dios por una señal, para confirmar que el dogma fuera voluntad de Dios. Ya hemos informado que Pio XII vio la “danza del sol” 4 veces: 30 y 31 de octubre, 1º y 8 de noviembre de 1950. Tomándolo como una señal de conformidad del Cielo con el dogma de la Asunción.

Pero el 1º de mayo anterior, tuvo una señal confirmatoria mucho menos conocida para el público en general.
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El Cardenal Montini, el futuro Papa Pablo VI, le presentó al Papa Pío XII a Gilles Bouhours, un niño de seis años.
Fue recibido en audiencia privada por el Sumo Pontífice para confiarle un “secreto”. que le mandó decir la Santísima Virgen.
“La Santísima Virgen María no murió; Ella ascendió al Cielo en cuerpo y alma”.
El 1º de noviembre de 1950, el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen María. Este artículo es un resumen de la corta vida del niño francés que murió de adolescente. Y también de las muchas apariciones que tuvo de la Santísima Virgen. La historia comienza con una aparición cercana que no fue aprobada por la Iglesia.

LAS APARICIONES DE ESPIS
El 22 agosto de 1946 Claudine y Nadine Combalbert estaban viendo un rebaño de gansos in Bois d’Espis.
De repente vieron a una “dama vestida de negro” con unos “adornos de vestido con margaritas.”
Al día siguiente  la “Dama” se aparece ante ellas dos de nuevo, y esta vez un tercer niño está presente. La noticia pronto se esparció a través del campo como fuego. Luego el 31 de agosto un hombre de cuarenta y un años también alega visiones de la Virgen quien dice presuntamente: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Un grupo de monjas también se ve involucrado. Y el lugar de repente se torna en un torbellino de fervor religioso. Se organiza una pequeña peregrinación. Pero el 12 de diciembre de 1946, Monseñor Théas, obispo de Montauban, dice en una correspondencia privada que estas apariciones “no son ciertas y que serían una ilusión”. Y el 4 de mayo de 1947, el prelado publicó un juicio oficial negativo y luego una ordenanza suspendiendo a todos los sacerdotes que fueran a Espis. Su sucesor, el obispo de Courrèges, creó una comisión de investigación el 1 de febrero de 1950.
Sus resultados son finales es que fueron “sugestiones y alucinaciones”, excluyendo cualquier posibilidad de un “origen sobrenatural” en los supuestos hechos.
El destino canónico de Espis no menoscaba la autenticidad del “pequeño Gilles” y de las apariciones, pero en cierto momento fueron confundidas ambas. La vida de Gilles comienza con un milagro de curación. Dios intervino muy temprano en la existencia de Gilles.

LA ENFERMEDAD DE GILLES A LOS 9 MESES
Gilles Bouhours nació en Mayenne, Francia, el 27 de Noviembre de 1944. Él fue el tercero de cinco hijos. Su padre, Gabriel Bouhours era un fontanero, y su madre Madeleine, ama de casa. A la edad de nueve meses, se le diagnosticó meningoencefalitis, una enfermedad con frecuencia fatal en aquella época. El doctor regional, Dr. Dives, les mandó con un especialista en Burdeos. Y el diagnóstico fue el mismo. En aquel año, la penicilina estaba apenas siendo probada. Para el pequeño Gilles en Francia no había realmente una medicina efectiva que combatiera la enfermedad.
Pero el bebé Gilles fue milagrosamente curado a través de la intercesión de Santa Teresa de Lisieux.
Una monja de Las Pequeñas Hermanas de los Pobres, amiga de la familia, les dio dos tarjetas con reliquias para colocar debajo de la almohada del bebé Gilles, mientras rezaban por su sanación. Una de las tarjetas era de Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1896). Y la otra era del Padre Daniel Brotier (1876-1936), de la Congregación del Santo Espíritu, un misionero en África y director de la Orphenlins Apprentis dÁuteuil (casa de huérfanos) en París. Pasaron tres noches sin notarse ninguna mejoría. En el cuarto día, al despertar hallaron a Gilles sin ningún dolor, respirando y comportándose normalmente, con la fiebre completamente desvanecida, sin ninguna explicación.
Un enrojecimiento en forma de Cruz era visible en cada uno de sus cachetes, explicaron sus padres más tarde.
Y otro extraño hecho llamó su atención. Encontraron la imagen del Padre Brottier intacta bajo la almohada del bebé Gilles. Pero la reliquia de Santa Teresa de Lisieux estaba extraviada, solamente se encontraron los hilillos rojos que sostenían el objeto. Para Madeleine y Gabriel Bouhours, esta era una señal de que la “pequeña Teresa” intercedió a Dios por la sanación de su hijo. Eventos posteriores en la vida de Gilles confirmarían esto.

EL COMIENZO DE LAS APARICIONES A GILLES
La Virgen María se le aparece al pequeño Gilles en septiembre de 1947 cuando la familia Bouhours estaba viviendo en Arcachon. El pequeño Gilles tenía dos años y diez meses y aparentemente no era diferente a otros niños de su edad. El 30 de septiembre de 1947, según dice, tuvo su primera aparición de la Virgen María.
El niño insiste en que la Virgen María le pidió a él ir al lugar llamado Espis (Francia) donde había reporte de apariciones un año antes.
Su padre estaba dudoso acerca de las visiones de Gilles, pero decide hacer un viaje para visitar el lugar, según fuera encomendado por la Señora. Una vez que llega a Espis le pide a uno de los supuestos videntes ir con él para confirmar o negar las palabras de su hijo. Y así fue que al atardecer del 30 setiembre de 1947, una de las niñas vino a la casa de la familia Bouhours para visitar al pequeño Gilles. De acuerdo a su testimonio, en el jardín de la casa de la familia ella vio a la Santísima Virgen con el aspecto de Nuestra Señora de Lourdes. Cuando el padre de Gilles y tres de sus hijos, incluyendo a Gilles llegaron, solamente el último supuestamente vio a la bella Señora. Él describe a María con una “capucha” significando que Ella está llevando un velo sobre su cabeza.

Además él declaró:
“Nuestra señora está en el agua. Ella corta el agua con un palo. Yo veo dos palos en el cielo.”
Se le pidió que explicara los “palos” y dijo: “Estos son como los palos”, usando sus manos para tratar de explicar lo que en realidad era una cruz. Y luego describió algo terrible: un “humo amarillo” surge en el cielo y la virgen “llora”. El 2 de octubre de 1947, Gilles ve a la Virgen “sangrando” abundantemente. “¿Te dio por hacer buu buu?” él le preguntó a Ella inocentemente. “¿Te caíste en unos palos? Aquí está mi pañuelo […]. Santísima Virgen, ven junto a mí, dame tu mano […] Mi padre y mi madre están acá” (refiriéndose a sus padres). La frescura y la simplicidad de tal diálogo infantil son similares a las apariciones de la Virgen María ante niños en otros lugares. Los días 4 y 6 de octubre, la Virgen aparece brevemente a Gilles. “¡Oh! ¡La Santísima Virgen” dice alrededor de las 5 de la tarde.  La aparición le pidió a él ir al bosque (de Espis) a rezar, en un lugar donde un “manantial” luego surgiría. A las 6:30 pm, la Señora se le aparece una segunda vez a Gilles, esta vez rodeada por cerca de treinta personas. La Señora le pide a él que le presente los rosarios que algunas personas le han dado a él, para que Ella los bendiga.
Y luego Ella también pide que esa gente rece junta una década del rosario por las intenciones al Sagrado Corazón de Jesús.
El día 13 (Fiesta de Fátima), Gilles va por primera vez a Espis. Y la Virgen María lo orienta hacia un lugar en el bosque donde un manantial empezaría a brotar. El 27 de noviembre de 1947, Gilles fue recompensado con otras apariciones breves. El 8 de diciembre de 1947 él ve una “gran cruz” en el cielo. Dos días después, el 10 de diciembre, Santa Teresa de Lisieux aparentemente se le aparece a él con una gran sonrisa. Y lanza flores hacia él, lo cual recuerda lo dicho por la Santa antes de su muerte, sobre que el cielo “hará llover flores”. El 13 de enero de 1948, en Espis, la Virgen se le apareció dos veces más y de nuevo le pide que ore constantemente al Sagrado Corazón de su Hijo. El 8 de febrero, el niño observa varias “cruces en el cielo”. Los peregrinos, curiosos y clérigos prestan gran atención al curso de los acontecimientos. El 10 de febrero, la familia Bouhours decidió ir en peregrinación a Lourdes. El pequeño Gilles no tiene ninguna visión en el santuario. Pero sabiamente observa que las representaciones de María son hermosas, pero infinitamente menos que sus apariciones. El 13 de febrero él presuntamente ve a María llorando “lágrimas de sangre” en el lugar del futuro manantial. Gilles luego le pide agua a su padre, y después de recibir un poquito de agua bendita en la palma de su mano, él abre su mano, y la gente puede ver como Gilles con su pequeña mano hace como que limpia algo en el aire.
De nuevo él pide agua, y la operación se repite otra vez como si Gilles estuviera limpiando la otra mejilla de la Virgen Santísima, tiempo durante el cual los presentes no dejaron de rezar.
La aparición finalizó cuando Gilles había supuestamente terminado de limpiar las lágrimas de la Virgen Santísima. Y al siguiente día Ella besa a Gilles tiernamente en otra visión. El 13 de marzo de 1948, Gilles declara “Yo abracé a la Santísima Virgen, pero no la besé”. Esa primavera de 1948 trajo algunos eventos notables. El 13 de abril  Gilles aparentemente ve a la Virgen María tres veces en Espis. Y luego en mayo él la ve en diferentes ocasiones, en su dormitorio y en el jardín de la casa. Así como lluvia de cruces.
El 4 de junio de 1948, Gilles le informa a su familia que la aparición dijo que Ella era la “Santa María, Madre de Dios”, y en junio 10 la “Santa Madre de las Gracias”.
El 13 de junio la familia, ansiosa por obedecer a las autoridades de la Iglesia, decidió no ir a Espis. Gilles recibió la orden interiormente. En junio 24 de 1948, él le dice a su madre: “Después del domingo la Virgen Santísima vendrá a verme en nuestro jardín. ¡Hoy no, Ella no tiene tiempo!” “¿Qué es lo que está haciendo Ella entonces?”, pregunta su madre. “Bueno, ¡Ella no está haciendo sopa! (aparentemente refiriéndose al quehacer de su madre del momento).
Ella pone flores en el cielo”.
A partir del 13 de julio, la aparición exige que ninguna misa se celebre en adelante en Espis, por obediencia a la Iglesia. El pequeño Gilles trata de transmitir el mensaje al sacerdote oficiante, en vano. Durante una aparición el 13 de agosto de 1948, una mujer le entrega a Gilles tres rosarios para que sean bendecidos por la Virgen María. Gilles se los regresa diciéndole que la Virgen no los bendecirá porque ellos ya están benditos. Y la mujer confirmó que si lo estaban, y que ella no se dio cuenta que la Virgen no podría bendecirlos. El 15 de agosto 1948, el niño de casi 4 años de tuvo esta visión:
“Veo un botón grande [la tierra] y, encima, una bestia grande, parecida a una lagartija con una cola grande y patas largas envolviéndolo.
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No muy lejos de ahí, veo a un caballero con plumas en su espalda.”
Sin siquiera saberlo, Gilles ha descrito, en una forma original, al Arcángel San Miguel y a la figura de satán influenciando a este mundo. En aquel día, María se vistió de azul pero sin velo, le pidió a él seguir la procesión organizada por los peregrinos de Espis y cantar. Las semanas que procedieron, la Virgen le encargó “muchas oraciones.” El 13 de octubre, la aparición le “reveló las luchas” dirigidas por el arcángel Miguel para el beneficio de las almas. El 13 de diciembre María le confió un “secreto” a Gilles para el Papa solamente. Su padre le pidió explicaciones, y el responde:
“Ella me dijo algo [para decirle al Papa] y si yo te lo digo serían dos pecados (dejando como conclusión que el secreto tal vez pudiera contener dos partes.)
Una cosa preocupaba a la pequeña mente de Gilles: ir a Roma donde vive “el que reemplaza a Jesús en la tierra” [el Papa]. De acuerdo con los testimonios, el niño participa de manera notable – en vista de su corta edad – en las celebraciones de Pascua. El 13 de mayo ve a la Virgen presente a lo largo del Vía Crucis y siente algunos de los dolores sufridos por Jesús. Ese día, se le pide que muestre a las personas presentes cómo la aparición bendice a la multitud reunida. Levantando la mano con una rara “majestad”, hace una señal larga y magnífica de la cruz y añade:
“¡No es difícil, es la Santísima Virgen quien me coge la mano!”.
El 12 de junio Gilles recibe su Primera Comunión en un clima de simplicidad y devoción. Durante el verano, Gilles continúa recibiendo apariciones y locuciones en el 13 día de cada mes, con dos visiones adicionales el 15 de agosto. El 13 de julio de 1949 durante una visión Gilles ofrece a la Santísima Virgen un par de palomas que una señora le trajo que fueran bendecidas por la Santísima Virgen. Gilles se las ofrece liberándolas, pero ellas no se escapan. Al contrario, el macho vuela alrededor del pie del altar, y atrapa una flor de unos 20 a 25 centímetros de largo, y sosteniéndola en su pico regresa volando a Gilles, arrullando y girando frente a él, y luego finalmente la suelta en frente de él. El 13 de noviembre de 1949, la Virgen, después de orar por todos los enfermos, le dijo: “Pequeño Gilles, debes ir a Roma a ver al Papa”.

VIAJES A ROMA
Se organiza un primer viaje a Roma. A pesar de las dificultades financieras, Gilles y su padre consiguen ir. El 12 de diciembre de 1949, fue la primera audiencia (semi-privada) con Pío XII.
Pero ese día el niño no habla porque no está solo con el Papa, como la Virgen le había recomendado.
Por lo tanto, se debe organizar un segundo viaje. Pero poco después, una “mala” noticia llega a la familia por correo: las autoridades diocesanas que se han pronunciado sobre Espis, y el Santo Padre no puede conceder una segunda audiencia a Gilles. Ocho días más tarde, después que la aparición pidió nuevamente a Gilles ir al Vaticano para informar al Papa del “secreto”, todos los problemas parecen desaparecer misteriosamente. Gilles y su padre se van. Esta vez, Pío XII cambió de opinión y aceptó recibir al niño en audiencia privada y secreta el 1º de mayo de 1950. El 1º de mayo de 1950 el Papa Pío XII recibe a Gilles en una audiencia privada, con tan solo cinco años de edad sólo Gilles y el Soberano Pontífice presentes. El padre de Gilles describe la escena en una forma pintoresca: “Cerca de las 10:30 am, entramos al Vaticano, donde los prelados de su Santidad nos llevan a una habitación. Un Obispo dice ‘ponga al niño en la silla. Lo dejaremos a solas con el Santo Padre’”. Los prelados se retiraron y Gilles se quedó solo con SS Pío XII. Gilles, regocijándose, aplaudió y gritó: “¡Viva el Papa!”. Después de la audiencia el pequeño revelará su secreto a varias personas. El 10 de junio, un periodista del Giornale d’Italia publicó un artículo titulado: “Un pequeño francés de cinco años habla al Papa.

Este artículo cita el famoso “secreto” de Gilles:
“La Santísima Virgen no está muerta; ella ascendió al cielo en cuerpo y alma”.
Otras personas notables se encontraron con el “Pequeño Gilles” con ocasión de este viaje a Roma, particularmente el Pbro. Gabrielle Roschini, muy conocido por ser un gran mariólogo y profesor de la Universidad Laterana, y experto del Concilio del Vaticano II. Al momento de encontrarse con Gilles era uno de los encargados de preparar el texto dogmático de la Asunción. De acuerdo a varias fuentes bien informadas, se reportó que el Papa Pío XII había pedido a Dios una señal para confirmar que el dogma de la Asunción estuviera de acuerdo con la voluntad de Dios.

GILLES CONTINÚA CON LAS APARICIONES Y HACE SU PASAJE
De 1950 a 1958, Gilles seguirá viendo a la Virgen a intervalos regulares. El hermano de Gilles nos da una breve idea de lo que el “pequeño Gilles” era durante su niñez: “Él, a menudo, se hacía presente para aceptar cualquier sacrificio, pequeño o grande, de tal manera que siempre pudiera servir a la Santísima Virgen o al Pequeño Jesús”.

El 13 de mayo de 1950, él anunció:
“El 13 de junio debo portar un alba blanca, y tendré que caminar descalzo, tal como el Pequeño Jesús, por la conversión de los pecadores”.
De hecho, las fotografías de los periódicos han inmortalizado este momento. El 15 de agosto de 1954, la Virgen le declara: “Yo soy la Reina del Salvador. Puedes decirle al sacerdote” El 5 de noviembre 1954, durante un Misa en honor al Sagrado Corazón, el niño ve a la Virgen María hacer reverencias en el momento de la Consagración. Los 13 de enero, febrero y marzo de 1955, “relucientes rayos dorados emergieron de las manos unidas” de la aparición. El 20 de marzo de 1957 Gilles entristece porque la Señora le dice: “Gilles, pronto no vendré a verte más”. El 15 de agosto 15 de 1958, la Virgen se le apareció por última vez. Un año y medio después Gilles pasó a la vida eterna el 26 de febrero de 1960. Él tenía 15 años. Murió después de una breve enfermedad de 48 horas. Algunos médicos dijeron que fue una crisis de uremia, mientras otros decían que fue asma aguda, pero no hubo una explicación precisa. Una cosa notable sucedió al momento que Gilles entregó su alma a Dios.
Una bandada de aves de toda clase sobrevolaron la ventana de su cuarto y compusieron piando una melodía, que duró por unos pocos momentos.
Lo suficiente para que la gente alrededor de la cama de Gilles estuviera fascinada y asombrada por la visión. Hubo de hecho muchas apariciones más de las que fueron recabadas aquí. La Santísima Virgen María se le apareció a Gilles más frecuentemente; hubo algunas ocasiones en que Ella estaba sosteniendo al Niño Jesús en sus brazos, y es por esto que Gilles se refería a Jesús como “Pequeño Jesús”. Él también tuvo visiones de San José, Santa Teresa de Lisieux, Santa Bernadette acompañando a la Santísima Virgen en diferentes ocasiones. Cuando él vio Ángeles, los describió como vestidos de blanco, azul o rosado.

Fuentes:

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