viernes, 20 de abril de 2018

LA ABURRIDA VIDA DEL CURA DE PUEBLO. HOY CUATRO MISAS Y UN ENTIERRO



A punto de salir corriendo. Hay días en que las cosas se complican y hay que afrontarlas con el mejor espíritu.
Comienzo con misa en una residencia de ancianos. A media mañana, entierro con misa, evidentemente. Por la tarde, exposición del Santísimo seguida de misa en uno de los pueblos y misa funeral a continuación, en otro. Cuatro misas y entierro. Como ven, puro entretenimiento.
Al llegar a los pueblos gente hubo, de buenísima voluntad, que me sugirió mil cosas para entretenerme: cursos on-line, hobbies diversos, esas cosas. Ya saben: es que en los pueblos te vas a aburrir. Ni mucho menos. Es otra forma de trabajar, pero de aburrimiento nada de nada. Hay días que todo lo contrario.
Si quieren comenzamos por lo material. Tres templos parroquiales, uno hasta con un pequeño museo, una ermita, una casa de convivencias y la casa parroquial. Imaginen: limpieza, mantenimiento, mejoras, orden en las cosas. Algunas propiedades rústicas que es necesario conocer y administrar correctamente.
Luego tenemos lo administrativo: tres contabilidades, tres archivos parroquiales. Muchas cosas las que se pueden hacer con el archivo: mantener al día, organizar, indexar libros, sacar notas curiosas. La contabilidad, con poco que sea, lleva sus ratillos. ¿Papeles? ¿Correspondencia? No lo saben bien…
Ahora viene lo pastoral. Porque uno entiende que su tarea es llevar a todas las personas a Cristo, y eso es una labor que no acaba en dos días. Empezar por atender los templos pastoralmente: misas, exposición del Santísimo, confesionario, oración. Ofrecer posibilidades de acercar a la gente a la iglesia aprovechando religiosidad popular o cualquier otro acontecimiento. Cuidar la liturgia con mimo. Preparar fiestas populares. Atender a los poquitos niños. Reunirse con las incipientes juntas parroquiales, y si no hay, siempre tendremos algunas personas más cercanas con las que pensar y revisar cosas. Estar atento a las necesidades materiales de las familias. Pasear por cada pueblo, visitar familias, saludar gente, acudir a la cabecera de los enfermos. Inventar, sugerir, pensar posibilidades pastorales.
Finalmente, uno tiene su propia parroquia virtual pero muy real. Eso incluye la redacción y el envío semanal de “El serranito”, ese correo que va consiguiendo cada vez más suscriptores, pero sobre todo es mantener el blog, escribir, moderar comentarios, responder correos, atender cuestiones de los feligreses virtuales.
Añadan cuidar la casa, hacer la compra, poner la lavadora, tender y planchar, y atender al buenazo de Socio, que agradece un paseo y un rato de juego.
Ahora van y me dicen que lo de ser cura de pueblo, aunque sea de tres o cuatro pueblos, es una cosa aburrida. ¿Seguro? De momento no he tenido tiempo de ello. Ya iremos viendo.
Oiga. D. Jorge, pero no serán cuatro misas diarias… No, pero cada día tiene su afán… 
Jorge

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