lunes, 10 de octubre de 2016

SIGNOS



 "La multitud seguía juntándose alrededor de Jesús, y él comenzó a decirles:
– La gente de este tiempo es malvada. Pide una señal milagrosa, pero no se le dará otra señal que la de Jonás. Porque así como Jonás fue señal para la gente de Nínive, así también el Hijo del hombre será señal para la gente de este tiempo. En el día del juicio, cuando se juzgue a la gente de este tiempo, la reina del Sur se levantará y la condenará; porque ella vino de lo más lejano de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y lo que hay aquí es más que Salomón. También los habitantes de Nínive se levantarán en el día del juicio, cuando se juzgue a la gente de este tiempo, y la condenarán; porque los de Nínive se convirtieron a Dios cuando oyeron el mensaje de Jonás, y lo que hay aquí es más que Jonás."

Los contemporáneos de Jesús le pedían signos. No supieron ver que Él, su vida, era el signo. Su muerte y resurrección eran la señal del Hijo del hombre.
Hoy también pedimos signos. Tenemos a nuestro alrededor los Signos de los Tiempos. ¿Sabemos leerlos? ¿Leemos la vida en clave espiritual? ¿Nos interpelan las personas que nos rodean?
La Iglesia y nosotros, los cristianos también debemos ser signos. ¿Acercamos o alejamos a los hombres de Dios? ¿Vivimos nuestra Fe de manera que se transparente hacia los demás? ¿Pueden decir de nosotros, como de los primeros cristianos, mirad cómo se aman?


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