viernes, 28 de octubre de 2016

CÓMO RESPONDER A LA IDEA DE QUE JESÚS NO ERA DIOS


Los contrarios a la divinidad de Jesús arguyen que ni él mismo se la adjudicó.
Es cierto. En la Biblia no hay ningún pasaje en que Jesús haya dicho directamente que era Dios.
Los no cristianos dicen que eso es algo que sus discípulos más tarde le atribuyeron a él.
Sin embargo Jesús dijo claramente que Él era Dios según como se aludía en aquella época a Dios.
Esta mala interpretación produjo la herejía del arrianismo dentro del catolicismo.
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Que si bien fue condenada formalmente por la Iglesia como una herejía, aún subsiste dentro de la estructura eclesial disfrazada con otros ropajes.
NO ES CIERTO QUE JESÚS NO DIJERA QUE ERA DIOS; ÉL LO DIJO CLARAMENTE
Una está en Juan 8:58:
“Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy’”
Un día Yahvé se apareció a Moisés en medio de una zarza ardiendo diciendo:
“Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.
He visto la aflicción de mi pueblo, he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos.
He bajado para librarlo de la mano de los egipcios y para subirlo de esta tierra a una tierra buena y espaciosa” (Ex 3,6-8).
Y le envió a comunicarles a los israelitas que debían exigir su libertad al faraón.
Entonces Moisés le planteó a Dios esta pregunta:
“Si voy a los israelitas y les digo “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros”, y ellos me preguntan: “¿Cuál es su nombre?”, ¿qué les responderé?”
Dios le dijo:
“Yo soy el que soy (Yahvé)” (Ex 3,13-14).
En esta escena Dios reveló por primera vez su nombre propio que viene a significar: Yo soy el único existente, el que está más allá de todo pero actúa en la historia humana para conducirla a su fin.
Esta sería una respuesta correcta a la duda de si Jesús dijo alguna vez que era Dios.
Porque para la costumbre Judía de entonces, decir “Yo Soy”, significaba decir claramente y como con un megáfono “Soy Dios”.
Por desgracia, algunos escépticos no aceptan estos como una identificación divina de Jesús porque usan los códigos de significación lingüística de esta época.
Miremos un ejemplo más tomando el Evangelio de Marcos, ya que la mayoría de los estudiosos del Nuevo Testamento creen que fue el primero escrito.
LA CURACIÓN DEL PARALÍTICO
Considera la curación del paralítico en Marcos 2: 1-12, que también se registra en Mateo y Lucas (Mateo 9: 1-8, Lucas 5: 17-26).
Todos ellos coinciden en tres puntos esenciales que se refieren a la afirmación de Jesús de ser Dios:
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– Jesús dice que tiene el poder de “perdonar los pecados.”
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– Los escribas le acusan de blasfemia en el secreto de sus corazones, sin hablarlo, y Jesús lo supo.
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– Jesús se identifica a sí mismo como el “Hijo del Hombre”.
¿Por qué los escribas acusaban a Jesús de blasfemia?
Afirmaban que hacía lo que sólo Dios puede hacer, perdonar los pecados.
Esta es la razón por la que los escribas lo cuestionan en sus corazones.
“¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?” (Marcos 2: 6).
Pero también es interesante observar que mientras que Jesús reclama tener el mismo poder que Dios para perdonar los pecados, está manifestando otra potencia divina: el poder de leer los corazones (ver Jeremías 17:10, 1 Reyes 8:39).
Jesús no da marcha atrás de la acusación de blasfemia. No se defiende.
En su lugar, afirma que los pensamientos los escribas relativos a su afirmación divina diciendo:
“para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados… toma tu camilla y vete a casa”
La respuesta de Jesús es significativa no sólo porque valida su afirmación con un milagro, sino también porque se refiere a sí mismo como “el Hijo del hombre”.
Este es otro indicio de la narrativa que sugiere que Jesús pretende ser Dios.
El “Hijo del Hombre” es una alusión a la figura de Daniel 7:13 que la describe como “uno como un hijo de hombre” que viene “con las nubes del cielo”.
En primer lugar, Daniel lo describe como “viniendo sobre las nubes”.
Según el Antiguo Testamento, esto es algo que sólo Dios hace (ver Jeremías 4:13).
En segundo lugar, Daniel no dice “Él es un hijo del hombre”, sino es “como un hijo del hombre”.
Él parece ser una figura meramente humana, pero en realidad es un ser celestial.
Por lo tanto, vamos a recapitular.
(1) Jesús reclama perdonar los pecados y los méritos de la acusación de blasfemia.
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(2) Lee los corazones de los escribas, que es un poder que le pertenece a Dios.
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(3) El autor afirma ser “Hijo del hombre”, que es una referencia a la figura divina de Daniel 7.
Hay muchos más pasajes bíblicos en que Jesús se revela como Dios.
Por lo que podemos concluir razonablemente que la divinidad no fue algo atribuido más tarde a Jesús por sus discípulos, al igual que lo fue para el Buda y otras figuras religiosas.
Fue desde el principio y vino directamente de Jesús.
Pero por otro lado, los milagros de curaciones, exorcismos, multiplicación de alimentos, traspasar objetos físicos y sobre todo la resurrección, son indicadores claros de la divinidad de Jesús.
SIN EMBARGO LA IDEA DE QUE JESÚS NO ERA DIOS SE EXTENDIÓ POR EL CRISTIANISMO
La vieja herejía de Arrio allá por el siglo IV, que predicaba que Jesús no es Dios, se está extendiendo de manera viral en el mundo de hoy.
Porque confluyen en esto los humanistas – para los que no hay Dios -, sectas como los Testigos de Jehová y los Mormones – que desde el inicio negaron la divinidad de Jesús.
Hasta la creciente corriente de los modernistas católicos que ‘desvisten’ a Jesús de todo halo sobrenatural y lo presentan como un gran filósofo.
Estos aliados coyunturales – las sectas cristianas que mencionamos y los humanistas – presionan cada vez más a los cristianos para negar la importancia central de Jesucristo para la salvación de la humanidad, porque él no la trajo y por tanto no existe.
Y así el mensaje cristiano pasa a convertirse en una filosofía humana.
¿Estamos regresando al pasado? ¿De qué manera?
Así es, y es que aunque no podamos viajar al pasado, el pasado puede retornar a nosotros con distinto rostro, porque en realidad hay corrientes que nunca se han ido.
Actualmente nos encontramos con una de las más grandes herejías de la Cristiandad, el Arrianismo, que revive con diferente nombre y con distintos herederos: el humanismo materialista y algunas creencias cristianas restauracioncitas.
LA IDEA DE QUE JESÚS NO ERA DIOS SE EXTENDIÓ POR EL CRISTIANISMO
Cuando se trata de debatir la divinidad de Jesucristo nos encontramos múltiples pensamientos algunos de estos pensamientos derivaron en dogmas aceptados por la iglesia, sin embargo otros derivaron en herejías.
Unas más duraderas y escandalosas que otras, como sucedió en el Arrianismo la herejía más discutida y controvertida en el cristianismo.
La enseñanza es que iglesia Católica ha combatido las diferentes herejías de cada tiempo, pero la mayoría de veces reaparecen con un nuevo rostro, aunque la identidad sea la misma.
Este es el caso de la herejía Arriana que tiene fundamento en la doctrina de que Jesucristo no es Dios.
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Desde sus orígenes en el siglo IV hasta los días de hoy, sigue activa en la enseñanza del humanismo materialista donde no existe el cielo ni el infierno en absoluto.
No es fácil de comprender algo tan complicado como lo es el profundo misterio de la divinidad de Jesucristo ya sea como Dios o como hombre.
En un intento de comprender esta esencia muchos llegan a concluir muchas hipótesis que a su vez rivalizan con las demás.
Es el caso del Arrianismo, la creencia que más rivalizó con el dogma trinitario, (dogma que sigue siendo el dogma oficial en la mayoría de la Cristiandad).
Arrio sostenía la creencia de que el Hijo no siempre fue Hijo, sino que existió una época donde estaba solo el padre quien creó el Hijo, para llevar a cabo su plan en la creación, negando también la divinidad de Jesucristo como Dios encarnado.
Tal declaración niega rotundamente la existencia de la Santísima Trinidad y a María como madre de Dios.
Pues si bien, para el Arrianismo Jesús tiene una divinidad, no es la de Dios, por esa razón María no puede ser la madre de Dios.
ORÍGENES Y PRINCIPIOS DEL ARRIANISMO
Los orígenes del Arrianismo se remontan a la temprana edad de la iglesia en el siglo IV con su fundador llamado Arrio del cual proviene el nombre de la herejía.
Nacido en la provincia de Alejandría Egipto en el año 256, se hizo presbítero y posteriormente se convertiría en obispo.
Para hacerse líder del Arrianismo, junto a diferentes personajes como el obispo Eusebio de Nicomedia.
Los Arrianos sostenían la Creencia de que Jesús no es Dios y para demostrar la veracidad según Arrio, Jesús no pudo evitar su muerte en la Cruz.
Si bien esta creencia ya existía antes, Arrio se encargó de difundirla y exponerla.
Este fue el comienzo de un arduo debate teológico que duraría casi un siglo.
Por supuesto Arrio encontró resistencia de diferentes personas que sustentaban la Divinidad de Jesús Como Dios.
Como fue el caso de San Antonio Abad, San Atanasio de Alejandría, entre otros.
La confusión por aquella enseñanza fue tan grande que se vio la necesidad de convocar el primer concilio ecuménico, el de Nicea.
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Convocado por el emperador Constantino el grande, en el año 325, donde se debatió la controversial enseñanza Arriana, asistido por 300 obispos.
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Y finalizó el mismo año de convocatoria condenando como herejía la doctrina Arriana y con sus seguidores excomulgados.
A pesar de todo, la divinidad de Jesús como Dios siguió siendo cuestionada hasta el punto que fue necesario un segundo concilio ecuménico.
El concilio de Constantinopla fue el segundo concilio ecuménico donde se condenaría definitivamente la herejía Arriana.
Sin embargo a pesar de los esfuerzos por acabar el Arrianismo la herejía continúo, fue adoptada en los pueblos germanos durante un largo tiempo hasta el siglo VII.
LA HEREJÍA HOY EN DÍA CON DISTINTO NOMBRE
La historia es como una rueda y nos trae de vuelta la herejía en diferentes matices, colores y tamaños, eso es algo que la iglesia Católica sabe de primera mano.
A lo largo de 20 siglos ha encontrado multitudes de ideologías, herejías y doctrinas, desde las más pequeñas hasta las más grandes.
Incluso cuando se creen que son originales estos pensamientos, la iglesia Católica ya los ha abordado en distintas ocasiones a lo largo de su existencia.
Lo describe explícitamente G.K. Chesterton en su ensayo Por qué soy Católico (1926) quien afirma:
“En cuanto a los hechos, un verdadero estudio de la historia demostrará que es curiosamente contrario a los hechos.
En cuanto a que las ideas son realmente ideas, y en cuanto a que cualquiera de esas ideas puede ser nueva, los católicos continuamente han sufrido por apoyar esas ideas cuando realmente eran nuevas; cuando eran demasiado nuevas para encontrar a cualquier otro que las apoyara.
El Católico no solo era el primero en el campo, sino que estaba sólo en el campo; y ahí no había nadie que pudiera entender lo que él allí había encontrado.”
Pues tal es el caso del Arrianismo, que tiene como heredero al humanismo materialista y otras creencias subsecuentes.
HUMANISMO MATERIALISTA
Esta ideología sustenta que lo real solamente puede ser lo material, lo tangible.
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En otras palabras no existe nada más que lo que vemos y tocamos.
El principal objetivo de esta filosofía es llevar al hombre a su plenitud material dejando a un lado el espíritu y todo lo que no corresponde a la materia.
Los principales promotores de exponer esta doctrina como la conocemos hoy en día fueron Karl Marx, Friederich Engels y Vladimir Ilich “Lenin”.
Por supuesto que muchos otros individuos han participado en la difusión de este pensamiento. En incluso antes dando soporte filosófico.
Existen muchas variantes materialistas sin embargo todas dejan a un lado la divinidad, esta ideología sólo le da crédito a la lógica y la ciencia.
Actualmente este pensamiento se encuentra en nuestra cultura occidental, no solamente persiste si no que aumenta conforme pasa el tiempo y da paso a la secularidad.
Es cierto que esta no es una religión o un dogma divino para sus seguidores, sin embargo si tiene una gran similitud con el Arrianismo.
Pues al mantener la creencia que niega la divinidad de toda la humanidad inmediatamente niegan que Jesucristo sea Dios y eso crea los lazos con la antigua doctrina Arriana.
Pero no solo se limita a eso si no también a que Jesús solo pudo ser un gran maestro.
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Un ser humano como cualquier otro con la diferencia de que sus enseñanzas prevalecen a día de hoy.
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Y que su muerte no fue más que la de un hombre Crucificado por el fanatismo y la política de aquel tiempo.
EL ARRIANISMO EN OTRAS CORRIENTES
No solo encontramos Arrianismo en el materialismo también en las religiones como los Testigos de Jehová y los Mormones.
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Aunque estas religiones utilicen la Biblia para sus cultos, niegan la divinidad de Jesús como Dios.
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Muchas veces argumentando que en ninguna parte de la Biblia se hace mención a la Santísima Trinidad.
Los testigos de Jehová por su parte tienen su origen en 1931 con su fundador Charles Taze Russell, quien era un estudiante Bíblico el cual concluyó que el cristianismo original debía ser restaurado.
Por tal razón fundó el movimiento de los testigos de Jehová según los criterios doctrinales que suponía eran los correctos.
Por su parte los mormones remontan sus orígenes al año 1830 con su fundador Joseph Smith.
Quien aseguraba haber tenido la revelación de la auténtica doctrina Bíblica y añadió un libro sagrado para su doctrina denominado el Libro de Mormón.
Ambas creencias sostienen, según sus interpretaciones Bíblicas o sus supuestas revelaciones (en el caso de Joseph Smith), que Jesús no es Dios sino un hombre que nos da a conocer la identidad de Dios, también sustentan que la doctrina Bíblica original fue corrompida.
Esto dio paso a un largo periodo en el cual la doctrina ortodoxa se vio extraviada hasta el momento que le fue revelada a ellos.
A este periodo lo denominan “La gran apostasía”, y su tiempo varía según la creencia que lo predique.
Ya sea desde el siglo I o III hasta el día que le fue revelada la verdad al fundador de su religión ya después del siglo XV.
A pesar que no están conectados con el Arrianismo en una línea de tiempo, sí son un gran reflejo de la doctrina Arriana en una medida muy amplia.
Pues estas creencias rivalizan de gran manera con el dogma trinitario, al cual se oponen.
Pues el fondo de estas creencias es el mismo, al decir que “Jesucristo no es Dios”.
Reviven completamente el dogma Arriano de hace diecisiete siglos atrás, aunque con algunos cambios.
LOS ARRIANOS DE HOY
Sin lugar a dudas son muchas las personas que hoy en día siguen estas creencias en sus distintas formas.
Desde los más escépticos humanistas, hasta los más sectarios creyentes.
Pero es que sin importar las creencias de estas personas todos tenemos la misma esencia y eso es algo innegable incluso con sus diferencias culturales e ideológicas.
Todas estas creencias tienen en común centralizar la idea de que Jesucristo no es Dios sino solamente un hombre.
Aunque algunas se extiendan más allá y nieguen la divinidad humana o incluso la existencia de Dios dando lugar solamente a un mundo material.
Y es que la doctrina de Arrio era esa, a pesar de que no tuvo éxito en el siglo III en negar a Jesús Cristo como Dios, la seguimos viendo a día de hoy ya un poco más distorsionada y con más variantes.
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Por ejemplo en los modernistas católicos que descreen del mundo sobrenatural, de los milagros y tratan a Jesús como un filósofo y a la eucaristía como el compartir de una cena.
Sin duda alguna la letra de la canción sería totalmente distinta si el Arrianismo hubiese triunfado en la cristiandad.
Viviríamos una realidad muy diferente, pues el dogma trinitario actual en la iglesia Católica como el oficial es incompatible con el dogma Arriano.
Pero ¿y qué implicaciones trae la creencia Arriana por parte de todas las corrientes al llegar a la misma conclusión?
Pues, de ser cierto de que Jesucristo no es Dios, implica que su venida al mundo no fue la llegada de un Dios que se entrega el mismo para reconciliar la humanidad con Él.
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También equivale a que seguimos sin ser restaurados completamente con nuestro creador.
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Y que la muerte de Jesús en la Cruz solo fue una muerte más, a pesar que cambiaría la historia por completo.
Con el ataque al cristianismo es innegable que el dogma ha renacido y está disperso en toda la actualidad.
Sea como fuese, la realidad es que a lo largo de la historia la Iglesia Católica siempre ha defendido el dogma trinitario como el dogma oficial.
Dogma que define a Jesucristo como Dios, que por amor se entrega El mismo a la Cruz por nosotros y a María como madre del salvador.
Fuentes:


Artículo de Leonardo David Villamarín de Cali, Colombia

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