CIUDAD DE MÉXICO, 15 Sep. 16 / 05:02 pm (ACI).- El sacerdote
misionero del Instituto de los Servidores de la Palabra, P. Modesto Lule,
explicó que “los únicos que pueden hacer exorcismos sin necesidad de consultarlo con
alguien son los Obispos de la Iglesia Católica”.
El exorcismo es el acto de expulsar demonios o espíritus malignos fuera
de las personas, sitios u objetos que son supuestamente poseídos o plagados por
ellos.
El Catecismo
de la Iglesia Católica (CIC) detalla en el numeral 1673 que “cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en
nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las
asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo”.
El P. Modesto aseguró que ni pastores ni laicos pueden realizar un
exorcismo, pero sí algunos sacerdotes.
“No todos, pues para poder realizarlo necesitan el permiso o la delegación de su Obispo.
Si el Obispo no lo delega, no podrán hacer más que una oración de liberación”, expresó citando el canon 1172 §1 del Derecho Canónico.
Para corroborar sus afirmaciones en el SIAME,
el sacerdote se refirió al Evangelio de San Mateo 10, 1, cuando Jesús llama a
sus doce discípulos y les da la autoridad para expulsar los espíritus impuros. “En la actualidad, los Obispos son los representantes de
los apóstoles. La Iglesia Católica es la única que desciende desde los
apóstoles”, precisa.
Sobre delegar esta facultad a los presbíteros citó Hechos 6, 1-6, donde
se especifica que se “reunieron los doce apóstoles
y les dijeron a los seguidores que ellos ya no se podían ocupar de todo, así
que escogieran a unos de entre ellos para que les ayudaran”.
“Escogieron a siete, los llevaron ante los
apóstoles y les impusieron las manos. Los sacerdotes en la actualidad son
ordenados por los Obispos, y éstos les dan la facultad para poder hacer
exorcismos a algunos de ellos”, agregó.
Según el canon 1172 §2 del Derecho Canónico, el exorcista debe ser un
Obispo o un sacerdote “piadoso, docto, prudente y con integridad de vida”.
El P. Lule reiteró que el acto de exorcizar solo fue encomendado a los
apóstoles y sus sucesores, citando Hechos 19, 13-20.
“Aquí se habla de siete hijos de un sacerdote judío
que se dedicaban a expulsar demonios en nombre de Jesucristo, pero en cierta
ocasión el espíritu maligno los enfrentó y les dijo que únicamente conocía a
Jesucristo y a Pablo. Después de decirles que no los conocía les dio tremenda
golpiza que hasta desnudos los dejó y salieron corriendo”. En este caso, “los que andaban expulsando demonios no habían sido delegados por el
apóstol y recibieron tremendo susto”, dijo el sacerdote.
“En el numeral 395 del Catecismo dice que: el que
Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio, pero ‘nosotros sabemos
que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman’”, agregó.
Finalmente se refirió a las oraciones de liberación, que puede ser
realizadas por “todos los obispos, sacerdotes y
hasta laicos”.
“Una oración de liberación no es igual que un
exorcismo. Exponerse a un exorcismo sin
las debidas licencias es colocarse en un estado muy frágil donde los
demonios pueden hacer presa a alguna de las almas”, concluyó.
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