martes, 13 de septiembre de 2016

CÓMO ORAR POR UNA PERSONA MUERTA


¿Cuál es el medio más eficaz de rezar a por ser querido que ha fallecido?
¿Y por una persona que aún vive?
¿Y por una persona que no es católica y ni siquiera tiene fe?
La base de todo esto es tener claro que las oraciones siempre son eficaces, en cualquier circunstancia.
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En todo momento, para cualquiera, e incluso para nadie en particular sino para el que Dios juzgue necesario.
También hay que destacar los cementerios como lugares de oración.
Más allá de su papel tradicional como lugares tranquilos y a menudo hermosos, los cementerios tienen una gran oportunidad para evangelizar.
Y además canalizar las oraciones para liberar a las almas del purgatorio.
DE DONDE VIENE LA PRÁCTICA DE ORAR POR LOS MUERTOS
La referencia bíblica más antigua de oraciones por los muertos viene en el segundo libro de los Macabeos.
Los libros de los Macabeos fueron de los últimos libros escritos del Antiguo Testamento.
Hacen un recuento de la lucha del pueblo judío por la libertad contra el Imperio seléucida, alrededor de 100-200 años antes del nacimiento de Cristo.
El segundo libro de los Macabeos dice cómo Judas Macabeo, el líder judío, condujo a sus tropas a la batalla en 163 aC.
Cuando la batalla terminó ordenó que los cuerpos de aquellos judíos que habían muerto fueran enterrados.
Cuando los soldados prepararon a sus compañeros para el entierro, descubrieron que cada uno llevaba un amuleto tomado como botín de un templo pagano.
Esto violaba la ley de Deuteronomio y así Judas y sus soldados oraron para que Dios perdonara el pecado que estos hombres habían cometido (2 Macabeos 12: 39-45).
Esta es la primera indicación en la Biblia de la creencia que las oraciones ofrecidas por los vivos pueden ayudar a liberar a los muertos de cualquier pecado que los separe de Dios en la vida futura.
Se hizo eco en el Nuevo Testamento cuando Pablo ofrece una oración por un hombre llamado Onesíforo que había muerto:
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“Que el Señor le conceda que halle misericordia cerca del Señor en aquel día”
(2 Timoteo 1:18).
Las tumbas excavadas debajo de la ciudad de Roma, que llamamos catacumbas, dan evidencia que los miembros de la comunidad cristiana romana se reunían allí para orar por sus compañeros seguidores de Cristo que estaban enterrados allí.
Por el siglo cuarto se mencionan oraciones por los muertos en la literatura cristiana como si ya fueran una costumbre de larga data.
La práctica de orar por los muertos está arraigada en la creencia cristiana en la vida eterna prometida en las enseñanzas de Jesús y prefigurada en su resucitación de entre los muertos.
Después de la muerte, aunque separados de nuestro cuerpo terrenal, todavía seguimos con una existencia personal.
Es como personas que Dios nos invita a entrar en una relación cuya existencia trasciende la muerte.
Orar por los muertos tiene también orígenes en nuestra creencia en la comunión de los santos. 
Los miembros de esta comunidad que viven se ayudan a menudo mutuamente por medio de oraciones y otras formas de apoyo espiritual.
Los cristianos que han muerto siguen siendo miembros de la comunión de los santos.
Y creemos que podemos ayudarlos con nuestras oraciones, y ellos nos pueden ayudar.
Las oraciones expresan la esperanza de que Dios va a liberar a la persona que ha muerto de cualquier carga de pecado y preparar un lugar para ella en el cielo.
La esperanza está garantizada en nuestro amor mutuo con Cristo, quien puede ayudarnos a salvar las barreras para disfrutar plenamente de la presencia de Dios por la eternidad.
TRES PUNTOS CENTRALES SOBRE LA ORACIÓN POR LOS MUERTOS
En primer lugar, la oración por los muertos es eficaz.
Dios escucha nuestras oraciones y nuestras oraciones no son en vano.
No sabemos a ciencia cierta el destino eterno de muchos de los que mueren.
Sin embargo, si nuestras oraciones y buenas obras para nuestro ser querido fallecido – y enemigos – no son directamente útiles para él, son de alguna manera útiles para alguien.
Tal vez no para ellos, pero ya “el cielo” se encargará para re direccionarlas.

En segundo lugar, pero ¿por qué esperar para orar por las personas hasta después de su muerte?

En tercer lugar es útil para nosotros directamente.
Tenemos que hacer una distinción y también “rezar al cielo” por los que han muerto, pero teniendo en cuenta que nosotros tal vez estaremos en el estado de purificación del purgatorio y nos beneficiaremos de las oraciones.
¿El MEJOR MEDIO?
Hacer misas. Las misas se pueden ofrecer tanto a los vivos como a los muertos.
Un sacerdote cuenta que un amigo suyo, hace algunos años sufragó bastante dinero para misas por su madre que, aunque mayor, todavía estaba en bastante buen estado de salud.
Dijo muchas misas por ella cuando aún vivía. Felizmente, ella hizo una buena muerte. Después de muerta, él ha seguido sufragando misas también por ella.

PARA VIVOS, MUERTOS, CATÓLICOS Y NO CATÓLICOS
Las misas se puede decir por la intención de los vivos y los muertos, incluso por los no católicos.
A algunas personas no les gusta la idea de hacer misas para los no católicos. Pero eso sólo nos hace pequeños y mezquinos. Cuando la Iglesia dice que hay que orar por los muertos, no añade “sólo si son como nosotros”.
No todo el mundo puede encontrar un sacerdote que esté dispuesto a decir misas con esas intenciones, depende del país, de la zona.
Ese es un problema real en la actualidad. Oremos por las vocaciones. Cuanto más sacerdotes, más misas al día, más intenciones, más almas para ganar.
Además, la Santa Iglesia tiene la autoridad de otorgar el gran tesoro espiritual de los méritos del sacrificio de Nuestro Señor y de las vidas (y muertes) de los santos, en indulgencias para la remisión de la pena temporal por los pecados.
Los que mueren en amistad con Dios, pero que no han hecho suficiente penitencia por los pecados cometidos, y que han sido perdonados antes de la muerte, tienen un período de purificación de los últimos vestigios de apego al pecado y compensar de manera penitencial las injusticias perpetradas a Dios y al prójimo.
Sólo los puros entran en la presencia de Dios en el cielo, por lo que, por su amor, no tienen ese estado intermedio.
INDULGENCIAS
Mediante las indulgencias, podemos ayudar a las almas del purgatorio, tomando algo de su penitencia en nosotros a través de algunas oraciones y obras, y la disposición adecuada del alma.
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Por lo tanto, no pierdas de vista cuando la Iglesias concede indulgencias. Por lo general hay oportunidades especiales y ciertos lugares también.
También ten en cuenta que, según la mente de la Iglesia ahora, ganamos indulgencias para los muertos y para nosotros mismos (en forma total o parcial).
Sin embargo, las indulgencias sólo pueden aplicarse a sí mismo o a un alma en el purgatorio, no a otra persona viva. Así que ruega por ti mismo al cielo y por las pobres almas del cielo.
LA RUTINA DE LA INTERCESIÓN DIARIA
En Tus propias devociones ora por la gente.
Puedes ofrecer cualquier cantidad de pequeñas penitencias / mortificaciones y oraciones, pidiendo a los santos para que intercedan por cualquiera.
Dios sabe los que necesitan gracias. Pide a los santos y los ángeles para que te ayuden.
Tu puedes añadir sus oraciones a lo que el sacerdote vierte en el cáliz para ser transformado en la consagración.
Tú puedes agregar tus peticiones durante las oraciones de acción de gracias después de una buena comunión.
Di el Santísimo Rosario, que pone en fuga a los demonios aterrorizándolos y que da consuelo a las pobres almas y consigue ayudar a los vivos.
Cualquiera de estos tipos de cosas puedes hacerlas por tí mismo, por otras personas vivientes y por las pobres almas.
Y mantener tu vida limpia. Tu buen ejemplo en palabras y acciones podría ser otra manera de ayudar a los cielos.
E ir a la confesión.
EL PORQUÉ DE LA CONVENIENCIA DE IR A ORAR POR LOS DIFUNTOS AL CEMENTERIO
Hay un ministerio llamado ‘Cementerians’, cuyo propósito es animar a la gente a ir a la tumba de sus seres queridos fallecidos y orar por su liberación del purgatorio.
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Ellos saben cuándo vamos a su tumba. 
Si tu ser querido ya ha sido purificado y se ha ido al cielo, nuestro Padre Celestial da nuestras oraciones a otra alma que languidece.

LA BASE DEL MINISTERIO DE ‘CEMENTERIANS’ EN CONSEGUIR INDULGENCIAS
El ministerio de Cemeterians es tan antiguo como la misma creación. 
Desde el principio de los tiempos, la gente ha orado por sus seres queridos fallecidos a su propia manera.
El ministerio de Cemeterian insta a los vivos a ir realmente a la tumba y rezar por sus seres queridos fallecidos.
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Para que las almas sufrientes puedan recibir gracias e indulgencias especiales.
“Una indulgencia, aplicable sólo a las almas del Purgatorio, se concede a los fieles que devotamente visitan un cementerio y rezan, aunque sólo sea mentalmente por los difuntos. 
La indulgencia plenaria es cada día a partir del 1 al 8  de noviembre; en otros días del año, es parcial“. (Enchiridion de Indulgencias)
“Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: “Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado” (2 M 12, 46).
“Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre (cf. Jb 1, 5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? […]
No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos”. Catecismo de la Iglesia Católica # 1032.
“Puesto que los fieles difuntos, están siendo purificados, también son miembros de la misma comunión de los santos, una forma en que podemos ayudarles es obtener indulgencias para ellos, por lo que las penas temporales debidas por sus pecados, pueden ser remitidas”. Catecismo de la Iglesia Católica # 1479.
“Un día, absorta en éxtasis, la Beata María de Quito, vio en medio de un gran espacio, una inmensa mesa cubierta con un montón de plata, oro, rubíes, perlas y diamantes y, al mismo tiempo, oyó una voz que decía:
‘Estas riquezas son de propiedad pública; cada uno puede acercarse y tomar tanto como le plazca’. Dios dio a conocer a ella que esto era un símbolo de las indulgencias”.
LA CONCURRENCIA A LOS CEMENTERIOS HA DISMINUIDO
Es bueno alentar la práctica de concurrir a los cementerios.
Las personas que acuden a un servicio de enterramiento en un cementerio pueden encontrar la tradición funeraria católica, por primera vez, o por primera vez en muchos años, y una experiencia positiva podría animarles a volver a orar por sus muertos.
Pero la concurrencia a los cementerios es una práctica que ha disminuido.
Las instrucciones del Vaticano, “Piam et Constantem,” de 1963 y las aclaraciones posteriores, permitieron a los católicos ser enterrados en cementerios no católicos y ser cremados.
La iglesia conserva una preferencia por el entierro más que la cremación y direcciona los restos cremados para ser enterrado o en urnas en un cementerio. 
Los ritos funerarios se prescriben en la Orden de los Funerales Cristianos, que incluye un servicio de vigilia o velorio, la liturgia del funeral y oraciones para decir en el cementerio, pero que varía por país. Ver aquí sobre el Nuevo rito de exequias católicas.
SIETE COSAS QUE DEBES RECORDAR HACER POR LOS MUERTOS
Con el fin de acudir en ayuda de las almas en el purgatorio hay algunas cosas simples que podemos hacer en este momento:

1 – Reza todos los días por nuestros seres queridos y por todas las almas del purgatorio.
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Acuérdate de ellos, mientras rezas el rosario y el rosario misericordia divina.

2 – También puedes recordar a los muertos con la oración por el eterno descanso de las almas.
Aquí está la tradicional oración después de las comidas:
“Te damos gracias por todos tus beneficios, oh Dios Todopoderoso, que vives y reinas para siempre. Y que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén”.

3 – El momento más importante para recordar a aquellos en el purgatorio es durante la oración Eucarística en la Misa.

4 – Ofrece misas por los muertos en el aniversario de la muerte y en otros momentos es un medio crucial para ayudar a las almas santas.

5 – Ofrece 30 misas consecutivas para el alma del difunto. Esto se conoce como misas gregorianas.
Debido al compromiso sostenido necesario, por lo general es más común encontrar la práctica en las órdenes religiosas y monasterios.

6 – Busca Indulgencias. La Iglesia ha ofrecido generosamente muchas indulgencias en las últimas décadas.
La más reciente es ofrecida por Francisco para el Año Jubilar de la Misericordia.

7 – Visita los cementerios para preservar la memoria de los muertos, y también como una oportunidad para la oración por ellos.
Los padres deben enseñar a sus hijos a entender nuestra comunidad permanente y aprender a ayudar a las almas santas.
Una indulgencia especial al respecto se concede dentro de la primera semana de noviembre.
Fuentes:

Foros de la Virgen María

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