VATICANO, 04 May. 16 / 07:54 am (ACI/EWTN Noticias).-En la Audiencia
General de este miércoles en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco condenó
nuevamente la cultura del descarte, y afirmó que Dios no actúa de acuerdo a los
parámetros de esta, sino que como el Buen Pastor –que no se resigna a perder a
alguna de sus ovejas-, sale en búsqueda de cada uno de sus hijos, especialmente
de los más pecadores y abandonados.
“Somos todos avisados: la misericordia hacia los
pecadores es el estilo con el cual actúa Dios y a esta misericordia Él es
absolutamente fiel: nada ni nadie podrá alejarlo de su voluntad de salvación.
Dios no conoce nuestra actual cultura del descarte, en Dios esto no cabe. Dios
no descarta a ninguna persona; Dios ama a todos, busca a todos… ¡Todos! Uno por
uno. Él no conoce esta palabra ‘descartar a la gente’, porque es todo amor y
toda misericordia”, aseguró el Papa desde la Plaza de
San Pedro.
El Pontífice señaló que la imagen del Buen Pastor que lleva sobre sus
hombros a la oveja perdida “representa la atención
de Jesús hacia los pecadores y la misericordia de Dios que no se resigna a
perder alguno”, además Cristo narra esta parábola para “hacer entender que su cercanía con los pecadores no debe
escandalizar, sino al contrario provocar en todos una seria reflexión sobre
cómo vivimos nuestra fe”.
Francisco dijo que la pregunta de Jesús: “Si
alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en
el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?”, es
una paradoja “que induce a dudar del actuar del
pastor”, pues acaso “¿es sabio abandonar las
noventa y nueve por una sola oveja? Y además, ¿no en la seguridad de un redil,
sino en el desierto?”. “¿Qué cosa pueden hacer noventa y nueve ovejas
indefensas?”.
“La paradoja –añadió- continua diciendo que el pastor, al encontrar a la oveja,
‘la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a
sus amigos y vecinos, y les dice: Alégrense conmigo’. Entonces, ¡parece que el
pastor no regresa al desierto a buscar a todo el rebaño! Tendido hacia aquella
única oveja parece olvidar las otras noventa y nueve. Pero en realidad no es
así. La enseñanza que Jesús quiere darnos es mejor dicho que ninguna oveja
puede perderse. El Señor no puede resignarse al hecho que una sola persona
pueda perderse”.
“Él podría razonar: ‘Pero, hago un balance: tengo
noventa y nueve, he perdido una, pero no es tanta la perdida, ¿no?’”, dijo Francisco. Sin embargo, el Pastor “va a
buscar aquella, porque cada una es muy importante para Él y aquella es la más
necesitada, la más abandonada, la más descartada; y Él va ahí a buscarla”.
En su discurso, el Papa también recordó que “el
rebaño del Señor esta siempre en camino: no posee al Señor, no podemos
ilusionarnos de aprisionarlo en nuestros esquemas y en nuestras estrategias. El
pastor se encontrará ahí donde está la oveja perdida. ¡El Señor pues, debe ser
buscado ahí donde Él quiere encontrarnos, no donde nosotros pretendemos
encontrarlo!”.
En ese sentido, señaló que “mientras busca a
la oveja perdida, Él provoca a las noventa y nueve para que participen en la
reunificación del rebaño. Entonces no solo la oveja llevada en sus hombros,
sino todo el rebaño seguirá al pastor hasta su casa para hacer fiesta con los
‘amigos y vecinos’”.
Francisco invitó a reflexionar sobre esta parábola, “porque en la comunidad hay siempre alguien que falta y
se ha ido dejando el lugar vacío”.
“A veces esto desanima y nos lleva a creer que sea
una perdida inevitable, una enfermedad sin remedio. ¡Y entonces corremos el
peligro de encerrarnos dentro de un redil, donde no habrá el olor de las
ovejas, sino el hedor de cerrado! Y los cristianos no debemos estar cerrados
porque tendremos el hedor de las cosas cerradas. ¡Jamás! Debemos salir y este
cerrarse en sí mismos, en las pequeñas comunidades, en la parroquia, ahí,… pero
nosotros ‘los justos’”, expresó.
El Papa señaló que “esto sucede cuando falta
el impulso misionero que nos lleva a encontrar a los demás”, pues se
olvida que “en la visión de Jesús no existen ovejas
definitivamente perdidas – esto debemos entenderlo bien – para Dios ninguno
está definitivamente perdido. ¡Jamás! Hasta el último momento, Dios nos busca.
Piensen en el buen ladrón; pero solo en la visión de Jesús ninguno está definitivamente
perdido, pero solo ovejas que son encontradas”.
Finalmente, el Pontífice dijo que esta parábola “nos
impulsa a salir en búsqueda para iniciar un camino de fraternidad”. “Ninguna
distancia puede tener alejado al pastor; y ningún rebaño puede renunciar al
hermano. Encontrar a quien se ha perdido es la alegría del pastor y de Dios,
pero es también la alegría de todo el rebaño ¡Somos todos nosotros ovejas
encontradas y reunidas por la misericordia del Señor, llamados a congregar
junto a Él a toda la grey! Gracias”, concluyó.
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