"Tengo mucho más que deciros, pero en este momento sería demasiado para vosotros. Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oye y os hará saber las cosas que van a suceder. Él me honrará, porque recibirá de lo que es mío y os lo dará a conocer. Todo lo que tiene el Padre, también es mío; por eso os he dicho que el Espíritu recibirá de lo que es mío y os lo dará a conocer."
A Dios no podemos entenderlo con razonamientos.
Está por encima de nuestro entendimiento. A Dios se llega por la Fe. Esta nos
dice, que Dios es uno en tres personas. Por más tratados que se escriban de la
Trinidad, nunca llegaremos a desentrañar este misterio. Los misterios no pueden
comprenderse, pero pueden vivirse. Y esto es lo que debemos hacer con la
Trinidad, vivirla. La Trinidad nos dice que Dios es comunidad de amor. Vivirla,
es vivir nuestra condición humana, como comunidad, como unión total. La Fe nos
muestra un Padre que crea y nos entrega al Hijo. Y un Hijo que nos asiste
constantemente con su Espíritu. Una Fe que nos dice que hemos de vivir
actuando, entregándonos y amando.
En el texto de hoy, Jesús nos dice que es el Espíritu el que nos guía hacia la verdad. No olvidemos que el Espíritu es amor. Vivir la Trinidad es vivir el amor. Saber mirar las cosas con los ojos del amor, es lo que nos llevará a la verdad.
Así como acabamos nuestras oraciones invocando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, deberíamos iniciar nuestra meditación invocando al Espíritu. Es Él quien nos introducirá en los caminos del amor y la verdad.
Enviat per Joan Josep Tamburini
No hay comentarios:
Publicar un comentario