lunes, 20 de julio de 2015

EL SIGNO DE JONÁS


"Algunos de los fariseos y maestros de la ley dijeron entonces a Jesús; Maestro queremos verte hacer alguna señal milagrosa"

Le piden un milagro y Jesús les responde que el único milagro será el signo de Jonás, es decir, su muerte y resurrección a los tres días. El verdadero milagro es su amor que nos salva. Su vida entregada por nosotros. Tenían el milagro delante de ellos, pero no sabían verlo. Nosotros tenemos los milagros delante nuestro y no sabemos verlos. No sabemos ver esas personas, que entregan su vida día a día por los demás en silencio. No sabemos ver a esas personas que tienen en sus casas un enfermo al que dedican todas las horas del día. No sabemos ver a esas personas para las que las necesidades de los demás pasan por delante de las suyas. No sabemos ver a la anciana que lo da todo, no lo que le sobra. No sabemos ver a los misioneros y cooperantes que trabajan y se entregan en los lugares más apartados y olvidados de la tierra...
Ese es el milagro de morir y resucitar con Cristo. Ese es el único milagro.

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