viernes, 24 de enero de 2014

COMUNICAR DE MANERA AUTÉNTICA

COMUNICAR DE MANERA AUTÉNTICA

6 puntos centrales del mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

Aquí están algunas de las primeras notas del padre Antonio Spadaro SJ sobre el Mensaje de Papa Francisco para la 48a Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Una reflexión más amplia, también a la luz de otros discursos del Papa sobre la Comunicación, será publicada en el próximo número de La Civiltà Cattolica.

El Mensaje de Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales tiene como título "Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro". El texto presenta algunos puntos centrales del modo como Papa Francisco vive y comprende la capacidad que tiene el hombre de comunicar de manera auténtica. Colocándose en continuidad con los mensajes de Benedicto XVI escritos para la misma ocasión, expresa también una profunda maduración de la conciencia de la Iglesia sobre las cuestiones que se refieren a la comunicación en el tiempo de las redes digitales.

Presento aquí 6 puntos centrales de este mensaje:

1. Internet expresa la «profecía» de un mundo nuevo

Papa Francisco abre su discurso con una suerte de contemplación del mundo en el que vivimos. El mundo se está volviendo cada vez más pequeño, y estamos cada vez más cercanos los unos de los otros. Mis amigos en las redes sociales, más allá del hecho de que vivamos en Brasil o en Italia, en la India o en Australia, están siempre a la distancia de un click. Todos estamos más conectados e interdependientes. Aún así, esta comunicación global no es suficiente para superar las divisiones. Incluso: el mundo, hoy unido por las redes, vive la paradoja de estar dividido. Para el Papa, la cultura de la comunicación no puede convivir con la del descarte; estas dos culturas se vuelven antitéticas. Las redes, que unen y conectan, deben llevarnos a la visión de un mundo diferente al de las divisiones, que tenemos ante nuestros ojos. Se trata de una suerte de llamado a que la gift culture, la cultura del don sea el centro a través del cual los intercambios convergen, en una red en la que el compartir recursos resulta siempre más fácil y espontáneo (open source, creative commons…). La red, por lo tanto, puede contribuir a plasmar una mentalidad del compartir abierta. En cierto sentido, internet expresa la «profecía» de un mundo nuevo, porque puede ofrecer mayores posibilidades de un encuentro y de solidaridad. Es aquí donde entra en juego la «proximidad»: los medios de comunicación pueden ayudarnos a descubrir el sentido de solidaridad y el deseo de luchar por los derechos humanos, despertando nuestra conciencia, contra la lógica del «descarte».

2. Internet: una red de personas, no de cables

La red no es un mero ensamblaje de materiales e instrumentos eléctricos y electrónicos: « La red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas», escribe el Papa. La red internet, por lo tanto, no es como la red hídrica o la del gas. Es, en cambio, verdad que nuestra vida es ya una red, aún sin las computadores, las tablets y los smartphones. Aún así, estas tecnologías de la comunicación pueden potenciar y ayudar a vivir nuestra experiencia de vida como red; si no fueran capaces de llevarnos a una mayor acogida recíproca, o a hacer madurar nuestra personal humanidad y nuestra recíproca comprensión, no responderían a su vocación. Porque, si la comunicación no nos hace más «prójimos» los unos de los otros, si no nos hace vivir la cercanía, entonces no responde a su vocación humana y cristiana. Papa Francisco escribe claramente: «internet puede ofrecer mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos; y esto es algo bueno, es un don de Dios». El Papa parece leer en la red el signo de un don y de una vocación de la humanidad a estar unida, conectada. Revive, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, «el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinación» (Evangelii Gaudium, 87).

3. ¿Quién es mi «prójimo» en el ambiente digital? Las «redes de proximidad»

Dado que la red es una red de personas, todas las preguntas sobre internet y, en general, sobre la comunicación son reducibles a una única pregunta evangélica: «¿Quién es mi prójimo?» (Lc 10,29). Es necesario comprender bien cómo el significado mismo de «prójimo» evoluciona a causa de la red que rompe las barreras del espacio y del tiempo ¿Cómo se manifiesta el ser prójimo en el nuevo ambiente creado por las tecnologías digitales? Papa Francisco, hablando a los comunicadores en el 2002, había elegido la parábola del buen samaritano, como imagen de referencia del comunicador. El concepto de comunicación de la cual él habla se centra no en el mensaje en sí ni en las técnicas, sino en las personas que comunican. Comunicar, por lo tanto, significa compartir un mensaje al interior de redes de proximidad; significa involucrarse, testimoniar aquello que se comunica, haciéndose cargo de quien está cerca. Significa tocar a la otra persona, siendo consciente del contacto. Significa, en definitiva, tomar consciencia del sustancial significado de ser hombres e hijos de Dios. Es verdad, por otra parte, que hoy la comunicación tiende a la manipulación y al consumismo, agrede como los bandidos que redujeron la vida del hombre ayudado por el buen samaritano. Es la sensación que frecuentemente tenemos, cuando somos bombardeados por ráfagas de imágenes seductoras o desoladas. El buen samaritano hoy pasa no solamente por las calles de la ciudad o de las villas, sino también por las «"calles" digitales».

La red, por lo tanto, puede ser entendida como una peculiar «periferia existencial», poblada por una humanidad que busca una salvación o una esperanza.

4. Una Iglesia «accidentada», pero con las puertas abiertas también en la red



Si nos preguntamos por qué, en definitiva, la Iglesia y los cristianos deben estar presentes en el ambiente digital, la respuesta sería simple: porque la Iglesia está llamada a estar donde están los hombres. Y hoy los hombres viven también en el ambiente digital. La comunidad eclesial no puede escapar a esta nueva llamada, ya que su vocación misionera es fundamental: « Lo repito a menudo: entre una Iglesia accidentada por salir a la calle y una Iglesia enferma de autoreferencialidad, prefiero sin duda la primera. Y las calles del mundo son el lugar donde la gente vive, donde es accesible efectiva y afectivamente. Entre estas calles también se encuentran las digitales».

Si el Papa habla frecuentemente de una Iglesia con las puertas abiertas, en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, afirma claramente que abrir las puertas de las iglesias significa abrirlas también en el ambiente digital.

5. Para una comunicación no «de masa» sino «popular»

El Papa, proponiendo la imagen del buen samaritano, presenta una imagen de la comunicación que corta la omnipresencia mediática del mercado. La comunicación no es marketing persuasivo, ni tampoco expresión del mercado, sino instancia fundamental del ser humano, que se reconoce a sí mismo en el momento en que se acerca a los otros. Ella, para el Papa, tiende a coincidir con la proximidad. Por esto, en su ámbito, es necesario «saber discernir y salir a desenmascarar la presencia de intereses políticos y económicos». Como se dijo anteriormente, uno de los objetivos de la comunicación mediática es contraria al de dar voz a quien no la tiene, de «hacer visibles rostros que son invisibles». De aquí surge una radical distinción entre la comunicación y la cultura de masas y la comunicación y la cultura popular que sería mayormente profundizada.

6. Diálogo y relación entre Ecclesia y Agorà

El Papa concluye su mensaje con un llamado: estamos no delante de problemas de la información, sino ante un gran y apasionante desafío, que exige energías frescas y una imaginación nueva. « No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital», escribe Francisco. El término no es nuevo, pero sabemos bien que la palabra «ciudadano» tiene para él un significado relevante. Había escrito hace un tiempo que serlo significa «convocado a asociarse en vista del bien común», teniendo como fin un proyecto común. Las nuevas tecnologías han dado origen a un nuevo espacio social, cuyos vínculos son capaces de influir en la sociedad y en la cultura. El Papa plantea el tema de la relación entre ecclesia y agorà, el cual es reformulado en varios niveles. El de la comunicación digital es un nivel muy sensible hoy en día. El objetivo es el bien común.

El Papa tiene muy presente el diálogo cotidiano con aquellos que están cercanos, el diálogo del compartir práctico. La actitud necesaria para este tipo de diálogo es para el Papa « estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas». Todo aquello que es «idea» personal, opinión, adhesión práctica o tradición, lenguaje, modo de hacer, no puede ser considerado un absoluto, escribe Papa Francisco. Ya había dicho Benedicto XVI (discurso a la Curia, 12/12/12) que para dialogar es necesario «aprender a aceptar al otro en su ser y pensar de modo diverso». Esta es la premisa para un diálogo auténtico.

Los esfuerzos de comprensión se convierten en un proceso en el que, mediante la escucha del otro, ambas partes pueden encontrar purificación y enriquecimiento. Aún cuando las elecciones de fondo deben ser cambiadas - la fe, por ejemplo - estos esfuerzos tienen «el significado de pasos comunes hacia la única verdad» (ivi). Es necesario, por lo tanto, escribe Papa Francisco, « saber entrar en diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para entender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas».

Traducción: Carlos Romero

Autor: Antonio Spadaro SJ

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