miércoles, 29 de mayo de 2013

EL TERCER "SECRETO" DE FÁTIMA AL COMPLETO (2)


Ver primera parte en este mismo blog.

En el post anterior (ver índice en la columna de la derecha) seguíamos el estudio que Santiago Lanús hace en su reciente libro “Madre de Dios y Madre nuestra” sobre el tercer secreto de Fátima. Decíamos que hay una carta escrita en portugués por Sor Lucia que aclara lo que la Virgen les reveló a los pastorcitos. Pero esa carta no ha sido difundida por el Vaticano.

Según dicen los defensores de la existencia de esta carta, el re¬lato de las palabras de la Virgen versa sobre acontecimientos futuros terribles, especialmente sobre la crisis interna de la Iglesia y sobre enfrentamientos dentro de la misma. Existen algunos testimonios fi¬dedignos en este sentido. Uno es el del Padre Joaquín Alonso (+1981), que por dieciséis años fue el archivista e historiador oficial en Fátima, quien había tenido muchas entrevistas con Sor Lucía. En relación con el "secreto" afirmó que es probable que el texto haga referencias a la crisis de fe dentro de la Iglesia.

Ciertamente, sigue diciendo Lanús, el punto fundamental del mensaje no se refiere a acontecimientos apocalípticos. Así lo asegura, entre otros, Mons. Al¬berto Cosme do Amaral, tercer Obispo de Fátima, quien habló del secreto el 10 de septiembre de 1984, en un discurso pronunciado en Viena, Austria. Dijo así: "Su contenido concierne solamente a nues¬tra fe. Identificar el [Tercer] Secreto con anuncios catastróficos o con un holocausto nuclear es deformar el sentido del mensaje. La pérdida de fe de un continente es peor que la aniquilación de una nación; y es verdad que la fe está disminuyendo continuamente en Europa”.

En el mismo sentido se expresa el Cardenal Ratzinger en su ci¬tada explicación teológica del "secreto" ¿Qué significa en su con¬junto (en sus tres partes) el "secreto" de Fátima?, se preguntaba al final de su interpretación. "Quien había esperado impresionantes re¬velaciones apocalípticas sobre el fin del mundo o sobre el curso fu¬turo de la historia se desilusionará. Fátima no nos ofrece este tipo de satisfacción de nuestra curiosidad, lo mismo que la fe cristiana no quiere y no puede ser un mero alimento para nuestra curiosidad. Lo que queda de válido lo hemos visto de inmediato al inicio de nues-tras reflexiones sobre el texto del ´secreto´: la exhortación a la ora¬ción como camino para la ´salvación de las almas ´y, en el mismo sentido, la llamada a la penitencia y a la conversión".

El Sr. Socci construye en su libro un re¬lato hipotético de lo que sucedió detrás de las paredes del Vaticano en el año 2000. Socci cree que cuando Juan Pablo II decidió publicar el secreto, una lucha de poderes de algún tipo estalló en el Vaticano. Supone que Juan Pablo II y el Cardenal Ratzinger querían publicar el secreto en su integridad, pero el Cardenal Sodano, entonces Se¬cretario de Estado Vaticano, se opuso a que se publicara la carta con las palabras de la Virgen .

Siguiendo en parte la hipótesis de Socci, es probable que se tu¬viera en cuenta en ese momento la opinión del Cardenal Sodano de no relacionar el texto de la visión con la situación interna de la Iglesia y su evolución futura. Su interpretación personal la manifestó en una de las frases pronunciadas el 13 de mayo al final de la Misa de cano¬nización, ante Juan Pablo II y todos los presentes: "La visión de Fá¬tima tiene que ver sobre todo con la lucha de los sistemas ateos contra la Iglesia y los cristianos, y describe el inmenso sufrimiento de los testigos de la fe del último siglo del segundo milenio. Es un interminable Via Crucis dirigido por los Papas del siglo XX".

En ese sentido el Cardenal Ratzinger asumió en su interpretación teoló¬gica esa opinión, especialmente al citar las palabras pronunciadas por el Secretario de Estado en esa Concelebración. Dice así: "Ante todo debemos afirmar con el cardenal Sodano: ´...los acontecimien¬tos a los que se refiere la tercera parte del ´secreto ´de Fátima pare-cen pertenecer ya al pasado´". Pero a continuación deja una puerta abierta al futuro, cuando precisa: "En la medida en que se refiere a acontecimientos concretos ya pertenecen al pasado". ¿Qué decir sobre los acontecimientos futuros en relación con la crisis de la Igle¬sia? En aquellos momentos no se dijo nada. Pero después sí ha ha¬blado el Cardenal Ratzinger, una vez convertido en Papa el 19 de abril de 2005, sobre la crisis profunda que atraviesa la Esposa de Cristo, aunque sin mencionar explícitamente la existencia de la su¬puesta carta de Sor Lucía con las palabras de la Señora sobre esa cri¬sis. El 11 de mayo de 2010 Benedicto XVI salía de Roma rumbo a Fátima. De un modo nuevo relacionó el mensaje de la Virgen con la crisis de fe y con el pecado cometido dentro de la Iglesia. En el vuelo hacia Lisboa, ante la pregunta sobre la posibilidad de encuadrar igualmente en la visión del tercer secreto el sufrimiento de la Iglesia de hoy por los pecados de abusos sexuales de los menores, Benedicto XVI explicó a los periodistas que la mayor persecución que sufre la Iglesia nace del pecado en su seno: "De este modo, diría también aquí que, además de la gran visión del sufrimiento del Papa, que po¬demos referir al Papa Juan Pablo II en primera instancia, se indican realidades del futuro de la Iglesia, que se desarrollan y se muestran paulatinamente ".

Benedicto XVI afirmó que lo que hoy puede descubrirse de nuevo en el mensaje de Fátima es la "pasión" que vive la Iglesia, y que se refleja en la persona del Papa: "La novedad que podemos descubrir hoy en este mensaje reside en el hecho de que los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo vienen de fuera, sino que los sufri¬mientos de la Iglesia proceden precisamente de dentro de la Iglesia, del pecado que hay en la Iglesia ".

Para concluir, afirma Lanús, recogemos las palabras finales del entonces Car-denal Ratzinger en su interpretación teológica de la tercera parte del "secreto". "Quisiera al final volver aún sobre otra palabra clave del ´secreto´, que con razón se ha hecho famosa: mi Corazón Inmacu¬lado triunfará. ¿Qué quiere decir esto? Que el corazón abierto a Dios, purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que cualquier tipo de arma (...). El maligno tiene poder en este mundo, lo vemos y lo experimentamos continuamente (...). Pero desde que Dios mismo tiene corazón humano y de ese modo ha diri¬gido la libertad del hombre hacia el bien, hacia Dios, la libertad hacia el mal ya no tiene la última palabra. Desde aquel momento cobran todo su valor las palabras de Jesús: ´padeceréis tribulacio¬nes en el mundo, pero tened confianza; yo he vencido al mundo´ (Jn 16,33). El mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa”.

Terminamos por ahora, con el autor del libro, los comentarios sobre el mensaje de Fá¬tima con unas palabras de Sor Lucía en la entrevista del 8 de marzo de 1998 ya citada anteriormente. Los cardenales le preguntaron si ella querría ofrecer alguna idea particular, algún mensaje final para este mundo confuso de hoy. A lo que respondió sin dudar: "Quien no está con el Papa no está con Dios; y quien quiera estar con Dios tiene que estar con el Papa ". (Cfr. Santiago Lanús, “Madre de Dios y Madre nuestra Págs. 76-80).

Conclusión: no hay un cuarto “secreto” de Fátima. Lo que hay es el tercer “secreto” que la Autoridad Eclesiástica prefirió no revelar en su totalidad porque lo que anunciaba era terrible para la Iglesia. Pero los hechos, lamentablemente, dieron la razón, y siguen dándola, a lo que Sor Lucía expuso en su momento según había recibido de la Virgen. El verdadero mal anunciado si no se hacía penitencia y oración, ha sido, y sigue siendo, la apostasía de muchos creyentes, las defecciones de muchos sacerdotes y consagrados, las tensiones dentro de la Iglesia y la oposición a la Verdad revelada y a la autoridad del Sumo Pontífice. Esta fue la pasión sufrida por los últimos Papas, y a la traición cometida contra Benedicto XVI.

Pero hay esperanza. El Papa Francisco está intentando reconducir a la Iglesia hacia los cauces evangélicos. Son tiempos nuevos. Pero para el vino nuevo hacen falta odres nuevos. Y eso supone oración y penitencia. Es el mensaje de la Virgen hasta nuestros días.

Juan García Inza

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