domingo, 21 de octubre de 2012

SERVIR ES TRIUNFAR



Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron:

– Maestro, queremos que nos hagas el favor que vamos a pedirte.

Él les preguntó:

– ¿Qué queréis que haga por vosotros?

Le dijeron:

– Concédenos que en tu reino glorioso nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

Jesús les contestó:

– No sabéis lo que pedís. ¿Acaso podéis beber esa copa amarga que voy a beber yo, y recibir el bautismo que yo voy a recibir?

Ellos contestaron:

– Podemos.

Jesús les dijo:

– Vosotros beberéis esa copa amarga y recibiréis el bautismo que yo voy a recibir, pero el que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo. Les será dado a aquellos para quienes está preparado.

Cuando los otros diez discípulos oyeron todo esto, se enojaron con Santiago y Juan. Pero Jesús los llamó y les dijo:

– Sabéis que entre los paganos hay jefes que creen tener el derecho de gobernar con tiranía a sus súbditos, y sobre estos descargan los grandes el peso de su autoridad. Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser grande entre vosotros, que sirva a los demás; y el que entre vosotros quiera ser el primero, que sea esclavo de todos. Porque tampoco el Hijo del hombre ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.

No hay duda que el ansia de poder y de dominio es una de las lacras de la sociedad humana. Juan y Santiago no hacen, sino seguir la corriente que nos arrastra a todos. Querer ser los primeros, destacar, estar por encima de los demás. Y el resto de los apóstoles se indigna, no porque crean que Juan y Santiago obran mal, sino porque ellos quieren lo mismo.

Estos textos de Marcos nos muestran a Jesús intentando enseñar a sus seguidores lo que quiere decir ser sus discípulos. En el fragmento de hoy queda claro, que ser su seguidor es beber su copa amarga y recibir su bautismo, es decir, vivir su vida, intentar ser como Él. Aquí les dirá que se trata de ser servidores de los demás. Que no se trata de ser el primero, del poder, de la gloria, sino de ser el último y servir a los demás. En la Última Cena, donde Juan resume las principales enseñanzas de Jesús, lo encontramos lavando los pies a sus discípulos, labor de esclavos en su tiempo.

"El que quiera ser grande entre vosotros, que sirva a los demás; y el que entre vosotros quiera ser el primero, que sea esclavo de todos."

Esto Jesús no sólo se lo dijo a los apóstoles; nos lo dice cada día a los que queremos ser sus seguidores; se lo dice a la Iglesia. ¿De verdad entre nosotros no hay primeros, categorías, jerarquías? ¿Somos servidores de los demás o buscamos que nos reconozcan? ¿Nuestro primer objetivo es servir a la sociedad, hacer un mundo mejor o influir y buscar el dominio sobre la sociedad?¿Ayudamos porque amamos, porque queremos ser servidores, o para que nos consideren buenos y solidarios?

El mundo no quiere de nosotros palabras, declaraciones, triunfalismos. El mundo quiere ejemplos a seguir. Quiere una Iglesia, que, como su fundador, se arrodille ante la gente y le lave los pies.

Nosotros, en cambio, buscamos el triunfo, la influencia, el poder. Jesús, desde el ejemplo de su vida nos dice, que servir es triunfar.

Joan Josep Tamburini

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