miércoles, 14 de enero de 2009

CARTA A JOSÉ ANTONIO


José Antonio, se encuentra con unos calcetines de estar por casa en su habitación del hotel, en Detroit, mientras tanto recibe una llamada de recepción del hotel desde donde le informan que un extraño mensajero desea hacerle una entrega, este mensajero ha venido del cielo vía España.

José Antonio, da su consentimiento, llaman al timbre de su habitación, abre la puerta y se encuentra con un ángel bellísimo - como todo lo de Dios, añado yo - que viste de blanco inmaculado, con el cabello rubio como el oro en tirabuzones, y una cinta azul en el pelo, unos ojos azules como el mar que expresan gran paz y confianza, y procede: abre una caja de donde extrae una luz hermosa que se trasfigura en un pergamino blanco en el cual hay letras escritas en color oro, como en el libro de la vida; y el ángel de Dios comienza a leer:

· José Antonio, desde aquí un agradecimiento por tu labor con los hijos de Dios, por tu entrega, dedicación y ayuda a tantos y tantas que te han necesitado y te siguen necesitando sigue transmitiendo paz y amor y confianza da luz de esperanza a esas almas que necesitan a Dios y que si supiesen que sólo con confiar de forma plena en Él, en un momento todo estaría hecho e incluso su conversión sería instantánea si llegasen a comprender esto, esa conversión ya sería del alma sin que ninguna prueba les hiciese sucumbir es el camino de la Santidad y plena unión con Dios. ¡Ah! y otra cosa, cuando por pruebas en tus conferencias hablas del odio puro del demonio, habla también del infinito amor y misericordia de Dios trinitario si las personas aceptan a Dios en su alma y siguen sus dictados, todo es ya correcto, perfecto, y son de forma plena en su aceptación hijos de Dios, en su conciencia, en su corazón"

Acabado esto, el pergamino se transforma en una hermosa bola de luz que sola se introduce en la caja. José Antonio siente la presencia de ese ángel, que irradia como la lumbre del hogar: paz, alegría, hermosura, bondad, fuerza, obediencia a Dios, y le pregunta si le puede dar un abrazo - sabe que es un ángel incorpóreo - y el ángel de Dios le responde que eso es del agrado de Dios. José Antonio procede a darle un abrazo y siente un cuerpo muy tierno, dotado si quisiese hacer uso de ese cuerpo con una enorme fortaleza, pero para José Antonio es todo ternura. Dado el abrazo se despiden, al salir el ángel por la puerta José Antonio observa la cinta azul del pelo que ha caído al suelo, la recoge y en letras de oro está escrito: San Miguel Arcángel. Sale corriendo de la habitación pero en el pasillo de habitaciones ya no hay nadie. José Antonio siente en su interior que es un regalo, un recuerdo.

José Antonio, enhorabuena, en mis ataques del mal, me diste una vez un consejo: cuando ores hazlo poniendo todo el corazón, la fe. Poco tiempo después no sólo eso sino que me propuse como acción de gracias diaria, el orar cada día el Santo Rosario. Hoy sábado de la virgen María, 16 de diciembre del año del Señor de 2006, se han cumplido 2 años de rezo diario, y por el camino he tenido gracias de Dios, pruebas fehacientes, tentaciones del mal… pero me he mantenido sabiendo que Dios es real y aceptando su voluntad, aún así "sufro un poquito" por no poder dedicar todo mi tiempo a Dios y ayudar a tantos hermanos/as. Envidio sanamente a los religiosos consagrados, porque poco puedo hacer... je je je Dios mediante, en sus amorosas manos estoy, y a veces siento su sonrisa.
¡Gloria a Dios en el cielo! ¿Quién como Dios?
Gloria al que es, al que es al que será por los siglos de los siglos. Amén.

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