DOREEN VIRTUE HIZO UNA FORTUNA CON LA VENTA DE SUS LIBROS Y PROGRAMAS DE AUTOAYUDA NEW AGE, HASTA QUE DESCUBRIÓ EN LA BIBLIA HASTA QUÉ PUNTO DIOS RECHAZA TODO ESO.
DOREEN VIRTUE HIZO UNA FORTUNA CON SUS LIBROS, TRADUCIDOS A 38 IDIOMAS
Traducida a 38 idiomas, Doreen
Virtue era una de las más rutilantes estrellas de la literatura New Age.
Lo sigue siendo, de hecho, pues sus libros de autoayuda basados en oráculos,
tarots, cristales, cartas y sucedáneos de "ángeles" siguen
vendiéndose en todo el mundo, a pesar de que reciben ahora su
rechazo expreso.
En 2020 ella misma describió su
proceso de conversión a la Biblia y a Jesús en un libro titulado Deceived No More: How
Jesus Led Me out of the New Age and into His Word [No más engaños. Cómo Jesús
me sacó de la Nueva Era para llevarme a Su mundo], y recientemente resumió su testimonio en un artículo
de Christianity Today.
"Tener
que admitir ante todo el mundo que estaba equivocada ha sido profundamente humillante. Pero
necesitaba esa humillación para aprender mejor a apoyarme en Dios",
confiesa.
En última instancia, su historia
consiste básicamente en descubrir ese apoyo, a costa de renunciar a ser
considerada por su editor "como una estrella
de rock" y a vivir en consonancia.
Doreen Virtue era una
popular autora de libros New Age, pero al hacerse cristiana tuvo que cambiar su
vida; su editor y su antiguo público no quieren espiritualidad cristiana.
DE
ERROR EN ERROR
Doreen se educó en la Ciencia Cristiana, donde le enseñaron a prescindir de las partes "negativas" de la Biblia, entre
ellas el pecado original y la Crucifixión: "Cuando
estudiábamos las Escrituras, seleccionábamos cuidadosamente los versículos o
los leíamos fuera de contexto, así que estaba preparada para el engaño del
demonio".
Estudió Psicología y empezó
a escribir libros de autoayuda y a dar conferencias y salir en radio y
televisión. Al cabo de un tiempo empezó a incorporar a esos textos las
creencias de la Ciencia Cristiana, y a frecuentar congresos de
Nueva Era que florecían en
Estados Unidos. En ellos descubrió toda la amplia oferta de "exóticas mercancías" y "técnicas de sanación" que acabaría "incorporando"
a sus libros hasta convertirlos en un boyante negocio.
"Al mismo
tiempo, me introduje en el yoga, la meditación oriental, la limpieza de chakras
la astrología, la adivinación y otras prácticas New Age", explica: "Los practicantes de la Nueva
Era suelen considerar que el cristianismo tiene normas dogmáticas, pero ellos
tienen sus propios estándares rígidos sobre lo que una 'persona iluminada' debe
o no debe hacer".
Doreen explica en
este vídeo por qué es peligroso iniciarse en el yoga incluso por razones
"inocentes": es una vía de entrada para todas las prácticas de la
Nueva Era, como le pasó a ella, que fue monitora de esta disciplina, que la
acabó introduciendo en el politeísmo.
Así ocupó sus siguientes veinte
años como profesora de Nueva Era y autora de éxito que presentaba sus libros en
todo el mundo viajando en primera clase, alojándose en los mejores hoteles y
disfrutando de una gran mansión en Hawai.
LA
VIDA REAL DE LOS SEGUIDORES DE LA NUEVA ERA
Pero todo reposaba en la creencia
mágica de que "tus palabras pueden crear tu
realidad": "Retorcíamos las palabras de Jesús para
dar a entender que Dios te daría cualquier cosa que le pidieses. Y poníamos
nuestra riqueza y nuestra fama como prueba de que nuestros principios eran
verdaderos y eficaces".
¿Qué sucedía en
realidad? Que, a pesar de los éxitos
mundanos, los practicantes de Nueva Era que ella frecuentaba presentaban un
panorama vital desolador: "Éramos
pecadores impenitentes con vidas dañadas por divorcios y adicciones. Nuestros talleres abarrotados, las ovaciones en pie,
los fans que nos adoraban y los amigos famosos nos hacían tener
un ego presuntuoso. Recuerdo haber creído que cada uno de mis
pensamientos era un mensaje o una señal de Dios o de sus ángeles".
Doreen se veía a sí misma como
una cristiana "de mente abierta", es
decir, "superior a todos esas personas
de mente estrecha que simplemente creían en Jesús. Para mí, Jesús funcionaba como un 'guía espiritual' que,
como un genio mágico, me ayudaba a convertir en realidad mis sueños. Yo
estudiaba todas las religiones del mundo y llevaba colgantes con símbolos de
las principales. Creía que todos los caminos llevan al cielo y que todas las
religiones adoran al mismo Dios".
Eso sí, confiesa que nunca
animaban a nadie a leer la Biblia y sí, sin embargo, a perseguir sus sueños
egoístas, "haciéndoles más codiciosos
y materialistas".
SAN
PABLO Y EL DEUTERONOMIO
"Ávida de
respuestas", escuchaba entonces a todo tipo de chamanes o
gurús, pero también a predicadores cristianos. Un día de enero de
2015, Doreen conducía por una carretera en Hawai escuchando al pastor
protestante Alistair Begg, quien comentaba la segunda carta
de San Pablo a Timoteo. Un versículo la
descolocó: "Porque vendrá un tiempo en que no
soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de
sus propios deseos y de lo que les gusta oír" (2 Tim 4, 3).
Se dio cuenta de que esas
palabras la describían a ella: "Dios usó ese
sermón para verme condenada por primera vez en mi vida. Sus palabras perforaron
mi corazón de piedra y me sentí avergonzada de mis falsas enseñanzas.
Cuando llegué a casa le dije a mi marido Michael que quería empezar a ir a una
iglesia cristiana real. Él lo aceptó enseguida".
Ese cambio en su vida le costó
tiempo, sobre todo la forma de entender su relación con Dios: "Me di cuenta de que yo no confiaba en que Dios
atendiese mis necesidades. Así que en vez de rezar y confiar en el Señor,
seguía confiando en las cartas adivinatorias, la astrología, las
lecturas psíquicas, los horóscopos y los cristales". Como ha expresado en alguna ocasión,
no había calibrado aún la fuerza del mandato divino que dice: "Confía en el Señor con toda el alma, no te fíes de
tu propia inteligencia" (Prov 3, 5).
Leer la Biblia de verdad "lo cambió todo", en particular este
pasaje del Deuteronomio: "No haya entre los tuyos quien haga pasar a su hijo
o su hija por el fuego; ni vaticinadores, ni astrólogos, ni
agoreros, ni hechiceros, ni encantadores, ni espiritistas, ni
adivinos, ni nigromantes; porque el que practica eso es abominable para el Señor.
Y, por esas abominaciones, los va a desposeer el Señor, tu Dios, delante de
ti" (Dt 18, 10-12).
"En
esa lista de actividades pecaminosas había muchas que yo estaba practicando",
reconoce: "Estaba rota, profundamente avergonzada y humillada por esas palabras. Caí sobre mis
rodillas de pura vergüenza y pena. '¡Lo siento
tanto, Dios mío!', repetía, arrepentida, '¡No
lo sabía!' Desde aquel mismo día le entregué mi vida a Jesús como Señor y
Salvador".
FIRME
EN EL CAMINO
Una decisión con graves
consecuencias. Su editor
canceló el contrato y muchos seguidores de la Nueva Era empezaron a
despreciarla y
amenazarla en cuanto hizo pública su convicción cristiana: "Por primera vez experimenté una lucha
espiritual, lo que me unió aún más a Dios". Y empezó y completó, en una universidad evangélica,
un grado de estudios teológicos y bíblicos.
Sus libros de New Age siguen
vendiéndose contra su voluntad, porque ella ha pedido que no se haga. Pero lo
ve como "una oportunidad para compartir el
Evangelio" a través de su testimonio: "Pido
constantemente a Dios que utilice mi testimonio para llevar a Jesús a los
seguidores de la Nueva Era.
Pues tras buscar la paz en la New Age, sin
encontrarla nunca, la encontré finalmente en Cristo. A pesar de las tormentas
de mi vida, mi esperanza y mi confianza en el Señor son firmes".
No hay comentarios:
Publicar un comentario