Cuenta la leyenda
que fue traída a España por el Apóstol Santiago cuando vino a predicar el
Evangelio, que la pintó San Lucas y la talló Nicodemus.
Por: Catedral de la Almudena | Fuente: www.catedraldelaalmudena.es
El origen de la imagen de la Virgen, que con el
tiempo se había de llamar Santa María la Real de la Almudena llega, según la
tradición, hasta la generación apostólica; y con ella la devoción que siempre
ha tenido entre los madrileños. Cuenta la leyenda que fue traída a España por
el Apóstol Santiago cuando vino a predicar el Evangelio, y dicen que la pintó
San Lucas y la talló Nicodemus… Esta pretensión de atribuir tan remoto
origen a la Imagen, es muy de admirar. Lo que si es cierto es que en la pequeña
villa que luego habría de ser capital de España, se veneró desde siempre como
Patrona una imagen de la Madre de Dios denominada “Santa
María de la Vega” o de “La Concepción
Admirable”.
Cuenta la tradición que a comienzos del siglo
VIII, ante la inminencia de la invasión sarracena ocurrida entre los años 711 a
714, los cristianos de la villa para evitar la profanación de la imagen,
escondieron a la Señora en un cubo de la muralla; en 1083-1085 siendo Pontífice
Gregorio VII, al conquistar Magerit el rey Alfonso VI, convocó una procesión
encabezada por él mismo, y al llegar junto al cubo de la muralla cercano a la
Almudayna unas piedras se derrumbaron y en el hueco estaba la imagen de la
Virgen con los dos cirios encendidos. Era el 9 de noviembre del año 1085. Según
esta tradición el Rey Alfonso VI hasta la localización de imagen habría mandado
pintar en el muro de la Iglesia de la Villa una imagen. Esa imagen sería la
conocida hoy en día de “la Virgen de la Flor de
lis”. Cuenta esta leyenda que los rasgos estaban inspirados en su esposa
Doña Constanza y que sostiene una imagen de flor de lis en su mano puesto que
Doña Constanza era francesa. Esta imagen es una pintura mural probablemente de
fines del siglo XII o principios del siglo XIII y muestra a la Virgen con el
Niño y con una flor de Lis en la mano. Bajo sus pies una Cruz roja similar a la
de la Orden de Calatrava. Seguramente tras la consagración del templo (ya que
había sido mezquita) se pintó una imagen de la Virgen con el lirio
(probablemente símbolo de pureza de María) muy utilizado como ornamento
decorativo por los visigodos y más tarde por los mozárabes. En 1638 se
arrancó el bloque de yeso de 10 cm. de espesor sobre el que está pintada la
imagen y se trasladó a otro lugar de la iglesia. En 1868, cuando se derribó la
iglesia de Santa María, pasó a la del
Santísimo Sacramento y desde allí definitivamente a la Cripta donde hoy se
venera. La Virgen de la Flor de Lis es actualmente Patrona de los jardineros.
LA
IMAGEN
La talla actual de la Virgen de la Almudena es
de madera de pino dorada y policromada, y sostiene al Niño en sus brazos y data
seguramente de fines del siglo XV o principios del XVI, fue realizada por un
escultor relacionado con el maestro Diego Copín de Toledo o por el mismo tal y
como afirmaron José Manuel Azcárate y Francisco Portela; sustituyó a la anterior que aparece citada en algunas
crónicas y cuya imagen es probablemente la que aparece pintada en el
arcón de San Isidro que se encuentra en la Capilla de la Catedral dedicada a
San Isidro, y que podría haber sustituido a una primitiva que se habría quemado
en tiempos de Enrique IV (1425-1474).
Esta imagen de Santa María la Real de la Almudena, estuvo vestida desde 1626. Durante
este tiempo recibió gran cantidad de vestidos y mantos, regalo de distintas
Reinas de España, que se conservan en el Museo Catedral; pero el 18 de junio de
1890, por disposición del entonces Obispo de Madrid Don Ciriaco Sancha, la
Virgen salió en la Procesión del Corpus desposeída de sus vestiduras de tela.
OTRAS
IMÁGENES
Hay otras representaciones de la Almudena,
copias más modernas y casi idénticas a la anterior. La primera se
encuentra en la cripta; en el museo catedral existe otra imagen, vestida con un
traje de tisú blanco, bordado en oro, que nos la muestra tal y como la
veneraban los madrileños de los siglos XVII, XVIII y XIX. Así mismo se han
realizado otras copias: la que se encuentra en el muro de la cuesta de la Vega
recordando su aparición en la muralla, o la que se utiliza para posesionar o
presidir los actos diocesanos en el exterior del templo.
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