Es
el adversario que nos pone trampas para que cumplamos el plan de Dios. ¿Y dónde
está? Es de naturaleza angélica, y por lo tanto incorpóreo.
Pero está delante de nuestros ojos presente en cada
cosa qué nos sugiera no servir a Dios.
Es el
príncipe de este mundo y ha logrado qué
muchos cristianos digan que no existe, a pesar que la Biblia es clara, y
lo es aún más el Catecismo de la Iglesia Católica. Él es un ser que
constantemente está tentando y
engañando a los hombres. Generando un proceso de prueba de nuestra fidelidad al creador. Veamos quién es
esta figura, el alcance de su poder y cómo podemos defendernos.
QUÉ
TIPO DE SER ES SATANÁS
Satanás fue creado por Dios cómo un querubín, o sea un espíritu
puro del coro más alto de los ángeles.
Fue creado antes que los seres humanos y como un ser perfecto. Se dice que su sabiduría y su belleza eran incomparables.
Y eso le llevó a desarrollar su orgullo
y posteriormente su rebelión contra Dios que lo había creado. Él quiso recibir la misma adoración que Dios
y se rebeló por no obtenerla, contando con el apoyo de un tercio de los ángeles. Ante esta rebelión un ángel de
un coro inferior, el Arcángel Miguel,
entabló una resistencia contra satanás y sus huestes, estos perdieron la
batalla y fueron arrojados a la Tierra.
En él libro
del Apocalipsis 12: 7-9 se describe esta batalla: “Entonces
se desató una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el
dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, pero no pudieron vencer, y ya no hubo
lugar para ellos en el cielo.
El dragón grande, la antigua serpiente, conocida
como el Demonio o Satanás, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue
arrojado a la tierra y sus ángeles con él“.
Esta
rebelión continuó en la Tierra y en el próximo episodio lo vemos tomar la forma de una serpiente. La que tentó a Eva en el jardín del Edén, para que
comiera el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, que
había sido prohibido por Dios. Esto se describe en el Génesis como la caída de la humanidad en el pecado
original.
A partir de ahí comienza su carrera de tentaciones
y ataques a los seres humanos buscando que pequen, se alejen de Dios y por lo
tanto no se hagan acreedores de sus promesas.
De modo que
satanás, también conocido como el demonio o el diablo, es un ser real no un mero recurso metafórico.
SATANÁS
COMO LA PERSONIFICACIÓN DEL MAL
Tomás de
Aquino sostuvo que aunque los ángeles y los hombres no pueden tener una
predisposición al mal pueden
deliberadamente hacer elecciones desordenadas. Aquino sugiere que el primer
ángel al pecar causó que otros ángeles pecaran, por ejemplo en vez de
coerción. Así, los demonios están sujetos al diablo porque cuando una criatura racional peca a sugerencia de
otra, se somete al poder de ese otro como parte del castigo por el
pecado.
En La Filosofía de
Tolkien, el filósofo
Peter Kreeft describe a los ángeles como:
“El siguiente paso (del hombre) hacia arriba en la
jerarquía cósmica, inmensamente más inteligentes, más poderosos y más bellos
que nosotros, las criaturas más divinas que existen”.
Ángeles y demonios son seres espirituales, aunque la Escritura, otros escritores y pensadores sugieren que pueden
asumir formas humanas cuando sea necesario. Y son extra-dimensionales, lo que significa que no están limitados
por las tres dimensiones físicas y la línea de tiempo fija que restringen al
hombre.
Eugene Boylan,
O.C.R., observa:
“Incluso la manera en que sus (ángeles) llevan
procesos mentales es muy diferente.
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Pues mientras nosotros los seres humanos avanzamos paso a paso en el proceso gradual del razonamiento, ellos ven la verdad inmediatamente, de un vistazo.
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Pues mientras nosotros los seres humanos avanzamos paso a paso en el proceso gradual del razonamiento, ellos ven la verdad inmediatamente, de un vistazo.
Sería erróneo imaginar que la condena
inmediata de los ángeles rebeldes, sin más tiempo para la reconsideración y el
arrepentimiento, pone en juicio la misericordia de Dios. La excelencia de los
poderes de la mente angélica es tal, que la reconsideración, como la entendemos, carece de sentido para ellos.
Estaban en pleno conocimiento de los
hechos del caso, completamente imperturbables en su juicio por las
pasiones terrenales o por la falta de reflexión, y vieron sus obligaciones y la
atrocidad de su crimen con una claridad que va mucho más allá que cualquier
cosa que podamos imaginar. Ningún
tiempo para la reconsideración conduciría a una inversión de su decisión.”
Aunque el
diablo y los demonios se rebelaron contra Dios, conservan los atributos que recibieron cuando fueron creados,
excepto que usan estos atributos para oponerse, en vez de servir a su Creador.
Las
perspectivas y representaciones bíblicas, filosóficas, teológicas, artísticas sugieren que el diablo es:
- Mucho más poderoso que cualquier hombre mortal
- No es ateo; el diablo sabe que Dios existe y está fuera para
frustrarlo
- Excesivamente astuto e ingenioso
- Un mentiroso entusiasta cuando se adapta a sus propósitos
- Un maestro en encontrar y explotar la debilidad humana.
ES
PRINCIPALMENTE MENCIONADO EN EL NUEVO TESTAMENTO
Algunos
cristianos creen que satanás es una figura que heredó el cristianismo desde el
judaísmo, así como el cuento de su rebelión. Sin embargo hay pocas menciones de satanás en el Antiguo
Testamento, (1 Crónicas 21: 1 , Job 1: 6 Zacarías 3: 1-2) Aunque sí se
le menciona por su nombre hebreo que significa adversario. Pero para la época
en que vivió Jesucristo ya se
consideraba a satanás como una criatura celestial opuesta a Dios, que
buscaba la destrucción de la humanidad. Hay escritos judíos apócrifos que lo
mencionan como el príncipe de los
espíritus malignos, que fue expulsado del cielo por su negativa a
reconocer al hombre como creado a imagen de Dios.
En el Nuevo Testamento se lo presenta como el ser
maligno del universo.
Es por boca del propio Jesús que se identifica a satanás como el
gobernante de este mundo (Juan 12: 31), y como un asesino,
mentiroso y padre de la mentira (Juan 8: 44). Y Jesús relaciona la destrucción del poder de satanás en el mundo como
vinculado con la salvación (Juan 12: 31-33). En la actividad pública de
Jesús se ve claramente la guerra contra el príncipe de este mundo o sea
satanás; por ejemplo cuando expulsaba
demonios en los posesos. Y también aparece clara en el Nuevo Testamento
la batalla espiritual el libró Jesús contra él, cuando fue tentado en el desierto durante 40 días (Mateo 4: 1-11). También
advirtió varias veces a sus discípulos
que serían atacados por satanás como Él lo fue, y que intentaría
destruir a la Iglesia. Un signo de esto fue la seducción a Judas Iscariote, que lo entregó a las autoridades
romanas. Luego de Jesús fue San Pablo
quién se refirió más a satanás hablando de la tentación y del combate
espiritual.
Pablo sentó las bases de la defensa en el combate a
las tentaciones, diciendo que el diablo nos puede tentar para que pequemos,
pero no puede hacer que efectivamente pequemos.
Porque somos nosotros que en definitiva resolvemos
esto con nuestro libre albedrío.
LA
ENSEÑANZA DE LA IGLESIA SOBRE SATANÁS
El Catecismo
de la Iglesia Católica habla profusamente de satanás y su influencia.
En el
numeral 391 dice: “Detrás de la elección
desobediente de nuestros primeros padres se halla una voz seductora, opuesta a
Dios que, por envidia, los hace caer en la muerte.
La Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en
este ser un ángel caído, llamado Satán o diablo.
La
Iglesia enseña que primero fue un ángel bueno, creado por Dios.”
Y en el
numeral 395 dice: “No es más que una criatura, poderosa por el hecho de ser espíritu puro,
pero siempre criatura: no puede impedir la edificación del Reino de Dios.
Aunque Satán actúe en el mundo por odio contra Dios y su Reino en Jesucristo, y
aunque su acción cause graves daños —de naturaleza espiritual e indirectamente
incluso de naturaleza física—en cada hombre y en la sociedad, esta acción es
permitida por la divina providencia que con fuerza y dulzura dirige la historia
del hombre y del mundo.
El que Dios permita la actividad diabólica es un
gran misterio, pero nosotros sabemos que en todas las cosas interviene Dios
para bien de los que le aman“.
En el
numeral 414 define que la característica esencial de satanás es el orgullo. Y cuando analiza la oración del Padre
Nuestro se detiene en la petición “Líbranos del mal”,
diciendo que no se refiere a que nos libre de una abstracción que es el mal,
sino que nos libre de la acción de una persona que se identifica como
satanás. A pesar de las profusas menciones a satanás que están escritas en el
catecismo, hoy se oye predicar poco
sobre este enemigo desde los ambones. En el siglo XIX hubo una corriente de simpatía hacia esta figura
por considerarlo un libertador del yugo de Dios. Pero posteriormente esa simpatía fue cediendo para situarse en la
incredulidad actual. En el siglo
XX la presencia de Satanás se hundió en la invisibilidad. Hoy las
encuestas en todo el mundo muestran que sólo
un poco más de la mitad de los cristianos creen que exista efectivamente
satanás.
Esto lo
advierte muy claramente el arzobispo Fulton Sheen que dijo en 1958: “Muy pocas personas creen en el diablo en estos días, lo
que se adapta muy bien al diablo. Siempre está ayudando a difundir las noticias
de su propia muerte. La esencia de Dios es la existencia, y Él se define a sí
mismo como: “Yo soy el que soy”.
La esencia del diablo es la mentira, y se define a
sí mismo como: “Yo soy quien no soy”.
Satanás tiene muy pocos problemas con los que no
creen en él; ya están de su lado“.
LOS
NOMBRES CON LOS QUE SE LE MENCIONA EN LA BIBLIA
En
la Biblia podemos apreciar que se menciona a satanás con diversos otros
nombres:
- El diablo.
- Lucifer.
- El gobernante del poder
del aire.
- El dios de este mundo o
príncipe de este mundo.
- El gobernante de este
mundo.
- El que tiene el poder de
la muerte.
- Leviatán.
- El gran dragón.
- El enemigo.
- La serpiente o serpiente
antigua.
- Abaddon, Apollyon.
- Beelzebub, el gobernante
de los demonios.
- Beliar/ Belial.
- El maligno.
- El tentador.
- El acusador.
- Un mentiroso, el padre de
la mentira.
¿CUAL
ES SU APARIENCIA?
La cultura popular lo ha representado como un
humanoide con piel rojiza, cuernos, pezuñas, una cola que se bifurca y a veces
alas, y con un tridente.
Estas
imágenes no pertenecen a la Biblia, porque en primer lugar los ángeles no tienen apariencia humana.
Sin embargo en la Tierra pudieran tomar
forma humana, aunque probablemente no la descripta arriba. El profeta Ezequiel nos hace una descripción
de un querubín.
Dice que tienen 5 metros de altura con 4 alas de 2
metros de largo, están todos cubiertos de ojos y tienen manos.
Presentan cuatro caras, una propiamente la de querubín otra cara de un hombre, otra de un león
y otra de un águila. En el Apocalipsis se menciona una figura similar pero con seis alas. Sin embargo estas descripciones
distan de la característica de una
belleza sin igual con la que Dios creó a los querubines.
SATANÁS
DERROTADO TOTALMENTE
La Biblia asegura que satanás y el mal serán
vencidos definitivamente cuando Cristo regrese por segunda vez.
Y será
arrojado a un lago de fuego y azufre donde ya habían sido arrojados el
anticristo y el falso profeta. Y allí permanecerán
toda la eternidad según Apocalipsis 20: 10. Satanás por lo tanto incrementará su rebelión contra Dios atacando
a los hombres. Y cerca del final
hará surgir al anticristo, un gobernante mundial que podrá ser
maravillas físicas en el mundo. El cuál será
apoyado por un falso profeta, un líder religioso, que predicará para que
los seres humanos adoren al anticristo.
Se entablará una guerra, cuyo punto culminante es
la batalla de Armagedón y el anticristo y el falso profeta serán arrojados al
lago de fuego, o sea al infierno.
Habrá un interregno los santos gobernarán la Tierra con una presencia espiritual
de Jesucristo, por un
período que se dice de 1000 años, que probablemente quiera decir un período muy
largo.
Al final de este período satanás será liberado
nuevamente.
Y engañará nuevamente a los líderes del mundo entablando se una corta batalla
que culminará con la segunda venida de Jesucristo y el destierro definitivo de
satanás y sus huestes al infierno eterno. Pero mientras tanto, antes de la tribulación menor y de la última y
definitiva tribulación, vemos a satanás
moviéndose con absoluta libertad en la tierra. ¿Por qué es esto?
NOS
DESCONCIERTA LA LIBERTAD CON LA QUE SE MUEVE
¿Porque Dios permite al principal
promotor de la maldad vagar fuera del infierno y tentar y poseer a los seres
humanos en la Tierra? Parecería que su lugar es el infierno y ya fue arrojado ahí pero que los demonios tienen la capacidad de vagar por
la Tierra también.
La explicación parecería ser que Dios permite el
mal con una condición necesaria para la libertad.
Para que podamos decidir entre Él y el mal con nuestro propio libre
albedrío, porque Dios no quiere que lo aceptemos porque Él lo imponga. Detrás
de esto está la idea de que nuestra
vida en la Tierra es como una prueba.
En qué Dios permite cierto grado de maldad pero nos
da la gracia como para que podamos oponernos a ella y vencerla.
De esta
forma, nuestras tentaciones y pruebas
hace más digna nuestra aceptación a Dios. También debemos tener en
cuenta, que así como los demonios vagan por la Tierra tentando y poseyendo a
los seres humanos, también lo hacen los
Ángeles buenos, y son el doble en cantidad que los demonios. Y son ellos
los que nos tientan a favor de Dios.
LOS
MÉTODOS QUE USA SATANÁS SOBRE LOS SERES HUMANOS
Hay dos objetivos de satanás en la tierra.
Uno es obstaculizar el gobierno de Dios sobre el
mundo.
Y otro es llevar al pecado a los seres humanos y
que se rebelen contra Dios, lo cual les impedirá llegar a la vida eterna en el
cielo.
Los
principales métodos que utiliza son la
tentación y el engaño para apartarnos de la obediencia de los
mandamientos de Dios. Trata de que
creamos que lo incorrecto es lo correcto y que pecando lograremos un bien mayor.
En definitiva su grito es ¡No Serviam!, cómo desde que se rebeló
a Dios.
Donde hay reemplazo de Dios por otra figura, y
dónde hay rebelión a servirlo, podemos encontrar la huella de Satanás.
Es la huella de la falsificación.
Por tanto la forma de vencer la estrategia de
falsificación demoníaca es permanecer en la palabra de Dios.
Por eso es
muy atinada la recomendación del Santo Cura de Ars, que dice que satanás es como un perro encadenado, que puede ladrar
y amenazar, nos pero no mordernos, salvo que nos acerquemos demasiado. Por lo tanto la conclusión es que debemos
mantener la distancia con las mociones y las figuras que sugieran rebelión
contra los mandamientos de Dios.
Fuentes:
- http://catholicexchange.com/who-is-the-devil-2
- https://www.christianbiblereference.org/faq_satan.htm
- http://www.godandscience.org/doctrine/who_is_satan.htm
- http://blog.adw.org/2017/08/satan-roam-earth/
- https://www.catholicworldreport.com/2017/06/07/satan-past-present-and-future/
Sergio Fernández
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