viernes, 23 de febrero de 2018

REMATADAMENTE LOCOS. EL CARDENAL MARX PROPONE UNA BENDICIÓN PARA PAREJAS HOMOSEXUALES


Se nos van haciendo normales las discrepancias entre obispos. En principio, nada que objetar, siempre han existido. Son muchos los temas que admiten libre discusión y es normal el debate. Lo malo es cuando la discusión puede afectar a cosas que uno entiende pertenecen al depósito de la fe o de la moral, en cuyo caso las discusiones deberían sobrar.
Esta última semana nos ha llegado lo que espero sea un simple globo sonda, que no lo será, según el cual el cardenal Marx propone algún tipo de bendición para parejas del mismo sexo. No solo propone, sino que parece ser, estamos siempre en el parece, que ya hay una comisión, un adelanto, un empezar a hacer.
A esto ha respondido el arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, en su carta semanal, en la que, entre otras cosas, afirma: “cualquier «rito de bendición» implicaría colaborar en un acto moralmente prohibido, no importa lo sinceras que sean las personas que desean esta bendición. Un rito así socavaría el testimonio de la Iglesia sobre la naturaleza del matrimonio y la familia, confundiría y engañaría a los fieles y dañaría la unidad de nuestra Iglesia, porque este hecho no podría ser ignorado o aceptado en silencio”.
La clave de todo esto es facilita. A ver, ¿las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo son un pecado grave o no? Según toda la tradición bíblica y la tradición de la Iglesia, la sodomía es un gravísimo pecado.
Levítico 18:22, “No te echarás con varón como con mujer; es abominación”.
Levítico 20:13, “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre”.
Deuteronomio 23:17, “No haya ramera entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel”.
Reyes 14:24, “Hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que el Señor había echado delante de los hijos de Israel”.
Romanos 1:26-27, “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.”
1 Corintios 6:9, “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”.
El Catecismo de la Iglesia católica. Nº 2357: “Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso”.
Pues va todo un señor cardenal y dice que la Iglesia debe dar su bendición a la convivencia íntima de dos señores o dos señoras, y que habrá que ver cada caso.
Perdón por la caricatura. Pero claro, te viene una pareja de dos señores o dos señoras que viven como pareja en todo y a ver qué haces. ¿Los bendices como dice el cardenal Marx, o sacas la Escritura y el Catecismo y dices que están viviendo en un gravísimo pecado, como afirma el arzobispo Chaput? ¿Qué es más misericordioso?
¿Son pecado las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo? ¿Sí? Pues no puede haber nada que lo justifique o aliente, como por ejemplo una bendición. ¿No? Pues acabamos de cargarnos la Escritura y toda la tradición de la Iglesia. ¿Que depende? ¿De qué? ¿Del subjetivismo del cura de turno?

Rematadamente locos.

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