viernes, 8 de septiembre de 2017

¿SE PUEDE SER AMIGA DE UN SACERDOTE?


La respuesta es sí, pero ¡No descuides estos 10 consejos!

Por: Lisseth Cruz Bonilla y Karla Estrada Navarro | Fuente: PadreSam.com
El mundo está acostumbrado a decir que la amistad entre un hombre y una mujer no existe, que siempre habrá dobles intenciones, que tarde o temprano pasará algo de índole físico…

Todo este debate se incrementa al momento de plantear una amistad entre una mujer y un sacerdote… muchas personas dirán que en ese escenario es aún más imposible. Sin embargo, si somos cristianos tenemos ejemplos que comprueban lo contrario a lo largo de la historia.  Ya Jesús nos mostró que la amistad entre un hombre y una mujer sí es posible. Jesús fue el amigo por excelencia de Magdalena, Marta, María, y ya en la historia de la iglesia podemos encontrar a los icónicos Santa Clara de Asís con San Francisco de Asís y Santa Teresa de Ávila con San Juan de la Cruz. Podemos cometer el error de pensar que estos ejemplos quedaron solo como un recuerdo lejano, histórico; cuando, en realidad, nosotros estamos llamados a hacer vida las enseñanzas de Jesús en el mundo de hoy.

Ante la pregunta: ¿es posible una amistad pura entre una mujer y un sacerdote? La respuesta es . Lo sabemos, este tema puede ser un tanto tabú, pero estamos llamados a ser luz en el mundo y es por ello que, si tú tienes una amistad con un sacerdote, aquí te dejamos algunos consejos para llevar una amistad según el corazón de Dios:
  1. Tener a Cristo como centro de su amistad: si tú quieres tener una buena amistad con un sacerdote, Jesús debe ser el centro. Solo teniéndolo a Él como base es posible tener una amistad santa. Solo teniéndolo a Él, la alegría será el principal elemento de su amistad.
  2. Tu Amistad debe pasar por el filtro de la oración: da siempre gracias por toda purificación en su amistad.
  3. No olvides que tu principal ayuda es: rezar por su Ministerio Sacerdotal. Cuida su vocación a través de la oración.
  4. Sé prudente en tu trato, no olvides que es un Consagrado: Tu comportamiento le debe ayudar a llevar una vida más alegre y santa.
  5. Respetar sus agendas: como todo sacerdote, su principal misión es estar con la feligresía, acompáñalo con tu oración constante. No pretendas adueñarte de él.
  6. Tenerlo presente en la Santa Misa: tu amigo sacerdote necesita tu oración para que su Ministerio sea santo.
  7. No juzgarlo: hay que ver más allá del Sacerdote, ver la persona con debilidades y necesidades. Es una persona que Dios ha llamado para servirle, pero sigue teniendo sus batallas. ¡No lo olvides!
  8. Si ves que falla, corrige con amor: en una amistad libre, se puede señalar con caridad las fallas y ayudarse mutuamente a crecer en Santidad.
  9. Perdona sus fallas: como se ha mencionado, él no es perfecto, sé el rostro misericordioso de Dios en su vida. Busca siempre la reconciliación y la paz.
  10. Ten paciencia ante los cuestionamientos: Debes tener en cuenta que la gente puede reaccionar negativamente a esa amistad. Pero que eso no sea un impedimento para brindar amistad sincera y pura.
Es normal que la gente pueda cuestionar, juzgar o incluso condenar una amistad con un sacerdote, pero si tú estás clara que tu amistad es edificante, libre y sincera, no debes tener miedo a los juicios. La amistad real vale todo por ser defendida. Aunque el mundo o incluso personas de iglesia te digan que es imposible que exista una amistad así, Jesús nos ha mostrado que la amistad verdadera sí existe. Nosotros estamos llamados a ser reflejo de su vida. Nuestros amigos sacerdotes necesitan de nuestra oración, fidelidad, lealtad, cariño sincero y transparente.


Que nuestra amistad y testimonio sea una Betania santa para ellos.

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