martes, 26 de septiembre de 2017

PORQUE YO, EL SEÑOR, SOY TU SANADOR. (ÉXODO 15:26)


Dios tiene diferentes maneras de traer sanidad a nuestra vida. ¿Sabías que El Señor puso en nuestro organismo leyes de sanidad? Nuestro cuerpo tiene un poder de recuperación y una resistencia admirable.
Si le das una oportunidad el cuerpo, se restaura a sí mismo. Piensa en el extraordinario sistema inmunológico. Cuando hay una infección o un virus, el cerebro envía una señal y todo el organismo se pone a trabajar para solucionar el problema.
El sistema circulatorio es maravilloso, por ejemplo cuando la sangre fluye hacia una herida, esta contiene elementos que al entrar en contacto con el aire, a los pocos instantes deja de aflorar y comienza así el proceso de cicatrización, esto en sí mismo es un gran milagro. Dios ha puesto en tu organismo la capacidad de resistir la enfermedad y de restaurarse solo, por medio del descanso, dieta equilibrada, ejercicio y una buena hidratación. Su cuerpo posee la capacidad de protegerlo de los enemigos que quieren arruinar la salud. Si, hay muchas maravillas dentro del cuerpo humano, estas responden a la ley de sanidad que Dios ordeno que vivamos.
Si aun teniendo físicamente un prodigio de la creación como su cuerpo, permaneces enfermo ya sea por un accidente, excesos de trabajo, problemas climáticos, mala alimentación, infecciones etc. Cree que El Señor es tu sanador, cree que el poder de Dios fluye a través de ti trayendo sanidad, ya no de forma natural sino de manera sobrenatural. Cada parte oscura es iluminada por el Señor, cada herida es restaurada por el Señor, cada parte debilitada es renovada, restablecida y renovada.
En el nombre de Jesús reciba su milagro hoy.
ORACIÓN POR SANIDAD:
“Padre celestial, gracias por darme la vida y poner en mi organismo leyes de sanidad, ayúdame a ser equilibrado en todo y a no cometer excesos que deterioren mi salud. Pido un milagro sobrenatural en mi cuerpo, tu eres mi sanador, cúbreme con tu poder y tu luz, recibo ahora tu toque sanador, en el nombre de Jesús amen”

Por Mario Serrano

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