La oración exige
coherencia de vida: observar la Palabra de Dios, sus Mandamientos, hacer Su
voluntad. Se ora como se vive, y se vive como se ora
Por: Mons. Rafaello Martinelli | Fuente: Catholic.net
Por: Mons. Rafaello Martinelli | Fuente: Catholic.net
¿QUÉ
ES LA ORACIÓN CRISTIANA?
- La oración cristiana
es:
· elevación del alma a Dios;
· don de Dios y acción del hombre;
· coloquio, relación de los hijos de Dios
con su Padre, por medio del Hijo Jesús, en el Espíritu Santo: relación viviente
de alianza, de comunión de amor;
· participación de todo el hombre,
cualquiera sea el lenguaje (gestos o palabras) y el lugar de la oración;
· adhesión humilde y confiada a la voluntad
de Dios Padre;
· necesidad vital: el cristiano, para su
vida espiritual, tiene absoluta e incesante necesidad como tiene necesidad del
aire y del agua para su vida biológica.
- La oración brota del Espíritu Santo:
“Dios ha mandado a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que grita: Abbá,
Padre” (Gal 4, 6). Es el mismo Espíritu, que ora en el cristiano y
le enseña “qué sea conveniente pedir” (Rm 8, 26) en la
oración.
- Exige de la persona que ora, un corazón
humilde y arrepentido, rico de Fe, en el cual la persona se reconoce como
creada a imagen de Dios, redimida por Cristo, santificada por el Espíritu
Santo: “Todo es posible a quien cree” (Mt 9, 23).
- Dios primero llama incesantemente cada
persona al misterioso encuentro de la oración.
- La oración por tanto
tiene una doble dimensión:
· descendente: invitación al encuentro y al
diálogo que el Padre, por medio de Cristo, en el Espíritu Santo, dirige al
hombre;
· ascendente: respuesta del hombre al
Padre, por medio de Cristo, en el Espíritu Santo.
¿CÓMO
SE COMPORTA JESÚS EN RELACIÓN A LA ORACIÓN?
- Durante su vida
terrena, El ora:
· según los ritmos y las plegarias de su
pueblo;
· con frecuencia, también de noche, en la
soledad y en particular antes de los momentos decisivos de su misión;
· diciendo: “Abba, Padre”: la suya es una
oración filial, brota de su ser Hijo eterno de Dios;
· por nosotros, como nuestro sacerdote; en
nosotros como Cabeza y guía; y le rezamos a Él
como nuestro Dios.
- Toda la vida de Jesús es una incesante
oración, comunión profunda e íntima con Dios su Padre: sus palabras y sus
acciones son la manifestación visible de tal oración continua.
- Jesús es el “Maestro
de oración” para el cristiano. El, orando, nos enseña como orar. Y al mismo
tiempo él da indicaciones precisas sobre cómo orar. Por ejemplo:
· “Cuando recen digan: ‘Padre’ ”
(Lc 11, 2);
· “No desperdicien palabras como los
paganos, los cuales creen que son escuchados a fuerza de palabras […] porque el
Padre sabe qué cosas ustedes necesitan antes de que le las pidan” (Mt 6,
7-8);
· “Cuando ores, entra en tu habitación y,
cerrada la puerta, ora a tu Padre en secreto” (Mt 6, 6);
· “Si presentas tu ofrenda al altar e allí
te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el
altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano y después regresa a presentar
tu ofrenda” (Mt 5, 23-24);
· “Oren por sus perseguidores, para que
sean hijos de su Padre celestial” (Mt 5, 44-45);
· “Pidan y se les dará, busquen y
encontrarán, toquen y les será abierto” (Lc 11, 9). “Pidan y obtendrán para que
su gozo sea pleno” (Jn 16, 24);
· “No tienen, porque no piden; piden y no
obtienen porque piden mal” (St 4, 2-3) ;
· “Busquen primero el Reino de Dios”
(Mt 6, 33) y el Padre celestial le dará todo lo que necesite a quien ore
así.
- A la pregunta:
“Señor, enséñanos a orar” (Lc 11, 1), Jesús responde enseñando la oración del
Padre nuestro. Tal oración:
· es la síntesis de todo el
Evangelio;
· nos pone en comunión con el Padre y con
Jesucristo. Al mismo tiempo nos revela a nosotros mismos;
· contiene siete peticiones a Dios Padre.
Las tres primeras tienen como objeto la gloria del Padre: la santificación del
Nombre, la venida del Reino y el cumplimiento de la voluntad divina. Las otras
cuatro le presentan nuestros deseos, en cuanto a nuestra vida para nutrirla,
para sanarla del pecado, para liberarla del mal;
· con el Amén final expresamos
nuestro fiat a las siete peticiones: Así sea.
¿CUÁLES
SON LA FUENTES DE LAS CUALES EL CRISTIANO SACA SU ORACIÓN?
- Esas son:
· La Palabra de Dios, contenida en la
Sagrada Escritura;
· La liturgia de la Iglesia, en particular
los sacramentos y la Liturgia de las Horas;
· Las virtudes teologales: Fe, Esperanza y
Caridad;
· El hoy, con sus acontecimientos
cotidianos, alegres y tristes.
- Es bueno que el cristiano utilice estas
fuentes en manera complementaria, dando siempre el primer lugar a la
Celebración eucarística, fuente y culmen de toda la vida del cristiano y de la
Iglesia, al igual que modelo de toda oración.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE UTILIZAR LOS SALMOS COMO ORACIÓN?
Es importante porque los
Salmos:
· son Palabra de Dios dirigida al hombre, y
palabra del hombre dirigida a Dios;
· son oración del Pueblo de Dios: Cristo
asocia a sí la Iglesia su esposa; son oración pública, en la cual la Iglesia
está particularmente implicada;
· contienen toda la infinita gama de
interrogantes, situaciones en que puede encontrarse toda persona de cualquier
nación o edad;
· son expresión de los distintos
sentimientos del ánimo humano: gozo, reconocimiento, acción de gracias, amor,
ternura, entusiasmo, y también sufrimiento, recriminación, petición de ayuda y
de justicia, que terminan a veces en rabia e imprecación. En los Salmos el ser
humano se reencuentra a sí mismo enteramente;
· hacen vivir la experiencia de la cercanía
de Dios en las ocasiones cotidianas de la existencia que le han originado e di
las cuales son reflejo;
· ofrecen diversas intenciones de oración:
para glorificar a Dios, para agradecerle, para expresar confianza, para invocar
ayuda, para pedir perdón, para hacer escuchar la propia oración; iaculum,
es decir, dardo- con la que se indican brevísimas expresiones salmódicas que
pueden ser recitadas durante la jornada cuales breves pero eficaces coloquios
con Dios, como también pueden ser ‘lanzadas’, como puntas encendidas, por
ejemplo contra las tentaciones.
¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES FORMAS DE LA ORACIÓN CRISTIANA?
Las principales formas
son:
- En cuanto al contenido de la oración:
· la oración de adoración;
· la oración de petición, que tiene por
objeto sobretodo el perdón, la búsqueda del Reino de Dios (“Venga tu reino”),
como también cualquier verdadera necesidad para nosotros y para los
demás;
· la oración de agradecimiento: “En toda
ocasión den gracias” (1 Tes 5, 18). Se agradece a Dios por los dones
de la creación y de la redención. Cualquier acontecimiento y cualquier
necesidad puede ser motivo de agradecimiento;
· la oración de alabanza: se da gloria a
Dios porque El es, antes y más que por lo que El hace.
- En cuanto al modo de orar:
· La oración vocal: es la que, basada en la
unidad del cuerpo y del espíritu en la naturaleza humana, asocia el cuerpo (en
particular la voz) a la oración interior del corazón. Esa favorece la oración
con los otros;
· La oración meditativa: es la que pone en
acción el pensamiento, la imaginación, la emoción y el deseo. Puede ayudarse de
un libro (especialmente la Biblia), de imágenes, de los escritos de los Padres
de la Iglesia y de los santos, del gran libro de la creación, de los
acontecimientos cotidianos...;
· La oración contemplativa: es una mirada
de Fe fijada en Jesús, un silencioso amor, “una íntima relación de amistad, en
la que uno se entretiene con frecuencia a solas con el Dios por quien nos
sentimos amados” (Santa Teresa de Jesús).
- Todas estas formas de oración son
necesarias y complementarias en la vida del creyente y de la Iglesia.
- La Eucaristía contiene, expresa, realiza
y completa en sumo grado todas estas formas de oración. No hay oración que
iguale o supere la Celebración Eucarística
¿QUÉ
RELACIÓN HAY ENTRE ORACIÓN DEL CRISTIANO Y LA IGLESIA?
Toda oración auténtica del cristiano es también
oración de la Iglesia y en la Iglesia: el cristiano de hecho es miembro de la
Iglesia, en virtud del Bautismo. La Iglesia por tanto, sea la celeste como la
peregrina en la tierra, ora con el cristiano y por el cristiano. Y el cristiano
ora en la Iglesia, con la Iglesia y por la Iglesia.
¿CUÁL ES LA UNIÓN DE LA ORACIÓN CON LA VIDA
COTIDIANA?
- La oración exige coherencia de vida:
observar la Palabra de Dios, sus Mandamientos, hacer Su voluntad.
- Se ora como se vive, y se vive como se
ora.
- Es el amor creyente, humilde, confiado
que consciente unir la oración a toda la vida cristiana.
- Para que la vida se
haga una continua oración es necesario que:
· sea una vida coherente con las enseñanzas
de la Fe;
· haya momentos explícitos durante el día y
la semana dedicados exclusivamente a la oración.
¿CUÁNDO
ORAR?
- “Oren incesantemente” (1 Tes 5,
17):
· “dando gracias continuamente por cada
cosa a Dios Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”;
· “con toda clase de oraciones y súplicas
en el Espíritu” (Ef 6, 18);
· “ora incesantemente quien une la oración
a las obras y la obras a la oración”(Orígenes).
- Orar es siempre posible: “Es posible
incluso en el mercado o durante un paseo solitario, hacer una frecuente y
fervorosa oración. Es posible también en su negocio, sea mientras compran o
mientras venden, o incluso mientras cocinan” (San Juan Crisóstomo).
¿QUÉ DECIR ACERCA DE LAS TÉCNICAS PARA ORAR
BIEN?
- La historia de la oración cristiana
conoce muchas técnicas: esas tienen como finalidad preparar el espíritu y el
cuerpo a la oración, de sostenerlos en el curso de la oración, ayudando la
persona al recogimiento y a la concentración.
- Esas miran a: las palabras, el canto, los
gestos, la iconografía, el lugar donde se ora.
- Los métodos y las técnicas son necesarios
y útiles, pero no son necesariamente eficaces.
- Son medios para ayudar la oración, pero
no son ni pueden hacerse fines.
- Un método es una guía: lo importante es
avanzar, con el Espíritu Santo, por la única vía, modelo, maestro de oración:
Jesucristo.
¿CUÁLES
SON LAS PRINCIPALES OBJECIONES A LA ORACIÓN?
- He aquí algunas
objeciones a la oración:
· no tengo tiempo: tengo mucho que pensar y
hacer;
· no tengo ganas: no me va;
· es inútil orar porque es necesario más
bien hacer;
· no logro orar porque me distraigo
frecuentemente, porque mi corazón es árido, incapaz de orar.
- Tales objeciones y
dificultades pueden ser superadas:
· profundizando el significado y el valor
de la auténtica oración del cristiano;
· orando y pidiendo la ayuda de Dios;
· teniendo presente que ciertamente la
oración supone un esfuerzo y una lucha contra nosotros mismos, contra las
insidias del Diablo, contra concepciones erróneas, diversas mentalidades que
están difundidas acerca de la oración;
· creciendo en la virtud de la humildad, de
la confianza, de la perseverancia, del custodia del corazón.
- Acerca de la
objeción de quien afirma que no ora más porque en el pasado oró mucho y no fue
escuchado, es bueno recordar que Dios a veces tarda en escucharnos o nos
escucha de hecho en lo que le pedimos:
· para verificar nuestra fidelidad,
constancia, confianza en El;
· para consentirnos de verificar la autenticidad,
la oportunidad o la necesidad de lo que le pedimos, y sobretodo la conformidad
de nuestras peticiones con la voluntad de Dios Padre;
· para consolidad nuestra Fe;
· para no darnos algo que no es nuestro
verdadero y máximo bien: Dios nos conoce y nos ama más de cuanto nosotros
mismos nos conocemos y amamos;
· para reservarnos algo mejor y más útil
para nosotros, que nos dará enseguida. El, de hecho, ve mejor, más allá y en
profundidad de lo que podemos nosotros.
El Primiceriode
la Basílica de San Carlos y San Ambrosio
Monsignor Raffaello Martinelli
Monsignor Raffaello Martinelli
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