María fue de hecho la madre del Señor Jesucristo, verdadero Dios y
verdadero hombre, y así es llamada con razón Theotokos, la Madre de Dios. Fue
por su cuerpo que Dios se encarnó. En el nacimiento de María los primeros tonos
de color antes del amanecer comienzan a mostrarse en el horizonte. ¡Gloria a
Dios!
Muchos protestantes pueden
despreciar esto. Muchas veces los protestantes
dicen, “ella era simplemente una vasija que Dios usó. Dios podría haber utilizado
cualquier otra mujer. ¿Por qué es ella tan especial? “
María es especial porque Dios la
eligió. No servimos a un dios obstetra o un dios que tiene una agencia de
empleos, sino al Dios de Abraham, Isaac y Jacob.
Abraham fue llamado el “padre de
la fe”. Israel fue escogido como “una luz para las
naciones”. A David se le dio “un reino establecido para siempre.”
El 8 de septiembre se celebra la gracia de Dios manifestado en la
historia a través de María.
SU FAMILIA
A santa Ana y san Joaquín se los considera los padres de la Santísima
Virgen María. La verdad, lo poco que se
conoce de ellos tiene un carácter legendario ya que proviene de un escrito
apócrifo: el protoevangelio de Santiago.
Ana
era oriunda de Belén, hija de Matán y de Emerenciana. Se casa a
los 24 años, otros dicen que más jóven, con un propietario rural (dedicado a
los rebaños y lanas) de origen galileo llamado Joaquín con quien vivió en
Nazaret. Ambos pertenecían a la tribu de Judá. Su nombre significa “el hombre a quien Dios levanta”, y,
según san Epifanio, “preparación del Señor”.Descendía de la familia real de David.
Llevaban ya veinte años de
matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los
hebreos consideraban la esterilidad como un oprobio y un castigo del cielo.
Eran los tales menospreciados y en la calle se les negaba el saludo. En el
templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de
Dios. Esta conducta se ve celebrada en Mallorca, en una montaña que se llama
Randa, donde existe una iglesia con una capilla dedicada a la Virgen. En los
azulejos que cubren las paredes, antiquísimos, el Sumo Sacerdote riñe con el gesto a San Joaquín, esposo de Santa Ana,
quien, sumiso y resignado, parece decir: No puede ser, no he podido tener
hijos.
Sabemos que su esterilidad dará
paso a María. Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto para obtener con
penitencias y oraciones la ansiada paternidad, ayuna 40 días y un ángel le
anuncia el nacimiento de su hija.
Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un
hijo.Recordó a la otra Ana de las Escrituras, de que
habla el libro de los Reyes: habiendo orado tanto al Señor, fue escuchada, y
así llegó su hijo Samuel, quien más tarde sería un gran profeta. Y así también Joaquín y Ana vieron premiada
su constante oración con el nacimiento de una hija singular, María,
concebida sin pecado original, y predestinada a ser la madre de Jesucristo, el
Hijo de Dios encarnado.
El
Evangelio no nos da datos del nacimiento de María, pero hay varias tradiciones. Algunas, considerando a María descendiente de David, señalan su nacimiento en
Belén. Otra corriente griega y armenia, señala Nazareth como cuna de María.
Sin embargo, ya en el siglo V
existía en Jerusalén el santuario mariano situado junto a los restos de la
piscina Probática, o sea, de las ovejas. Debajo
de la hermosa iglesia románica, levantada por los cruzados, que aún existe -la
Basílica de Santa Ana- se hallan los restos de una basílica bizantina y unas
criptas excavadas en la roca que parecen haber formado parte de una vivienda que se ha considerado como la
casa natal de la Virgen.
Esta tradición, fundada en
apócrifos muy antiguos como el llamado Protoevangelio de Santiago (siglo II), se vincula con la convicción expresada por muchos autores acerca de
que Joaquín, el padre de María, fuera propietario de rebaños de ovejas. Estos
animales eran lavados en dicha piscina antes de ser ofrecidos en el templo.
Llegado el tiempo llevan a María
al templo de Jerusalén, para ser criada con las otras vírgenes y santas viudas que moraban en las habitaciones vecinas al templo. Allí
se dedicarían a las labores, oraciones y demás servicios de Dios.
Se cree que ese tiempo, Joaquín y
Ana decidieron ir a vivir a Jerusalén, para
poder visitar a la niña frecuentemente.
Joaquín muere a los 80 años y Ana a los 79.
LA CAUSA DE NUESTRA ALEGRÍA
María nació para ser la madre del
Salvador del mundo, la madre espiritual de todos los hombres, y la más santa de
las criaturas de Dios. A causa de infinitos méritos de
su Hijo, fue concebida y nació inmaculada y llena de gracia.
A través de ella, la reina de
los cielos y de la tierra, toda gracia es dada a los hombres. A través
de ella, por la voluntad de la Trinidad, los incrédulos reciben el don de la fe; a los afligidos les llegan las
obras de misericordia; y los miembros del Cuerpo de Cristo crecen en semejanza
con la Cabeza. En María se exalta toda la naturaleza humana.
Nos regocijamos en su cumpleaños,
como la Iglesia ha hecho desde los primeros tiempos.
Este
es uno de los tres cumpleaños en el calendario de la iglesia – el Nacimiento de Jesús (25 de diciembre), el
nacimiento de Juan el Bautista (24 de junio) y el cumpleaños de María. Los tres nacieron sin pecado original, aunque María y Jesús fueron
concebidos sin pecado, y San Juan fue limpiado del pecado original en el útero
en la Visitación de María.
En el cumpleaños de la Virgen, la Iglesia celebra el primer amanecer de
la redención con la aparición en el mundo de la madre del Salvador, María.
La Santísima Virgen ocupa un
lugar único en la historia de la salvación, y ella
tiene la más alta misión jamás dada a cualquier criatura.
Nos alegramos de que la Madre de
Dios sea nuestra Madre, también. A menudollamamos a la Santísima Virgen como “Causa de nuestra alegría”, uno de
los más bellos títulos en su letanía.
HISTORIA
DE LA FIESTA
Las
Iglesias de Constantinopla en el Este y Roma en Occidente celebran liturgias en
honor del nacimiento de María desde el sexto y séptimo siglos respectivamente.
El origen de la liturgia se
remonta a la consagración de la iglesia en Jerusalén en el siglo sexto que se
ha conocido tradicionalmente como la Basílica de Santa Ana, como hemos dicho. La iglesia original fue construida en el siglo V como una basílica
mariana erigida en el paraje conocido como el Campo de los Pastores y se cree
que ha sido el hogar de los padres de María. Después de su destrucción y la
reconstrucción en el siglo VI, la basílica fue nombrada en honor de Santa Ana.
En el siglo séptimo la liturgia también se celebró en Roma donde había sido introducida por
los monjes de Oriente.
A partir de ahí, se extendió por
occidente, y en el siglo XIII la liturgia había desarrollado a una solemnidad
con una octava (ocho días de conmemoración antes de la liturgia) y una vigilia
solemne. El Papa Sergio I (687 a 701)
estableció una procesión (un letania) del Foro Romano en Santa María la Mayor
para la fiesta.
Durante la reforma de San Pío X, la octava se simplificó, y en 1955 Pío XII la abolió. La liturgia recibió
el grado de fiesta.
La fecha de 8 de septiembre, fue
elegida como el octavo día (una octava) después del Año Nuevo bizantino.
Aunque el nacimiento de María se celebra en diferentes fechas a lo largo
de los siglos, 8 de septiembre predominaba.
La fiesta que celebra la
Inmaculada Concepción de María, el 8 de diciembre (una liturgia que se
instituyó después) se estableció para corresponder a los nueve meses antes del
nacimiento de María.
En el Este, el cumpleaños de
María se celebra como una de las doce
grandes liturgias.
LA TRADICIÓN ESPIRITUAL RESPECTO NACIMIENTO
DE MARÍA
La Sagrada Escritura no registra
el nacimiento de María. La escritura más antigua
conocida en relación con el nacimiento de María se encuentra en el
Protoevangelio de Santiago (5:2), que es un escrito apócrifo de finales del
siglo II, como dijimos.
La Iglesia celebra normalmente el
paso de una persona, es decir, la entrada de la persona en la vida eterna.
Además del nacimiento de Cristo, la liturgia cristiana celebra sólo otros dos
cumpleaños: el de San Juan Bautista y el de María, la Madre de Jesús. No es la grandeza individual de estos santos
que la Iglesia celebra, sino su papel en la historia de la salvación, un
papel conectado directamente al propio Redentor que viene al mundo.
El
nacimiento de María se encuentra en la confluencia de los dos Testamentos –
poniendo fin a la etapa de espera y de las promesas, y de la inauguración de
los nuevos tiempos de gracia y de la salvación en Jesucristo.
María, la Hija de Sión y la
personificación ideal de Israel, es el último y más digno representante del
pueblo de la Antigua Alianza, pero al mismo tiempo ella es la esperanza y el
amanecer de todo el mundo.
El nacimiento de María es ordenado, en particular hacia su misión como Madre del Salvador.
Su existencia está indisolublemente
conectada con la de Cristo: participa de un plan único de predestinación y
gracia.
El misterioso plan de Dios sobre
la Encarnación del Verbo abarca también la Virgen que es su Madre. De esta
manera, el nacimiento de María se
inserta en el corazón mismo de la Historia de la Salvación.
LO QUE DEBES RECORDAR SOBRE LA NATIVIDAD DE
MARÍA
Estas son las cosas que debes saber acerca de la “La Natividad de la
Santísima Virgen María.”
1 – La Fiesta fue colocada en septiembre debido a que la Iglesia de
Oriente comenzó su año en el 8 de septiembre
.
2 – La iglesia católica utiliza esta fecha para determinar la fecha de
la fiesta de “la Inmaculada Concepción”
.
3 – Según la tradición nació de Joaquín y Ana, dos padres ancianos que
se les prometió el nacimiento de su hija por un ángel.
.
4 – La Iglesia Católica sostiene que fue concebida y nació sin las
manchas de “pecado original”. Esto es lo que se entiende por “la Inmaculada
Concepción”
.
5 – La tradición también nos dice que viene de la línea de David (a
través de su padre).
La iglesia ortodoxa celebra este
día con la siguiente apolytikion:
Tu nacimiento, oh Madre de Dios,
trajo alegría a todo el mundo, porque de ti amaneció el sol de justicia, Cristo
nuestro Dios. Liberándonos de la maldición, Él nos dio sus bendiciones.
Aboliendo la muerte, Él nos concede la vida eterna.
Fuentes:
Publicado por Unción Católica y
Profética
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