El hombre
desde siempre busca la felicidad. Se puede decir que su vida es una constante
búsqueda de ella.
En nuestros días muchas personas están buscándola, mayoritariamente en los países más desarrollados, procurando tener cada vez más cosas y más sensaciones, lo cual está llevando a muchas frustraciones personales.
Cuando la persona se mueve en el terreno del tener, a lo más que puede llegar es al bienestar.
A base de tener mucho bienestar no se llega nunca a la felicidad, son cosas distintas.
La felicidad está en el campo del ser, en el de la persona. El bienestar estaría relacionado con el bienser, el bienestar es otra cosa.
Lo de ser feliz o no, va por otro camino.
A base de tener cosas no se llega al ser personal. A la mejora personal
En el matrimonio los dos miembros de la pareja se dan el uno al otro. Es esa la causa por la cual el matrimonio se encuentra en el campo del ser, no del tener.
De ahí que solo la sexualidad-placer, no pueda mantener un matrimonio. Esta clase de sexualidad está en el terreno del tener. No hay donación. Se busca uno a si mismo. Se necesitan más cosas.
Cuando la entrega y el compromiso total existen, la sexualidad ayuda a mantener un matrimonio, porque entonces quiere decir que se dan, que el ser humano se da, y ese darse, hace que se de en muchos otros campos de la vida. El ser humano es un todo.
Dicho esto, hay parejas que se han casado únicamente por lo sexual, o bien, intentan mantener su matrimonio a base de “evolucionar” en terreno de lo sexual.
Creen que cuando llega el acostumbramiento – el hombre es un ser que se acostumbra a todo – lo que hay que hacer es cada vez más cosas nuevas en el terreno sexual, cosas que no se han hecho nunca.
De esa forma la sexualidad – eso es lo que piensan – resultará siempre novedosa; continuamente se estará empezando.
Con esta teoría se están haciendo cada vez más “rarezas” en el terreno de lo sexual. Muchas veces vistas- las rarezas- en páginas pornográficas.
Son cosas que no hacen, en muchos casos, ni los animales, y que, lógicamente, no llevan consigo esa sensación de novedad que se esperaba.
Lo que si llevan a la relación, en muchas ocasiones, es una sensación de frustración, de saciedad o, incluso, un asco que, algunas veces, se trata de no manifestar por temor a molestar o contristar al otro.
Ese no es el camino. Cuando una relación sólo se basa en la sexualidad, está impidiendo que aflore el cariño. La sexualidad en un matrimonio va como su relación. Si hay cariño, siempre habrá un punto de novedad.
Y es que querer al otro es estar pendiente de él, adelantarse y procurar hacer más veces lo que le apetece, que lo que me apetece. ¿Se entiende?
¡Eso sí que es una novedad constante!
Estamos buscando fuera lo que se encuentra dentro de nosotros de ahí la frustración que aparece en tantas personas de nuestros días.
En nuestros días muchas personas están buscándola, mayoritariamente en los países más desarrollados, procurando tener cada vez más cosas y más sensaciones, lo cual está llevando a muchas frustraciones personales.
Cuando la persona se mueve en el terreno del tener, a lo más que puede llegar es al bienestar.
A base de tener mucho bienestar no se llega nunca a la felicidad, son cosas distintas.
La felicidad está en el campo del ser, en el de la persona. El bienestar estaría relacionado con el bienser, el bienestar es otra cosa.
Lo de ser feliz o no, va por otro camino.
A base de tener cosas no se llega al ser personal. A la mejora personal
En el matrimonio los dos miembros de la pareja se dan el uno al otro. Es esa la causa por la cual el matrimonio se encuentra en el campo del ser, no del tener.
De ahí que solo la sexualidad-placer, no pueda mantener un matrimonio. Esta clase de sexualidad está en el terreno del tener. No hay donación. Se busca uno a si mismo. Se necesitan más cosas.
Cuando la entrega y el compromiso total existen, la sexualidad ayuda a mantener un matrimonio, porque entonces quiere decir que se dan, que el ser humano se da, y ese darse, hace que se de en muchos otros campos de la vida. El ser humano es un todo.
Dicho esto, hay parejas que se han casado únicamente por lo sexual, o bien, intentan mantener su matrimonio a base de “evolucionar” en terreno de lo sexual.
Creen que cuando llega el acostumbramiento – el hombre es un ser que se acostumbra a todo – lo que hay que hacer es cada vez más cosas nuevas en el terreno sexual, cosas que no se han hecho nunca.
De esa forma la sexualidad – eso es lo que piensan – resultará siempre novedosa; continuamente se estará empezando.
Con esta teoría se están haciendo cada vez más “rarezas” en el terreno de lo sexual. Muchas veces vistas- las rarezas- en páginas pornográficas.
Son cosas que no hacen, en muchos casos, ni los animales, y que, lógicamente, no llevan consigo esa sensación de novedad que se esperaba.
Lo que si llevan a la relación, en muchas ocasiones, es una sensación de frustración, de saciedad o, incluso, un asco que, algunas veces, se trata de no manifestar por temor a molestar o contristar al otro.
Ese no es el camino. Cuando una relación sólo se basa en la sexualidad, está impidiendo que aflore el cariño. La sexualidad en un matrimonio va como su relación. Si hay cariño, siempre habrá un punto de novedad.
Y es que querer al otro es estar pendiente de él, adelantarse y procurar hacer más veces lo que le apetece, que lo que me apetece. ¿Se entiende?
¡Eso sí que es una novedad constante!
Estamos buscando fuera lo que se encuentra dentro de nosotros de ahí la frustración que aparece en tantas personas de nuestros días.
José
María Contreras
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