sábado, 21 de marzo de 2015

FRANCISCO SOSPECHA QUE EL DIABLO SE ENSAÑA CON MÉXICO PORQUE ALLÍ LO DERROTÓ LA VIRGEN DE GUADALUPE


Al cumplirse dos años de pontificado, el Papa Francisco conceció una larga entrevista a Valentina Alazraki, de la cadena mexicana Televisa. Uno de los temas que el Papa desarrolló fue la importancia de la Virgen María como madre de los cristianos, sobre todo en la advocación guadalupana para América, y también expresó su sospecha de que el demonio castiga especialmente a México porque odia que allí la Virgen se manifestase con tanta claridad. Reproducimos los párrafos al respecto.

-Y BAJO LA SUPERVISIÓN DE LA MORENITA. ¿QUÉ REPRESENTA PARA USTED LA VIRGEN DE GUADALUPE?
-Bueno ahí tocó un tema que me llega mucho, ¿no?¿Cómo se define el momento histórico de México, cuando Ella visita México, y la herencia que deja, no? Dos veces en el campo Mompúa le dice a san Juan Diego Madre. Yo soy la Madre de Dios por quien se vive. Y después cuando él ahí, está un poco temeroso: ¿De qué tenés miedo? ¿No estoy acá yo que soy tu Madre? O sea es Madre.

»Después nosotros, le decimos Reina, Reinecita, él mismo le decía eso, Juan Diego, Emperatriz de América, pero Ella se define como Madre. En un momento en que América renacía. Y es la Madre que nos trae la Buena Noticia a México. Es una Madre que está esperando un chico. Y en ese momento trágico de la conquista, porque que ahí hubo de todo, Ella trae la Salvación. Muestra que trae un chico. Pero ¿cómo lo muestra? ¿Cómo se muestra, además de embarazada? Se muestra mestiza.

»Eso es toda una profecía, nuestro mestizaje americano. Una profecía de nuestra cultura. Por eso Ella traspasa los límites de México, y va mucho más allá y es la unidad del pueblo americano. Es la Madre. América no es huérfana. Tiene una Madre. Una Madre que nos trae a Jesús. O sea, la Salvación que es Cristo viene por una mujer y quiso Ella demostrarlo a través de su mestizaje que lo traía a México de una manera especial.

»Y elige un hijo de esa cultura para manifestarse. No elige un chico español, o un colonizador, o una señora coqueta, no, no. Un simple hombre, casado, humilde. Entonces para mí Ella es Madre. Es Madre mestiza y, me atrevo a decir, otra cosa. Es el principio de una cosa de la cual no hablamos mucho en América: que es el gatillaje de la santidad. O sea en la colonización americana, en la conquista americana hubo pecado “a rolete” [popular en Argentina = mucho, en cantidad].

»Se pecó mucho. Pero también hubo muchos santos. Santos que los tenemos sí, Santa Rosa de Lima, nos acordamos, el negrito San Martín de Porres, ahora voy a canonizar, cuando vaya a los Estados Unidos a este santo varón, que evangelizó la California, Junípero Serra, y que antes de ir a la misión de California, fue precisamente a Ella. A pedir la bendición, ¿no? O sea, Ella de alguna manera abrió la puerta a esa corriente de santidad. Los santos mexicanos, los santos americanos, son muchos.

»O sea para mí Ella es todo esto que le dije: es Madre, fuente de unidad cultural, puerta hacia la santidad, en medio de tanto pecado y de tanta injusticia, y tanta explotación y tanta muerte, es Madre, ¿no? Entonces eso es lo que yo siento cuando la veo.

Después, el Papa Francisco añadió algo más sobre la Virgen:

»México pasó momentos de persecución religiosa, donde engendró mártires. Yo pienso que a México el diablo lo castiga con mucha bronca. Por esto. Creo que el diablo no le perdona a México, que Ella haya mostrado ahí a su Hijo. Interpretación mía.

»O sea, México es privilegiado en el martirio, por haber reconocido, defendido, su Madre. Y esto lo sabe Usted muy bien. Usted va a encontrar a mexicanos católicos, no católicos, ateos, pero todos guadalupanos. Es decir, todos se sienten hijos. Hijos de la que trajo al Salvador, al que destruyó al demonio. O sea lo de la santidad también está unido ahí. Yo creo que el diablo le pasó la boleta histórica a México ¿no? Y por eso todas estas cosas, usted ve que en la historia siempre ha aparecido focos de conflicto grave ¿no?

Al final de la entrevista con Valentina Alazraki, el Papa dijo: "Antes de dar la bendición, vamos a pedirle a la Madre que es la que nos da la fuerza para dar la bendición, así es que la invito a que recemos un Avemaría".

Y acabada la oración añadió: "Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de México y Madre de América, ruega por nosotros".

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