martes, 17 de marzo de 2015

AYUDAR A ANDAR


"Señor, no tengo a nadie que me introduzca en el estanque cuando se mueve el agua" (Jn 5, 7)

 Llevaba treinta y ocho años inválido. Esperaba el milagro de la curación del estanque de Betesdá, pero nadie le ayudaba a entrar en el agua en el momento oportuno. "No tengo a nadie".

¿Cuánta gente a nuestro alrededor no tiene a nadie? Juzgamos su maldad, su incredulidad...y nosotros pasamos a su lado sin reparar que no tienen a nadie, que están solos. No se trata de catequizarlos, decirles sermones, darles consejos. Se trata de alguien que actúe, que les ayude a moverse. Alguien que les demuestre con actos que les ama. Entonces se podrán levantar y comenzarán a andar. Entonces serán hombres nuevos.

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