Día histórico en Florida.
La ciudad de Miami ha vivido un momento histórico, sobre todo para la numerosa comunidad católica de la zona. El pasado 30 de mayo el obispo de la diócesis, Monseñor Wensky consagró la ciudad al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.
Este hecho extraordinario reunió a un gran número de fieles, entre los que se encontraba el actor Eduardo Verástegui, y se pudo llevar a cabo a pesar de la influencia en la ciudad de distintos lobbys anticatólicos como el homosexual, abortista y feminista. Sin embargo, las dificultades fueron superadas y este esperado día pudo producirse, para gozo de tantos fieles.
Igualmente, el obispo se mostró favorable a esta consagración y los impulsores lograron también el apoyo de las autoridades civiles. Un hito para una ciudad joven y que busca una protección de lo Alto.
Finalmente, el acto unió a las autoridades civiles, con el alcalde a la cabeza, y religiosas, con el arzobispo Wensky, y juntos invocaron la protección para Miami, una ciudad con una gran mezcla de culturas y una gran influencia latinoamericana, pueblos con gran devoción a la Virgen y al Corazón de Jesús.
En su homilía, el obispo dijo que la Misa de consagración “reúne a los ciudadanos a orar por su ciudad - que para nosotros también es una expresión particular de los derechos garantizados por la Primera Enmienda de la Constitución de nuestra nación. Orar por nuestra ciudad, orando no por alguna ventaja partidista o causa, sino para el bien común es, sin duda una expresión de la responsabilidad cívica por parte de aquellos que creen que Dios es importante. Pero, como al mismo tiempo, la consagración de hoy es, para nosotros los católicos, una oportunidad para renovar y profundizar nuestra consagración bautismal como una respuesta a el amor de Jesús y de su madre, María, para nosotros”.
"¡Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros . Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros! Siguiendo el ejemplo de su amor, puede que el destino nos haya puesto juntos en la ciudad como vecinos para aprender a vivir juntos en armonía, en la justicia, en paz, y podamos aprender a vivir juntos como hermanos y hermanas", concluyó el arzobispo su homilía.
ReL
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