martes, 28 de julio de 2009

EL ROBO DE UN CELULAR Y LA INTRANSIGENCIA DEL MUCHACHO LADRÓN


Ayer un hermano del grupo me contó una historia digna de publicarse.

Tres muchachos asaltaron a un transeúnte en una de las calles de mi ciudad para robarle un celular que sólo había costado 30 soles ($10). A los tres días uno de ellos fue identificado por el agraviado y lo capturaron.

El padre del muchacho acudió por ayuda donde mi amigo que lo acompañó a la comisaría y se encontraron con la jueza – amiga de mi amigo – a la que le suplicaron que no lo enviaran a la cárcel, que sólo era un muchacho de 17 años que merecía una oportunidad.

La jueza hizo llamar a su presencia al muchacho y le dijo:
-Lee en este momento te van a llevar a la cárcel de menores por cuatro meses, pero por las súplicas de mi amigo y de tu padre, te voy a dar la libertad con una condición: no vuelvas a ese barrio

El muchacho miró a su padre y dijo:
-Y… ¿qué voy a hacer con mi novia no podré visitar a mis amigos?”

La jueza, indignada, le dijo:
-Tú no tienes ninguna intención de corregirte así que te vas a la cárcel
El padre y mi amigo guardaron silencio… el muchacho había escogido su destino… no había nada que hacer.

¿No les parece irreal este caso? Pero sucede. En los caminos de Dios sucede a cada momento. Él te da la mano para sacarte del fango y tú la rechazas. No sirve de nada la intercesión de nuestro amigo Jesús ni de su Santísima Madre tú escogiste tu destino.
José Miguel Pajares Clausen

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