viernes, 4 de agosto de 2023

«EL AMOR CONCRETO SE ENSUCIA LAS MANOS, ¿TE DA ASCO LA POBREZA?»: EL RETO DE ESTAR CON LOS POBRES

 El Papa Francisco visitó en la mañana del viernes el Centro Parroquial de Serafina, un lugar de ayuda social católica, junto con responsables de instituciones caritativas católicas y algunas autoridades civiles, incluyendo el Presidente de la República, Marcello Rebello de Sousa.

El Papa tuvo dificultades con sus gafas que le impidieron leer el texto que tenía preparado, en el que quería presentar a los jóvenes figuras como la de San Juan de Dios (1495-1550), portugués fundador de la Orden Hospitalaria, que empezó a mendigar por las calles clamando "Háganse el bien, hermanos".

Pero dejó el texto e improvisó a partir del tema central que había previsto, animando a los cristianos a amar "en concreto", lo que implica "ensuciarse las manos" y no asustarse de tratar la pobreza desde cerca.

"¿Me da asco la pobreza, la pobreza de los demás?", preguntó, en una parte improvisada de su discurso.

En el tercer día de su visita a Portugal, que se extenderá hasta el domingo, el Papa escuchó el testimonio de los responsables del Centro Social y Parroquial de San Vicente de Paul, la Asociación “Acreditar” y la asociación provida Ajuda de Berço.

LA IGLESIA NO ES UN MUSEO, SU AYUDA ES CONCRETA

La Iglesia, dijo, “no es un museo de arqueología” y su ayuda debe ser muy concreta. "No hay amor abstracto, no existe, el amor platónico está en órbita, no está en la realidad. ¡Amor concreto, que ensucia las manos!”, exigió. "Cuando le doy la mano a un necesitado, a un enfermo, a un marginado, después de haberlo tomado de la mano, ¿hago esto (gesto de lavarme las manos en las vestiduras papales)?"

El Papa criticó las vidas "destiladas", refiriéndose a los que evitan toda confrontación y también toda huella. "Cuántas vidas destiladas, inútiles, que pasan por la vida sin dejar marcas, porque su vida no tiene peso", exclamó.

Por el contrario, las buenas obras de caridad perduran y dejan huella y dan frutos durante años. Instituciones así son una "inspiración" que "genera continuamente nueva vida". "No podría haber una Jornada Mundial de la Juventud sin tener en cuenta esta realidad", añadió. A los que sirven en estos apostolados les dijo: "seguid adelante, no os desaniméis. Y si os desanimáis, bebed un vaso de agua y seguid adelante".

Tras el discurso, el Papa se dirigió a la iglesia anexa al centro, donde saludó a un grupo de fieles.

DONDE LA POLICÍA SE ASUSTA, SERVICIO A LOS NECESITADOS

Se suele decir en Lisboa que los policías no se atreven a entrar en este barrio de la Carretera de Serafina: el centro de la parroquia de San Vicente de Paúl es un enclave de esperanza en un espacio de tristeza y miseria. El centro social lo dirige el canónigo Francisco Crespo, quien destaca "la mirada triste y vacía de los ancianos sentados en las calles" que vio cuando empezó a trabajar en la zona.

El centro parroquial lleva 40 años sirviendo en el lugar, atiende a unas 800 personas cada día y distribuye unas 1.200 comidas diarias. Ha logrado mejorar muchas cosas. Incluye una guardería, un jardín de infancia, actividades de tiempo libre para niños y jóvenes, residencia de ancianos, centro de día para ancianos y discapacitados y apoyo domiciliario.

Los responsables de la Asociación Ajuda de Berço (de tipo provida, de apoyo a bebés, creada en 1988) explicaron al Papa su trabajo con niños abandonados y en riesgo, y le dieron gracias por defender la vida. "Hasta la fecha hemos acogido a 452 niños", explicaron. Muchos encontraron luego familias, trabajo, un proyecto vital. También hablaron de la Asociación de Padres y Amigos de Niños con Cáncer, que busca que el cáncer "no defina" a los niños y jóvenes, y que mejore su calidad de vida.

Jesús M.C.

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