LOS CURAS NO PREDICAN CASI ECLESIASTÉS 7,4-5; BARBIE SÍ
Barbie baila en un mundo de frivolidad hedonista
hasta que lanza la pregunta por la muerte
Barbie, la
película de Greta Gerwig, ha superado la barrera de los mil
millones de dólares
recaudados. Es una película divertida, muy bien hecha, e
inteligente. No tiene escenas de sexo ni desnudos. No es para niños
y se aprecia a partir de los 13 años. Incluye dos aburridos sermones
feministas, pero duran poco. Tiene al menos 3 grandes puntos ciegos, a medias
compensados por 6 grandes aciertos que vamos a desgranar.
Los muchos aciertos parecen
emanar de la genialidad subconsciente e inconformista de la
directora. Son cosas que lleva dentro y que un comité woke no
habría dejado pasar, pero a ella le brotan de dentro.
Greta Gerwig se
educó en una escuela católica sólo de chicas en California. En sus dos
anteriores éxitos (Lady Bird y Mujercitas)
demostró que podía ver con respeto
y cercanía a las mujeres del pasado, y a las que buscan encajar en la tradición (Lady Bird es una estudiante rebelde y
tarambana en un colegio católico, pero tiene fe y acaba madurando algo). Su
escuela femenina maravillosa sin duda le ayudó a diseñar Barbielandia, el
maravilloso país de Barbie.
Hay quien dice que Barbie, como Lady
Bird, es la historia de una adolescente que ha de llegar a ser
mujer, una historia de "crecimiento", de
"coming of age". Hay algo de eso,
pero como símbolo de mucho más.
La autora intuye que tiene que
ser así. Ella misma dijo a Associated Press: "Barbie está en un mundo en el que no hay envejecimiento, ni muerte ni
dolor ni autoconciencia, y entonces, de repente, se hace
autoconsciente. Esa es una historia realmente antigua, y la conocemos". Se
supone que el lector un poco avispado entenderá que se refiere a Adán
y Eva en el Paraíso.
Porque, efectivamente, el gran
tema es ese: Dios hizo al hombre, perdió el Paraíso.
¿Cómo puede volver a él? No
se trata de que la adolescente pase a ser mujer, ni de que la muñeca pase a ser
humana, sino de que los humanos pasemos a
"ser como dioses", ser divinizados-mejorados por Dios, la promesa bíblica para el
Cielo Nuevo y la Tierra Nueva.
Es el
tema de Pinocho: era un niño de madera, quería ser un niño normal, vivo "de
verdad", con vida en abundancia. Igual que nosotros estamos solo vivos a
medias, enfermando, sufriendo, envejeciendo. Dios nos promete la vida
eterna. C.S.Lewis decía que cuando Dios nos rehaga en
la otra vida no nos pareceremos a un mulo convertido en caballo, sino a uno
convertido en pegaso alado.
Desgranamos a continuación los 6 aciertos de
Barbie.
¡A
PARTIR DE AQUÍ HAY MUCHOS SPOILERS!
1.
LA MUERTE: ORIGEN DE LA SABIDURÍA
Nuestros párrocos no suelen
predicar Eclesiastés 7,4-5: "El sabio piensa en la
muerte, pero el falto de
entendimiento sólo piensa en pasarlo bien".
El catolicismo tradicionalmente
hablaba de la muerte, con realismo y cercanía. Tras la Guerra
Mundial y la llamada gripe española,
hace un siglo, el mundo se lanzó al charlestón, las plumas y collares de
perlas. Nosotros, tras el covid y
con bombas junto a las centrales nucleares de Ucrania, querríamos
lanzarnos a bailar como Barbie y sus amigas, en su mundo de fantasía.
Y entonces dice Barbie, en plena
fiesta: "¿Alguno de vosotros pensáis alguna
vez en la muerte?" Se
rompe la fiesta. Es insólito. No tiene cabida alguna. Enseguida ríen y vuelven
a bailar. ¿Hay mayor denuncia de nuestra sociedad
que oculta la muerte y la pregunta? Cada feminista que habla de la película sin
hablar de la muerte, es como una barbie bailando entre risas para ocultar el tema.
"¿Alguna vez
habéis pensado en la muerte?", en varios idiomas.
2.
LA MUÑECA QUE DESECHARON ES AHORA ANGULAR
Deducen que Barbie piensa en la
muerte porque pasa algo "en el mundo
real", quizá con alguna niña que tiene pensamientos siniestros. ¿Cómo pasar al otro mundo? Platón tendría sus
ideas, pero aquí acuden a la "Barbie rara", la que ha
sido rechazada, torturada, machacada, la que ha sufrido la ira de los niños,
pese a no ser culpable de nada.
Ella nos
da a elegir, pero quiere que elijamos la verdad. ¿No es acaso una figura de Cristo, que cargó nuestras
heridas, habita entre nosotros, no se le acoge y ofrece la verdad?
En un mundo de autoindulgencia
Barbie Rara insiste en que hay que elegir la verdad. Es un homenaje a Matrix
(las dos píldoras) pero también tiene ecos crísticos.
3.
LA BARBIE EMBARAZADA: LOS BEBÉS EXISTEN
Dice Vittorio Messori en "Apostar por la muerte" que en el libro de estilo de Cosmopolitan, biblia del feminismo frívolo y
hedonista, se prohíben dos
temas: la muerte y los niños. Ya vemos que Barbie rompe el tabú de
la muerte. ¿Y los niños?
Se nos dice en la película que
antes las niñas solo jugaban con bebés-niño y con Barbie juegan a ser de todo:
médico, cantante, sirena... Lo cierto es que incluso sin muñecas las niñas
antes podían jugar a correr, saltar e imitar a todo tipo de mayores.
En Barbielandia no
hay bebés. ¿Criterio
'Cosmopolitan'? Pero el caso es que aparece
varias veces Midge, la "Barbie
embarazada" o la amiga embarazada de Barbie. La muestran dos veces,
quizá tres, y en los créditos con detalle. ¡Tiene
un bebé dentro!
Dicen algunos que dejaron de
fabricarla porque animaba al embarazo a las adolescentes. Parece absurdo: las
adolescentes no imitan a las barbies. Más bien podríamos sospechar que esta barbie enseñaba a las niñas sobre el embarazo, el bebé
dentro de su mamá, la belleza de la vida: es profundamente provida. A la industria del aborto, que invisibiliza siempre al
bebé, no le debía gustar. En el juego, su esposo Alan es
amigo de Ken. Aquí nos muestran varias veces a Alan, aunque no como matrimonio.
El mensaje provida se abre paso,
lo hayan pensado o no los guionistas. Incluso la
Barbie humana, que va al ginecólogo. ¿No es la mujer la que tiene el poder de
gestar vida en su interior?
4.
PASAR DE MUÑECO A "VIDA REAL, VIDA EN ABUNDANCIA"
Tras tomar conciencia de la
muerte, y luego del mal, Barbie afronta varias aventuras. Finalmente consigue
ser plenamente humana. Pasa de la vida
incompleta de su mundo incompleto a la vida superior y plena. ¿Y no aspiramos todo a eso: pasar de nuestra vida incompleta, a
la vida eterna? Es Pinocho: de niño de madera a niño de
verdad.
5.
COMPLEMENTARIEDAD HOMBRE Y MUJER
Se habla mucho de que la película critica "el patriarcado". Pero la sociedad inmadura de las Barbies en
Barbieland, aunque de color rosa pastel y chicle, tampoco es una maravilla
perfecta. El "barbiarcado" y su
"feminircado" tampoco son un ejemplo de plenitud ni virtud.
Como escribe el franciscano padre
Casey, "el patriarcado es satirizado mil
veces por personajes que no saben lo que significa la palabra y el matriarcado se ve que es igual de malo, que
cualquier cosa que oprime es mala". El muñeco Ken intenta ser
patriarcal porque lo ha leído en un libro humano, pero sólo le salen tonterías,
en parte porque para ser patriarcal hay que ser
padre y protector, y aquí ni hay hijos ni nada de que proteger.
Dejados a su suerte, los chicos, los Kens, van a una estúpida guerra civil. Que
la mujer ayuda a civilizar y reconducir al hombre y sus fuerzas es algo que los
cristianos aceptarán. Normalmente en el mundo real lo hace mediante el matrimonio
y la familia.
6.
EL FEMINISMO VICTIMISTA-AGRESIVO
Barbie puede ser una película
feminista, pero es capaz de criticar excesos del feminismo. Cuando nuestra Barbie llega al mundo de los humanos, las chicas jóvenes
feministas, empoderadas y 'rebeldes' la tratan mal, la
hacen llorar y la desprecian. Y es cierto: el mundo
está lleno de feministas rencorosas y heridas que se dedican a dañar a mujeres
buenas que sólo quieren hacer el bien. Una de estas chicas agresivas
mejorará mucho cuando reconduzca su relación con su madre.
PUNTOS CIEGOS:
1.
LA PERSONA DURA MÁS QUE LA IDEA
Barbie encuentra a su creadora,
quien le dice que "las personas tienen un
final, las ideas viven siempre". Los cristianos creen exactamente lo
contrario, como
solían recordar CS Lewis y GK Chesterton. Hay montones de ideas de aztecas, cumanos o tartésicos que desaparecieron
para siempre. En cambio, ellos,
sus almas, son eternos: viven
ante Dios. Un alma humana vive para siempre en la Otra Vida, mientras
que los imperios van y vienen (la URSS duró 70 años). Si las ideas perseveran,
es porque están en el pensamiento de Dios o de los seres humanos en la Otra
Vida.
2.
FALTA EL PADRE
La película finaliza con un gran
homenaje a las niñas del mundo, y a sus madres. Pero apenas se ve
algún padre. En
la película sólo hay un padre, que no hace casi nada, excepto ir en coche unos
segundos. Barbieland es
un mundo de mujeres sin padres. Toda la película omite una realidad: a las
niñas las engendran padres, y si todo va bien crecen con
sus padres, miran a sus padres y admiran a sus padres. Nuestra sociedad esconde
a los padres más que a la muerte, parece. Y, de hecho, en las películas de
dibujos animados modernas los padres varones suelen ser especialmente tontos.
Está bien que los padres varones vean Barbie, pero que antes o después se lean los libros de Meg Meeker sobre
cómo las chicas necesitan a sus padres.
3.
¡FALTA EL PADRE!
FALTA
EL PADRE HUMANO Y FALTA EL PADRE DIOS.
Seamos claros: Adán era un muñeco de barro, sólo Dios pudo darle
vida. Pinocho era un muñeco de madera, que se movía y corría aventuras, pero necesitaba Poder de lo Alto, el Hada Azul, para llegar a
la vida verdadera. Ninguno podemos pasar de esta vida
material a la plena vida eterna que nos tiene Dios reservada si no es por
acción del Poder de lo Alto, de Dios, uniéndonos a Cristo... que ha hecho el
viaje inverso: quien bajó del
Cielo y se hizo carne, puede llevarnos al Cielo y transformar nuestra carne. Él nos convierte
en "niños de verdad", en hijos de
Dios, adoptándonos y transformándonos para la Otra Vida.
¿Cómo lo hace
Barbie para pasar a ser humana? Según la película, de forma absurda y postmoderna: "puedes ser lo que quieras, cierra los
ojos y serás una mujer de verdad". Y ya está.
Es un engaño que la historia de
Pinocho no cometía (ni I.A.,
la adaptación de Spielberg). Cerrar los ojos y 'serás lo que
quieras' es un mal consejo para niños, mayores y para todo el mundo, es una dañina
mezcla de gnosticismo y pelagianismo, que acumula ya muchas almas dañadas. Como
sabe todo el que haya pasado por la New Age: "si
puedes ser lo que quieres, y no lo eres, ¡la culpa es tuya!" (Además
de fracasado, culpable).
Sin Dios, sólo somos carne que se
agosta, alimento para gusanos, pasión vana (y ni eso). Para
ser "de verdad" y tener "vida en abundancia" necesitamos
que nos la dé Dios.
Teniendo en cuenta estos tres
grandes puntos ciegos, no hay duda de que Barbie, una película divertida y muy
bien hecha, puede dar origen a debates y reflexiones, siempre que no escondamos
su primera pregunta: "¿Alguna
vez pensáis en la muerte?" Eso
lo iluminará todo.
Hagamos la pregunta a nuestros amigos. Si nos miran
raro, digamos que es de Barbie.
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