¡Oh Santísima Virgen María!, Madre del Redentor y Madre nuestra, te pedimos por nuestra familia. Queremos ser un hogar unido y lleno de amor, donde cada uno de nosotros pueda encontrar paz, alegría y esperanza.
Te
pedimos por nuestros padres, por el amor y la
comprensión que tienen el uno por el otro, y por el ejemplo que nos dan de
entrega y servicio. Que ellos siempre encuentren en ti la fuerza y la sabiduría
necesarias para llevar adelante su misión de guías y protectores de la familia.
Te
pedimos también por nuestros hijos, por su
crecimiento y formación, por su salud y por su futuro. Que ellos siempre
encuentren en ti una Madre amorosa y protectora, y que sean guiados por tu
ejemplo de virtud y santidad.
Por
último, te pedimos por cada uno de nosotros, por nuestras necesidades y preocupaciones, por nuestras
alegrías y tristezas. Que siempre encontremos en ti consuelo y apoyo, y
que siguiendo tu ejemplo, seamos instrumentos de tu amor y de tu paz en el
mundo.
Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo y nuestro Salvador, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén.
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