KATHLEEN BECKMAN RELATA CASOS REALES Y EXPLICA CÓMO DEFENDERSE DE LOS ATAQUES A LA FAMILIA
Kathleen Beckman es una de las pocas asistentes de exorcismos que desde
hace 16 años puede asistir in situ y colaborar en los rituales de liberación: detalla las puertas de entrada del demonio y cómo
protegerse de ellas.
No hay muchas personas en el mundo que, sin ser sacerdotes, puedan
relatar de primera mano lo que implica un exorcismo, las causas más frecuentes
de posesión demoníaca o consejos prácticos y reales para proteger a las
familias de los ataques espirituales del demonio y de sus consagrados.
Desde hace 16 años, la escritora católica Kathleen Beckman es asistente de exorcistas, actividad
en la que ha profundizado gracias a la realización de varios cursos
y años de estudio en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum en Roma y en
el Instituto León XIII del Seminario de Mundelein (Estados Unidos).
Beckman, además de impulsar la Fundación de la Oración por los
Sacerdotes, es autora de ocho libros de formación espiritual como Cuando las mujeres rezan
o Rezando por los sacerdotes.
El último de ellos, Guía familiar para la guerra
espiritual, parte de la base de que "los demonios hacen la guerra contra las familias
porque [estas] son vitales para el plan de salvación de Dios".
Esto, explica, supone la necesidad de "que los
miembros de su familia se conviertan en guerreros espirituales bien entrenados que luchen por mantenerlo fuera del
alcance de la actividad demoníaca".
Entre otros aspectos, Beckman aborda interesantes y prácticos consejos
para esta guerra espiritual como es reconocer la forma en que el
demonio puede acceder al seno de familias
y hogares y "la única forma" para
hacerle frente.
Con motivo de su publicación, la periodista Patti Maguire Armstrong ha
entrevistado a Beckman en National Catholic Register,
donde ofrece abundantes datos sobre una temática en la que no abundan las
opiniones fundadas y contrastadas de laicos.
Por ejemplo, sobre los principales motivos y "puertas de entrada" que
los afectados por el demonio exponen al pedir ayuda.
Beckman, que comenzó su actividad invitada por el veterano exorcista
estadounidense John Esseff,
explica que "el
sincretismo religioso, la Nueva Era, magia, hechicería y terapias alternativas
de sanación o las adicciones a la pornografía, el
sexo y las drogas" son algunas de las más destacadas.
Entre ellas, también menciona las "maldiciones",
los abortos y "abusos sexuales o físicos en la familia" o los "pactos con el diablo por dinero o fama".
"A family guide to spiritual
warfare", uno de los libros de la escritora católica y asistente de
exorcismos Kathleen Beckman.
Además de tener más de 20 años de experiencia como evangelizadora y
comunicadora en grandes medios de comunicación católicos, Beckman coordina el
ministerio de liberación y exorcismo en su diócesis.
Tanto ella como los miembros de su equipo de laicos están presentes en
todos los exorcismos a los que son convocados. "Respondemos
a las oraciones del sacerdote y a las letanías, organizamos la logística del
lugar. A veces tenemos que evitar que se autolesionen o agredan al
sacerdote o al Santísimo Sacramento, que siempre está presente. Como
coordinadora, también acompaño a las personas antes, durante y después del
exorcismo", explica.
Gracias a su experiencia, Beckman ha podido establecer un perfil de las personas que piden esta asistencia espiritual: "La edad promedio en ambas cosas [de
Estados Unidos] es de 20 a 50 años. En mi diócesis (Orange County, California),
la edad es entre los 18 y los 40 años".
Desde hace 16 años, Kathleen Beckman es asistente
en los exorcismos realizados en la diócesis de Orange County
(California).
ABORTO, NUEVA ERA, PORNOGRAFÍA...: PUERTAS DE
ENTRADA
En este sentido, Beckman habla sobre las principales "puertas abiertas" de las que el demonio
se sirve para llevar a cabo las tres "acciones
extraordinarias" principales, la "obsesión,
infestación y posesión".
Entre los católicos, muchos son víctimas de ello al "abandonar los sacramentos y la oración", explica. También menciona "el sincretismo religioso,
trayendo al catolicismo rituales paganos y supersticiones culturales, como si
estas pudiesen coexistir", así como "los matrimonios
irregulares y la cohabitación, los cónyuges o hijos adictos a las
drogas, el alcohol, la pornografía, el ocultismo, la
música o la literatura".
Las "heridas no cicatrizadas por pecados
sin arrepentimiento, los abortos en serie, la infidelidad o el abuso
físico y emocional" son otras de las prácticas que facilitan los
ataques espirituales del demonio.
CUATRO CASOS REALES: SECTAS, ENGAÑOS, PORNOGRAFÍA Y
DROGAS
La experiencia de Beckman no es solo
teórica. De hecho, comparte algunos casos presenciados por ella misma en las
sesiones de exorcismo y liberación.
Algunos de ellos particulares y sin culpa del afectado, como es el de un joven que fue poseído después de que sus padres, "satanistas
practicantes", lo consagrasen a Satanás durante el embarazo, y
que fue liberado gracias a varios exorcismos y la intercesión de la Virgen.
Menciona el de una anciana, católica, "obsesionada
después de unirse a un grupo de oración" que se hacía pasar por
católico. "Los líderes eran brujos que en secreto la
maldijeron después de que,
ingenuamente, les permitiese pincharse el dedo en un pacto de sangre",
explica.
Sin embargo, también hay casos en los que influyen directamente los
hechos de los afectados, como es el de un estudiante de secundaria adicto a la
pornografía. "Se manifestó como una serpiente
y con una voz gutural que gritaba: `Necesito la pornografía, no puedo vivir sin
el porno´".
Un caso similar fue el de una estudiante de medicina, víctima de una
obsesión demoníaca tras consumir una
droga anestésica, el propofol, para conciliar el sueño. "El demonio se manifestó de inmediato y dijo: `Eres
mía y nunca estarás libre de esta droga´. Se volvió adicta, tuvo que
dejar su residencia para asistir a rehabilitación y fue liberada después de un
exorcismo menor", explica.
QUERER Y PERSEVERAR, CLAVE EN LA LIBERACIÓN
Independientemente de que la afección suceda como consecuencia a sucesos
voluntarios o involuntarios, la asistente explica que no todos los que
se someten a exorcismos son liberados.
"Algunos se niegan a realizar el duro trabajo de construir una vida
espiritual y mantener su relación con Jesucristo, por lo que abandonan el
proceso".
Beckman coincide con muchos exorcistas en que no tiene miedo durante el
ritual de liberación y que, por el contrario, recibe una gran paz, seguridad y
confianza por la eficacia de sacramentales como el rosario, la sal y el agua
benditas, las Escrituras o la cruz. Sin embargo, explica que en alguna ocasión ha sido víctima de ataques y sucesos, como
caídas sin explicación, insultos durante los exorcismos o enfermedades y
malestar repentinos antes de los exorcismos que desaparecen al comenzar a
rezar.
Tanto por su trato frecuente con exorcistas como por su lucha cara a
cara con el demonio durante años, Beckman expone
tres consejos para proteger a las familias de los ataques del demonio y que los
exorcistas no sean necesarios:
1º LA VIDA SACRAMENTAL
"Las personas pueden protegerse recibiendo el
Santísimo Sagramento con la mayor frecuencia posible y confesándose
periódicamente. Estos sacramentos son mucho más poderosos que el rito del
exorcismo, que es un sacramental. La vida sacramental ofrece una tremenda
protección", explica. Desde hace más de 30 años, Beckman comulga y acude a la
adoración eucarística cada día.
2º EL REZO DEL ROSARIO Y LA ORACIÓN DIARIA.
"Es un arma poderosa contra el diablo. [Muchas
veces] somos testigos de gritos de los demonios durante los exorcismos, que
dicen: `¡Detened las cuentas, nos atormentan!´". Ella misma afirma la
protección que le proporciona rezar el rosario cada día y reflexionar sobre los
misterios de la vida de María. En su vida, valora la oración diaria como "la armadura de Dios" y una "protección necesaria".
3º EL EXAMEN DE CONCIENCIA Y LA ASISTENCIA
ESPIRITUAL
Beckman afirma tener un director espiritual que le asiste
frecuentemente, así como un confesor al que acude siempre que puede. También
menciona "el examen de cada noche" y,
en todos los casos, invita a hacerlo "no por
cumplir, sino por amor a Dios y a las almas".
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