Solemos poner las necesidades de nuestro cuerpo por encima de la de nuestra alma y esto es una errónea jerarquía de valores.
Por: P. Ed Broom | Fuente: Catholic Exchange //
PildorasdeFe.net
Alimentación orgánica saludable, centros de salud física, tomar varios
suplementos vitamínicos, escapadas de vacaciones a hoteles exóticos, y muchos
otros son todos intentos por mantener una buena salud corporal.
Sin duda, todo esto puede ser bueno por una simple razón: nuestro cuerpo
es el templo del espíritu santo. Por consiguiente, debemos ser guardianes y
custodios responsables del regalo de nuestro cuerpo que Dios en su generosidad
nos dio.
Sin embargo, a menudo existe este error: ponemos las necesidades de
nuestro cuerpo por encima de la de nuestra alma y esto es una errónea jerarquía
de valores.
La palabra de nuestro señor y salvador Jesucristo
nos enseña la siguiente verdad:
"Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el
mundo entero si arruina su vida? Pues ¿qué puede dar el hombre a cambio
de su vida?" (Marcos 8,36-37)
EVITAR EL DAÑO
En un nivel humano y natural, debemos hacer un esfuerzo común para
evitar lo que podría dañar nuestro cuerpo. Los buenos padres le han enseñado
esto a sus hijos desde el comienzo: no juegues con fuego, mira dos veces antes
de cruzar la calle, no estés con malas compañías, come tus vegetales,
duerme temprano, limpia tus dientes antes de acostarte, lava tus manos antes de
comer, limpia tu cuarto.
En definitiva, la limpieza es próxima a la
santidad.
Todo lo anteriormente mencionado son consejos comunes que los padres han
dado a sus hijos durante años. Debemos elevar esto a un plano sobrenatural más
alto y dar consejos de cómo evitar lo que puede perjudicar a nuestra alma
inmortal, que tiene más valor que todo el universo creado.
En efecto, podemos pecar mediante pensamiento, palabra, obra y omisión;
al no hacer lo que Dios nos exige hacer.
Evitar ocasiones cercanas al pecado es una cualidad indispensable en
nuestra búsqueda de la santidad y a la adquisición de nuestra corona de gloria
que llamamos vida eterna.
1.- EVITE LOS
CHISMES Y A LOS CHISMOSOS
Jesús dijo claramente que seremos juzgados por cada palabra que sale de
nuestra boca, y también dijo que de la abundancia del corazón habla la boca.
Si tenemos el hábito de frecuentar a individuos que son unos chismosos
incorregibles, entonces debemos hacer un cambio y no frecuentarlos más.
Leer el capítulo 3 de la Carta al apóstol Santiago, es un excelente
capítulo en las escrituras acerca de los pecados de la lengua.
2.-
VÍSTASE APROPIADAMENTE
No debemos ser ocasión de pecado para los demás. Nuestro cuerpo es un
templo sagrado desde el bautismo.
San Pablo nos recuerda que somos embajadores de Cristo, eso significa
representantes del señor de señores y rey de reyes. Debemos vestirnos de acorde
a esto.
Cuando decimos vestirse apropiadamente no solamente es en la iglesia,
como si este fuera el único lugar para vestirse con decoro y modestia, debemos
hacerlo a todo hora y en todo lugar. Nunca debemos olvidar que somos cristianos
24/7 y eso significa siempre.
3.- EVITE LAS MALAS
COMPAÑÍAS
San Pablo decía que las malas compañías corrompen la moral. Este
proverbio expresa concisamente la siguiente verdad:
"Dime con quién andas y te diré quién
eres".
No tenemos que ser genios para saber que tendemos imitar a nuestros
amigos y a nuestros compañeros.
Oremos por la gracia de encontrar uno o dos amigos que sean realmente
nobles, honestos, puros, cristianos trabajadores y habrás descubierto un
verdadero tesoro. La sabiduría del viejo testamento nos enseña que
encontrar un buen amigo es encontrar un tesoro.
4.- CUIDE SU MIRADA
Otro proverbio es oportuno para este concepto: "La
curiosidad mató al gato". Peor aún, la mirada pícara del Rey David
resultó en el adulterio con Betsabé, y eventualmente en el asesinato de su
marido, el valiente y honesto soldado Urías de hitita (2 Samuel 11).
El santo hombre Job afirmó:
"Yo establecí un pacto con mis ojos para no
fijar la mirada en ninguna joven" (Job 31,1)
Finalmente, Jesús lo deja por sentado en una de sus
Bienaventuranzas:
"Benditos los puros de corazón, porque ellos
verán a Dios" (Mateo 5,8)
En un mundo colmado con imágenes impuras, humanas y digitales, más que
nunca necesitamos tener estricta custodia de nuestros sentidos, en especial
nuestra vista.
5.- EVITAR SER
IMPULSIVO
Otra actitud o disposición que debemos evitar es rendirnos a nuestra impulsividad,
en todos los sentidos, pero especialmente al hablar.
Un buen proverbio indica: "Piensa antes
de hablar". Otro proverbio, que de algún modo hace caer en cuenta a
aquellos que hablan y después piensan es el siguiente: "No
digas algo de lo que te puedas arrepentir".
A un nivel espiritual más elevado Santiago nos
advierte:
"Debemos estar listos para escuchar y lentos
para hablar".
Santo Tomás de Aquino ofrece esta interesante
perspectiva:
"Dios nos ha dado dos orejas y una boca para
así escuchar el doble de lo que hablamos".
¡Medita sobre esto antes de hablar!
6.- MEDIOS
ELECTRÓNICOS
De suma importancia para todos los que ahora vivimos en este universo
electrónico es la extrema necesidad de prestar atención acerca del uso de los
medios electrónicos actuales.
Como dijo el Venerable Fulton Sheen:
"Obviamente nunca abriremos la boca para
escarbar en la basura".
También estableció que: podemos fácilmente ser embebidos y absorbidos
por la basura moral con nuestros ojos.
Un buen vomito puede liberarnos de la basura física consumida. Sin
embargo, puede llevar años borrar o eliminar una imagen que hemos visto de una
de las muchas fuentes del moderno mundo de los medios electrónicos.
Nuestra mente es un gran archivo que guarda todas nuestras experiencias,
todo lo que hemos hecho, al igual que todo lo que hemos visto. Por
consiguiente, debemos ser estrictos con nosotros mismos y con nuestros hijos
acerca de lo que traemos a nuestras mentes y nuestros corazones a través de lo
que vemos.
7.- SÍNDROME DE
TELEADICTO
La ociosidad es el taller del diablo, es otro proverbio a tomar en
cuenta. En otras palabras, si no tenemos nada que hacer, entonces el diablo nos
dará muchas cosas por hacer.
San Juan Bosco tenía un miedo mortal de la época de vacaciones para la
juventud y adolescentes.
El trabajo es bueno para todos nosotros. El trabajo perfecciona nuestro
carácter y ayuda a cultivar nuestros talentos. El trabajo sirve como medio para
ayudar a los demás. El trabajo fue lo que Dios le ordenó a Adán después del
pecado original:
"Con el sudor de tu rostro comerás el pan,
hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado". (Génesis 3,19)
8.- PEREZA
MENTAL
Para darle seguimiento al punto siete el síndrome del teleadicto, está
la pereza mental. Otro eslogan juvenil es: "Si
no lo usas lo pierdes".
Dios nos ha dotado a todos con una mente que él desea cultivemos. Un
jardín que no se cultiva bien rápidamente le crece maleza. Una mente que no se
cultiva permite el crecimiento de maleza en el cerebro.
Esta pereza mental puede ser prevenida o corregida a través del
excelente hábito de la buena lectura.
Nunca hemos vivido en un mundo con tanta confusión. Sin embargo, nunca
habíamos vivido en un mundo con tan buena literatura. Depende de nosotros
encontrar buena literatura y formar el hábito de la lectura.
Algunos de nuestros mejores amigos pueden ser los buenos libros. San
Ignacio recibió la gracia de su conversión a través de la lectura de buenos
libros: La vida de los Santos.
9.- EVITAR COMER
DEMASIADO
La gula es uno de los siete pecados capitales. La definición de la
glotonería es: Un deseo desordenado de comer y
beber. Muchos problemas de salud son resultado de malos hábitos alimenticios.
También la glotonería, la lujuria y la pereza a menudo trabajan juntas
como un equipo para llevarnos al pecado. ¿Cuál es el
remedio? Aquí lo tienes: Orar por un
autentica hambre de Jesús, el pan de vida (Leer a Juan, capítulo
6:22-71, la palabra del pan de vida).
En el Padre Nuestro rezamos: "Danos hoy
el pan nuestro de cada día". Esto puede ser interpretado de una
manera sacramental, el hábito de ir a misa y recibir a Jesús en la sagrada
comunión, el verdadero pan de vida. Esto nos ayudará a subordinar los deseos
del cuerpo al dominio de la voluntad.
10.- EVITAR
OPINIONES CONTRARIAS A NUESTRA MADRE MARÍA
Muchos protestantes rechazan vehementemente el poder de la intercesión
de María, para su propio detrimento espiritual.
María nunca, y digo nunca, nos distancia de Jesús. Por el contrario, como afirma San Luis de Montfort:
"María es el camino más rápido, seguro y más
corto hacia Jesús".
María es el ATAJO a la Unión con Jesús,
si te gusta verlo así. Las últimas palabras de María
grabadas en la Sagrada Escritura fueron pronunciadas en la fiesta de la boda de
Caná:
"Hagan lo que Él les diga". (Juan 2,5)
¡Sin duda, el mejor consejo en todo el mundo! Nuestra señora sirve como
puente a la unión con Jesús.
A continuación las palabras del Cura de Ars, San
Juan María Vianney:
"Todo lo que el Hijo pide al Padre se lo
concede. Todo aquello que la Madre pide al Hijo le es igualmente
concedido".
San Efrén, con su mística y destello poético
exclama:
"La incomparable Madre de Dios es el más puro
incensario de oro. En sus oraciones se ofrece al Dios eterno".
Por último, medita en oración sobre las palabras de
San Maximiliano Kolbe:
"Colocaos en las manos de María; ella pensará
en todo y proveerá las necesidades de tu cuerpo y alma. Por lo tanto, está en
paz, en paz total, con confianza ilimitada en ella".
CONCLUSIÓN
Es muy cierto que debemos evitar todos los peligros que pueden comprometer
tan fácilmente la salud de nuestro cuerpo, aquello que pertenece a nuestra vida
natural. Sin embargo, debemos tomar una decisión más firme por nuestra parte, y
por el beneficio de quienes nos han confiado a nuestro cuidado, para evitar
todo el veneno moral que puede posiblemente matar la vida espiritual en
nuestras almas.
¡Qué nuestra señora logre para nosotros la gracia
de amar a Dios con todos nuestros corazones, mentes y almas para que un día el
cielo sea nuestro hogar y lugar de perpetuo reposo!
Santa María, ruega por nosotros los pobres
pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Artículo originalmente publicado en Catholic Exchange
Adaptado y, traducido para PildorasDeFe.net por Ana Mercedes de Alvarado
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