sábado, 12 de marzo de 2022

LOS VIÑALES DE LA CAMPIÑA

En una oportunidad en la casa grande de la campiña huachana necesitaban un guardián y un obrero para trabajar en los viñales.

En eso se presenta don Manuel Valladares a solicitar trabajo y lo contratan para los dos empleos. El capataz Jesús Grados ordenó al obrero que echara azufre a todas las uvas, a lo que contestó éste afirmativamente, pero que antes tenía que descardar (limpiar) los frutos que estaban sucios.

El señor Grados le manifestó, que eso le restaría tiempo, y el trabajador le respondió que en tres horas las dos tareas estarán listas, pero que le dejara solo porque le molestaba que le estén espiando.

El capataz se retiró y pasado las tres horas regresó y se da con la sorpresa que todo el trabajo había sido realizado satisfactoriamente y en tiempo récord. Y entonces le preguntó ¿Tan pronto has terminado? y el obrero le contestó: "lo que he hecho es cumplir con mi palabra, y ahora quiero que usted me pague porque tengo una deuda que saldar". Aquel le alcanza el dinero y el obrero le recibe y al mismo tiempo lo devolvió, manifestándole: ¡Cóbrate de una deuda que tenía con usted! y acota: "he venido a la tierra a trabajar y pagar lo que le debía, para que no siga usted vociferando a todo el mundo de la cuenta".

En ese instante el capataz se dio con la sorpresa de que la persona con quien estaba hablando había fallecido hace algún tiempo y cuando volteó éste desapareció.

Tradición oral recogida por: Julia Guerrero Salvador.

Fuente: Mitos y leyendas de Huacho y distritos aledaños. 2017.

Compilador: Samuel Cornelio Abad.

Alejandro Smith Bisso

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