UN EXPERTO DE «CORAZÓN DE PADRE» EXPLICA LA HISTORIA A REL
José María Alsina con un San José con Niño, en una escena de Corazón de
Padre, emocionante documental que se estrena el 18 de marzo
José Maria Alsina, superior de la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora
del Sagrado Corazón (HHNSSC),
es uno de los expertos que hablan de San José en el emocionante documental Corazón
de Padre que se estrena en los cines españoles este 18 de
marzo.
“Me gusta pensar que San José fue el rector del primer
seminario, porque en Nazaret es donde se formó el Primer, el Sumo y
Eterno Sacerdote, Jesucristo”, explica Alsina en este documental.
En toda España, el día de San
José es también el Día del Padre, del Seminario y de las vocaciones
sacerdotales. San José es patrón de estas vocaciones y de los
seminarios.
Pero no siempre fue así. Este patronazgo nació en España
en la segunda mitad del s.XIX, impulsado por la devoción
josefina de dos adalides de la promoción y cuidado de las vocaciones
sacerdotales: el beato Manuel Domingo y Sol y San Enrique
de Ossó.
MOSÉN SOL Y LOS OPERARIOS DIOCESANOS
Manuel Domingo y Sol (1836-1909), conocido popularmente como mosén Sol,
nació y se formó en Tortosa y fue el fundador de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y, en Roma, del Pontificio Colegio Español
de San José.
También otros colegios de vocaciones que fundó se llamaban "de San José". Cuando creó la 'Obra de fomento y sostenimiento de las vocaciones eclesiásticas'
en Tortosa, la puso bajo el patrocinio de San José.
Tenía la idea de impulsar una "asociación
de sacerdotes para el fomento de las vocaciones", que daría lugar a la
fundación, en 1883, de los "Operarios Diocesanos", que,
de hecho, popularmente eran conocidos como "los josefinos" (y, en
Cataluña, "josepets"). Los operarios realizarían
desde su origen una labor inmensa en la formación de sacerdotes. Muchos
operarios murieron como mártires en la persecución de los años 30.
ENRIQUE DE OSSÓ Y LA CONEXIÓN CON SANTA TERESA
San Enrique de Ossó y Cervelló (1840-1896), también ordenado sacerdote
en Tortosa, fundó las teresianas en 1876, que hoy están
presentes en más de 20 países.
Juan Pablo II lo canonizó en Madrid en 1993.
Ossó era devoto de Santa Teresa de Jesús, y de ella
adquirió su devoción a San José.
Publicó una novena dedicada a él porque, escribió, "me dolía ver que el maestro de oración por
excelencia, como le llama nuestra ilustre española Teresa de Jesús,
no tenía una novena que enseñase prácticamente esta ciencia de los
santos".
Enumeraba los "bienes espirituales que
dispensa san José" a quienes recurren a él:
- espíritu de
oración,
- don de castidad,
- "auxilios extraordinarios para salir del pecado y ahuyentar a los demonios",
- "devoción tiernísima a María Inmaculada"
- y "la mayor de todas las gracias, esto es, con una dulce agonía y santa
muerte".
Tenía el deseo de fundar una congregación o asociación masculina de
espiritualidad josefina, aunque no llegó a hacerlo, pero apoyó la relación
entre San José y las vocaciones sacerdotales.
EL FOMENTO DE LAS VOCACIONES
Explica José María Alsina que durante el pontificado del Papa Pío XI se
instituyó un “Día a favor de las vocaciones sacerdotales”, con carácter preceptivo para Roma, a fin de que
sirviera de ejemplo para las demás. La fecha establecida era un día fijo del
mes de junio, para impetrar vocaciones al Corazón de Jesús.
Al mismo tiempo, se fue estableciendo en todas las diócesis la Obra del
Fomento de Vocaciones, sobre todo a partir de 1941, cuando Pío XII instituyó
la "Obra Pontificia de las vocaciones Eclesiásticas", vinculada a la Sagrada Congregación para la
Educación Católica. La fuerza de estas iniciativas moverían a Pío XII a poner
bajo su patrocinio la Obra Pontificia de las Vocaciones Sacerdotales.
¿POR QUÉ SAN JOSÉ COMO PROTECTOR?
Alsina señala que es significativo que se acuda a San José como
protector de la Iglesia en tiempos difíciles y, al mismo tiempo, que bajo su
amparo se ponga el cuidado de las vocaciones.
"La historia de la Iglesia nos ha mostrado
que, en los tiempos más difíciles, Dios, siendo fiel a su promesa, ha cuidado
de su pueblo enviándole pastores según su Corazón. Una y
otra vez, a lo largo de dos mil años, contemplamos cómo Dios ha suscitado apóstoles,
doctores, mártires y profetas con los que el Buen Pastor ha guiado a su rebaño
por el inmenso desierto de la historia. Por esta razón, en tiempos difíciles la
Iglesia acude a San José, su mejor valedor en el cielo junto a la Santísima
Virgen, y le presenta con confianza aquella que es su primera necesidad: que
haya sacerdotes y que sean santos, entregados en cuerpo y alma al servicio de Dios y de los
hombres", afirma
Alsina.
"Al que fue 'Varón Justo' por excelencia
tenemos que acudir para pedir y también para aprender cómo suscitar y promover
las vocaciones. Son muchas las virtudes que del santo varón podemos y debemos
aprender en esta obra de la promoción y del cuidado de los seminaristas, pero
creo que se hace especialmente urgente que nos fijemos en su obediencia, en la que
hunde sus raíces su potestad sobre la familia de Nazaret", añade.
"Es el padre de Jesús porque en él Dios ha
encontrado a su 'servidor fiel y obediente'. Por otro lado, Aquel que va a ser
constituido “Sumo y Eterno Sacerdote” “aprendió, sufriendo, a obedecer” mirando
la obediencia de su padre en la tierra. La familia, que es como un “primer
seminario”, y los seminarios deben, por tanto, aprender de San José a obedecer
los mandatos de Dios y de su Iglesia. Esta obediencia será hoy, como
lo ha sido siempre, la clave y la prenda segura de la fecundidad
vocacional", concluye Alsina.
La película Corazón
de Padre presenta la obra milagrosa de San José en nuestros días,
con muchos testimonios; en los cines desde el 18 de marzo
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