Esta es una de las más triste historia ha llegado a miles de corazones de amantes de animales de todo el mundo.
El mensaje es extremadamente
importante y muestra cómo la confianza de los perros en las personas es un maravilloso
regalo que debemos apreciar.
La familia protagonista de esta
historia había decidido acoger un perro. El nuevo habitante de la casa se
convirtió rápidamente en un nuevo miembro de la familia al que le encantaba
jugar con los niños.
El perro era muy inteligente y
aprendía super rápido y la familia le enseñó innumerables trucos.
El perro hacía todo lo que fuese
necesario para conseguir que sus dueños y los niños de la casa fuesen felices
sólo con su presencia.
Pero después de unas semanas el
perro cambió su comportamiento de una forma extremadamente extraña.
Cada noche, cuando la familia se
iba a dormir, el perro se sentaba frente a la cama de sus dueños y los miraba,
con sus grandes ojos, mientras ellos dormían.
Él no dormía nunca, y se sentaba
exactamente en el mismo lugar cuando la dueña o el dueño salían de la cama cada
mañana.
La familia no podía encontrar
ninguna razón al extraño comportamiento del perro y comenzaron a preocuparse
por su amigo de cuatro patas.
Pensaron que quizá estaba enfermo
y lo llevaron al veterinario, pero éste no pudo encontrar nada raro. El perro
parecía estar sano.
Como última opción desesperada
fueron al refugio de animales donde lo habían adoptado y le hicieron muchas
preguntas al personal.
Con la esperanza de que ellos les
pudieran dar alguna información clave para entender lo que ocurría el desvelado
canino.
Lo que descubrieron entonces
rompió el corazón de la familia en mil pedazos por lo que le había pasado al
pobre perrito y no quería repetirlo una segunda vez.
Les contaron que el dueño
anterior del perro se había levantado en mitad de la noche y lo había llevado
al centro de adopción. Todo mientras el perro dormía profundamente.
Nunca pudo decir adiós a su dueño
o su casa y vida anterior. De repente el animalito se despertó en un refugio
para animales. En un ambiente desconocido y extraño.
Los sentimientos de miedo parece
que permanecían en él, y el pobrecito pensaba que si cerraba los ojos podía
perder a su querida nueva familia, lo que le hacía estar muy triste y no poder
dormir por las noches.
Cuando la familia escuchó la
historia, ninguno pudo contener las lágrimas. Preguntaron, por supuesto, qué le
podría hacer recuperar la confianza al perro.
¿LA SOLUCIÓN?
Pusieron su camita en la cama de
sus dueños, entre los dos. De esta forma querían mostrarle que estaban ahí para
él y que era parte de una familia que nunca lo iba a abandonar.
Pasaron semanas hasta que el
perro entendió que se podía sentir seguro en su nuevo hogar, hasta que una
noche.
Por fin, cerró los ojos y se
durmió plácidamente al lado de sus dueños, donde ha encontrado la seguridad y
el amor que se merece.
La confianza de un perro es increíble y no se juega
con ella. Por eso uno siempre tiene que pensarse bien si va a poder cuidarlo
antes de decidir adoptar.
Este perro tenía miedo de que sus
nuevos dueños hicieran lo mismo que el dueño anterior, con el cual terminó en
un refugió.
Por tal razón, el perro no dormía
y siempre pasaba la noche entera mirando a sus nuevos dueños mientras ellos
dormían.
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