El P. José de Jesús Aguilar, canónigo de la Catedral Primada de México y subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis de México, señaló el momento en el que Jesús derramó sus primeras gotas de sangre “por amor a la humanidad”.
En un video, el P. Aguilar indicó que “el
Evangelio de San Lucas nos narra que las primeras gotas de sangre que derramó
Cristo fueron durante la circuncisión, que es parte de los rituales
del pueblo judío”.
“Los orígenes de esta práctica los encontramos
en el libro del Génesis, concretamente en el capítulo 17, versículos del 9 al 14: ‘de hoy en
adelante, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado a los ocho días de
nacido’”.
El sacerdote mexicano explicó que “según ese
texto, Abraham, a quien se le conoce como el padre del pueblo de Israel, hizo
un pacto, alianza o contrato con Dios, con el que se comprometía tanto él como
todos sus descendientes a ser fieles al único Dios verdadero. Y para que a
nadie se le olvidara prometió que todos los judíos, desde muy pequeños, se
circuncidarían”.
“De esta manera, a través de una marca en el
cuerpo, todos los varones que se convertirían en jefes de familia recordarían
para siempre la alianza de Abraham con Dios”.
El P. Aguilar destacó luego que “aunque el
libro sagrado del Corán no lo exige”, los musulmanes, al considerar a Abraham
como padre de su fe “también practican a sus hijos este rito. Sin embargo, a
diferencia de los judíos que lo hacen a los ocho días del nacimiento, los
musulmanes pueden hacerlo desde el nacimiento hasta antes de la pubertad”.
Tras indicar que “para los judíos la circuncisión es algo así como
nuestro bautismo”, el canónigo de la Catedral Primada de México señaló que “el Evangelio quiere subrayar dos cosas al
mencionar la circuncisión de Cristo. La primera es que para que se
cumplieran las escrituras, Él nació en el pueblo judío. Y por otra parte, que
las primeras gotas de sangre que derramó serían una muestra de que no obstante
ser Dios se hizo hombre para salvarnos mediante su pasión”.
El P. Aguilar también se refirió a si María estuvo o no presente durante
la circuncisión del Niño Dios, y precisó que “aunque
algunos pintores la ponen cerca para consolar al Niño, recordemos que las
mujeres judías que acababan de dar a luz deberían purificarse durante 40 días y
no se podían presentar en ningún rito hasta después de haberse purificado”.
Al finalizar, el sacerdote mexicano recordó que “la
Biblia nos enseña que Cristo vino a salvar a judíos y no judíos. San Pablo en la Carta a los Colosenses dice: ‘ya no
tiene importancia el ser griego o judío, el estar circuncidado o no estarlo, el
ser extranjero, inculto, esclavo o libre. Lo que importa es que Cristo es todo
y está en todos’. Y en la Carta a los Gálatas nos recuerda que más que la
circuncisión de la carne es importante la transformación del espíritu, porque
si estamos unidos a Cristo Jesús, de nada vale estar o no circuncidados, lo que
sí vale es tener fe y que esta fe nos haga vivir con amor”.
Redacción ACI Prensa
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