miércoles, 20 de enero de 2021

CONVIVENCIA ANTES DEL MATRIMONIO AUMENTA POSIBILIDADES DE DIVORCIO, AFIRMA ESTUDIO

Una investigación revela que la convivencia prematrimonial está vinculada a una mayor posibilidad de divorcio en los matrimonios que tienen más de un año, y a una menor calidad marital.

En un artículo del Instituto de Estudios Familiares (IFS), el profesor de investigación en la Universidad de Denver (Estados Unidos), Scott M. Stanley, indicó que, a diferencia de la creencia de la mayoría de personas, la convivencia antes del matrimonio no mejora las probabilidades de que una unión triunfe.

Stanley señaló que, según el estudio publicado por Michael Rosenfeld y Katharina Roesler en 2018, “la convivencia antes del matrimonio se asocia con un menor riesgo de divorcio en el primer año de matrimonio, pero con un mayor riesgo a partir de ese punto”.

Rosenfeld y Roesler “señalaron que vivir juntos antes del matrimonio podría darles a las parejas una ventaja al principio del matrimonio, porque hay menos necesidad de adaptación a estar casados ​​y específicamente a vivir juntos. Pero encontraron que esta ventaja era de corta duración”, indicó Stanley.

La investigación, dijo Stanley, reveló que a partir del primer año de matrimonio otros factores toman importancia en la pareja, como la influencia de la convivencia en una mayor aceptación del divorcio.

El estudio de Rosenfeld y Roesler afirma que el riesgo de divorcio asociado a la cohabitación prematrimonial ha permanecido prácticamente sin cambios en los últimos 40 años.

Además, indicaron que las parejas que cohabitaron antes de casarse fueron más propensas a tener un hijo antes del matrimonio que aquellas que no convivieron, diferencia que se ha duplicado a lo largo de las décadas.

Stanley afirmó que, si bien los padres que cohabitan tienen “más probabilidades de romper que los padres casados, incluidos los que tienen hijos antes de casarse, también es cierto que tener hijos hace que sea más probable que una pareja permanezca junta”.

El profesor señaló que estos factores fuerzan a una inercia prematura que mueve a la relación a continuar cuando “un camino distinto podría haber llevado la relación a su final o ayudado a una pareja a tomar decisiones más claras que respalden el compromiso”. 

Stanley indicó que actualmente se busca afirmar que el riesgo de la convivencia ha desaparecido y aseguró que, contrario a la creencia general, la cohabitación prematrimonial afecta a la calidad conyugal.

“Todos los estudios relacionados con la controversia sobre si el efecto de la convivencia aún existe o no se centran solo en las probabilidades de divorcio y no en la calidad conyugal”, resaltó.

El profesor indicó que la calidad marital “es menor entre quienes comenzaron a vivir juntos antes del compromiso o el matrimonio”, especialmente durante el periodo de tiempo donde otros estudios argumentan que la convivencia no afecta a la relación matrimonial.

Finalmente, señaló que, frente a la libertad de los investigadores al escoger su conjunto de datos, variables incluidas y excluidas y modelos estadísticos, es necesario recordar el llamado de Rosenfeld y Roesler a la “transparencia en la forma en que los investigadores toman sus decisiones”.

“La extraordinaria complejidad de los cambios en el matrimonio y la convivencia en las últimas cinco décadas hace imposible dar cuenta de todo lo que pueda importar a la hora de analizar e interpretar datos sobre este tema”, indicó.

Redacción ACI Prensa

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