El Centro de Psicología Católica Areté y la Red de Psicólogos Católicos (RedPsic) advierten que hay un aumento de la pornografía online durante la pandemia de coronavirus e invitan a seminario que abordará este y otros temas psicológicos, afectivos y emocionales similares.
En una reciente entrevista del Centro Areté y RedPsic, el doctor en
Salud Pública de la Universidad de Massachusetts y doctor en Medicina de la
Universidad de Navarra, Jokin de Irala Estévez, señaló que durante el
confinamiento por COVID-19 monitoreó “el consumo
mundial de pornografía y se vio que efectivamente hubo un aumento de consumo”.
El experto dijo que durante la cuarentena, "la
industria del porno se dedicó a hacer publicidad” para “regalar a la ciudadanía sufriente”, a manera de “premio o compensación a su confinamiento”,
minutos gratuitos y promociones para consumir pornografía en diversos portales
de internet.
El también profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Navarra y escritor de varios libros como “Te
quiero, por eso no quiero. El valor de la Espera”, comparó esta
estrategia a la de la industria tabaquera que durante la Segunda Guerra Mundial
“regalaba a los ‘pobres soldados’ del frente”, millones
de cigarrillos.
En ese sentido, De Irala afirmó que tanto la industria del tabaco como
la del porno saben que esa estrategia “era y es la
manera de acabar teniendo clientes fieles que consumirían y consumirán
finalmente sus productos comerciales”.
El Centro Areté señaló que distintos especialistas afirman que el uso de
la pornografía se ha vuelto una “auténtica
epidemia”. Para el doctor De Irala es una “epidemia
silenciosa” que se ve impulsada por el “motor
de las cuatro ‘A’”
“La pornografía es: ‘Accesible’, es muy fácil
obtenerla en un celular; es ‘Asequible’ por su bajo coste, incluso por su
gratuidad; es ‘Anónima’, puede ser que nadie se entere de que una persona este
consumiendo regularmente pornografía; y finalmente es ‘Aceptable’, porque no
parece que hay, de momento, una crítica social clara y contundente contra la
industria del porno”, señaló.
Lamentablemente, el factor que aumenta y favorece el “carácter silencioso” de la pornografía es que pocos
parecen “querer denunciar o hablar de este
problema”, agregó.
Además, para el experto, la población en general no sabe que la
pornografía es muy consumida en internet, incluso más que otras plataformas
famosas, y que la mayoría de consumidores son expuestos desde niños y
adolescentes, y que esto tiene efectos nocivos en su desarrollo.
“Las webs de pornografía reciben más tráfico que la
suma total de Netflix, Amazon y Twitter”, dijo. “Cada segundo, unas 30 mil personas están viendo
pornografía y la mayoría de jóvenes son expuestos por primera vez antes de
cumplir los 18 años”, agregó.
Un hecho que prueba que esta realidad es desconocida es que “muchos padres y madres regalan celulares a sus
hijos a edades inapropiadas, y sin ningún mecanismo de protección o de filtrado
de contenidos”, dijo.
Para el experto, los padres no notan que exponen “a sus hijos ante el riesgo del abuso afectivo”, que es cuando
un menor de edad recibe imágenes inapropiadas en su celular “sin buscarlo ni quererlo”. Además, alertó que
esto puede dar inicio a “un uso adictivo de la
pornografía” y a “un proceso de
‘pornificación’ de su capacidad de amar”.
Sobre la adicción, señaló que muchas personas empiezan a ver pornografía
“por recreación” y para “regular sus emociones” de angustia o tristeza,
pero “no se dan cuenta que cada día se van
acostumbrando, y que el cerebro poco a poco, les va pidiendo más
dopamina”.
El doctor De Irala explicó que la pornografía tiene consecuencias en
tres “áreas afectadas: la neurológica, la afectiva
y la del mundo que rodea al consumidor”.
Sobre la neurológica, señaló que el consumo de pornografía tiene un
efecto adictivo, pues actúa en el sistema nervioso central liberando dopamina
al igual que las sustancias tóxicas como la marihuana.
Sobre la afectividad, dijo que “pornifica” el
corazón del consumidor, pues “le conduce a tener
ideas distorsionadas sobre la sexualidad”, sus deseos sexuales y “lo que puede considerarse aceptable o no en una relación
sexual”. Además, advirtió que si se consume con frecuencia, la persona
podría preferir la pornografía sobre “tener una
relación sexual con una persona real”.
Finalmente, dijo que quien consume pornografía regularmente “se aísla y puede crecer su tendencia a la violencia”
y por ello, su entorno podría afectarse. “La
pornografía es señalada como la causa principal” de rupturas matrimoniales
y el “rendimiento intelectual y en el trabajo” del
consumidor “puede empeorar”, añadió.
Para conocer más detalles sobre la pornografía y “otros temas relevantes psicológicos, afectivos y emocionales”,
el Centro Areté y la RedPsic invitan al “Seminario
Psicología y Persona Humana Online”, cuyo tema central es “Herramientas psicoterapéuticas desde una mirada integral
del ser humano” y está dirigido a psicólogos, estudiantes y público en
general.
Redacción ACI Prensa
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