El P. Hugo Valdemar, canónigo penitenciario de la Arquidiócesis Primada de México, denunció recientemente que “el aborto es el nuevo culto al demonio Moloch”, una divinidad pagana de tiempos bíblicos para la que se sacrificaban niños.
En su columna titulada “El aborto y
Satanás”, publicada este 17 de agosto en el diario mexicano
ContraRéplica, el P. Valdemar recordó que “Jesús,
en el evangelio, siempre hizo referencia a Satanás no como un símbolo del mal,
sino como un ser personal, de naturaleza espiritual, que busca perder a los
hombres alejándolos de Dios y haciéndolos instrumentos de su maldad en el
mundo”.
“Jesús define al demonio así: ‘El mentiroso y
homicida desde siempre’”, dijo, y subrayó que “a partir de esta revelación queda claro que el autor del
monstruoso crimen del aborto es Satanás, pues a través de él miente y mata”.
“Miente argumentando falsos derechos como la
libertad de las mujeres sobre sus decisiones y su propio cuerpo, siendo que la
creatura que se forma en el cuerpo de su madre es totalmente distinta a ella,
aunque se aloje en su seno y dependa de ella para vivir”.
Además, remarcó, “nadie tiene derecho a
decidir sobre la vida de otra persona, máxime si esta es totalmente indefensa e
inocente; no hay ninguna diferencia entre asesinar a un ser humano en gestación
y a otro recién nacido”.
El P. Valdemar, que durante 15 años fue director de Comunicaciones de la
Arquidiócesis de México, durante el gobierno pastoral del Cardenal Norberto
Rivera, señaló que “Moloch, en los tiempos
bíblicos, fue un dios de los fenicios o cananeos, lo consideraban el símbolo
del fuego purificante que a su vez significaba el espíritu. Creían que, debido
a una catástrofe al comienzo de los tiempos, ese espíritu se había convertido
en oscuridad al hacerse materia”.
“El hombre era la encarnación de tal tragedia y
para redimirse de ese pecado era preciso ofrecer sacrificios a Moloch inmolando
a bebés por ser considerados los más impregnados de materia”, explicó.
“Este demonio era representado por una gigantesca
estatua de bronce con un horno en su seno donde las madres arrojaban a sus
pequeños hijos que Moloch esperaba con los brazos abiertos y devoraba por el
fuego a sus víctimas. Para ocultar el grito de los niños, los sacerdotes del
demonio hacían tocar trompetas y tambores para disimular el horror”, añadió.
El sacerdote mexicano señaló que si bien “una
escena semejante causaría escalofríos hasta los abortistas; sin embargo, ese
horror de los cananeos condenado por Dios como un acto abominable, es
insignificante comparado con los cincuenta millones de bebés inocentes que
vienen asesinados cada año en el mundo, en el seno de sus propias madres”.
“La aberración del aborto en la actualidad no puede
ser más clara: el niño que debería ser esperado por la madre con un amor sin
límites es inmolado no en el horno ardiente de Moloch sino en una sala fría de
hospital. El médico, cuya misión es salvar vidas, se convierte en el cruel
verdugo, en el sacerdote del demonio. El Estado que debería garantizar el
primero de los derechos que es el de la vida y castigar a los asesinos de
inocentes, niega el derecho a vivir y autoriza matar impunemente”.
Para el P. Valdemar “el aborto es el nuevo
culto al demonio Moloch, tan cruel su práctica hoy como en el pasado, tan
inhumano e irracional como en aquellos tiempos bárbaros”.
“Que no nos quede duda, Dios nos pedirá cuentas de
tanto horror, tanta perversidad y de tanta sangre inocente derramada que clama
venganza al cielo”, aseguró.
Redacción ACI Prensa
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