El Arzobispo de Kampala (Uganda), Mons. Cyprian
Lwanga, emitió un decreto en el que prohibió
a los fieles recibir la Eucaristía en la mano y en el que reafirmó que
quienes “conviven de manera ilícita y marital” no pueden ser admitidos a la
Santa Comunión.
En su decreto del 1 de febrero, el Arzobispo africano dio a conocer
algunas normas que “buscan simplificar la
celebración de la Santa Eucaristía y frenar los abusos que comenzaron a surgir
en la celebración de la Misa”.
El Prelado indicó que emite este decreto “de
acuerdo a las normas litúrgicas y canónicas de la Iglesia Universal”
“Por lo tanto, está prohibido distribuir o recibir
la Santa Comunión en las manos”, subrayó
el Arzobispo y precisó que hace esto teniendo en cuenta que el Código de
Derecho Canónico, que reúne las normas que rigen a la Iglesia, señala que la
Eucaristía debe ser considerada con el más alto honor por los fieles.
“Debido a los informes de muchas instancias en las
que se deshonra la Eucaristía, asociadas con su recepción en las manos, es de
justicia volver al método más reverente de recibirla en la lengua”, señaló.
El Arzobispo explicó que el ministro ordinario de la Santa Comunión es
un clérigo y, por lo tanto, cualquier laico que no haya sido designado como
ministro extraordinario de la Comunión por parte de una autoridad competente,
no puede distribuir la Eucaristía. En ese orden, un ministro extraordinario
debe recibir la Comunión de un ministro ordinario antes de distribuir el
Sacramento.
Además, precisó Mons. Lwanga, la Eucaristía se debe realizar en un lugar
sagrado, como lo indica el canon 932, a menos que una necesidad grave requiera
algo distinto.
Por ello, “la Eucaristía debe celebrarse en
los lugares sagrados designados dado que hay un adecuado número de tales
lugares en la Arquidiócesis para ese propósito”.
El Arzobispo de Kampala también destaca en el decreto que, “de acuerdo a las claras normas del canon 915, se debe
reafirmar que quienes están en una convivencia marital ilícita y quienes
persisten en un pecado grave o manifiesto, no puede ser admitidos a la Santa
Comunión”.
Una convivencia marital ilícita se refiere a situaciones que incluyen
los divorciados en nueva unión, la convivencia simple y la poligamia.
“Para evitar el escándalo”, no se puede celebrar Misa “en las casas de
personas en tales situaciones”.
El Prelado también subrayó que los sacerdotes y diáconos deben vestir lo
que está prescrito y, a la luz de esto, “queda
estrictamente prohibido admitir como concelebrante a cualquier sacerdote que no
esté debidamente vestido según las vestiduras litúrgicas correspondientes”.
“Un sacerdote así no debe concelebrar o asistir en
la distribución de la Santa Comunión, sino que tampoco debe sentarse en el
presbiterio sino entre los fieles de la congregación”, señaló.
En el año 2004, la Congregación para la Disciplina de los Sacramentos y
el Culto Divino publicó la instrucción Redemptionis
sacramentum, que señala que “aunque todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea
recibir la sagrada Comunión en la boca, si el que va a comulgar quiere recibir
en la mano el Sacramento, en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo
haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le debe
administrar la sagrada hostia”.
“Sin embargo, póngase especial cuidado en que el
comulgante consuma inmediatamente la hostia, delante del ministro, y ninguno se
aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas. Si existe peligro de
profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano”, agrega el texto.
Traducido y adaptado por Walter
Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
Redacción ACI Prensa
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