viernes, 28 de febrero de 2020

TODO POR AMOR


Esta cuaresma decidí que quería vivirla diferente, tenía miedo que se me pasara como 40 días ordinarios; así que pensé que sería bueno leer algún libro que me ayudara a reflexionar lo que próximamente viviremos en Semana Santa.

En medio de esta idea recordé que hacía un tiempo un amigo seminarista me había recomendado leer el libro “La amarga Pasión de Cristo” escrito por la beata Ana Catalina Emmerick.

Para situarnos mejor en el pensamiento que me ronda; este libro consta de las visiones que tuvo esta monjita alemana sobre la Pasión de Nuestro Señor; Dios le permitió ver todo lo que sucedió durante estos días santos.

Sabiendo esto, puedo decirles que en efecto todo lo que leí me llegó profundo al corazón; y me gustaría compartirles un poco de lo que me dejó esta lectura en estos días de reflexión y conversión; en este camino de 40 días en el desierto.

Jesús conocía cada detalle de la Pasión, Él sabía todo lo que tenía que sufrir y fue tentado por el Diablo para que no diera la vida por nosotros; mientras estuvo orando en el Monte de los Olivos se le presentaron todos los pecados de la humanidad, esto porque Satanás buscaba que el Señor desobedeciera la voluntad del Padre; pero resulta que Jesús TANTO NOS AMÓ, TANTO NOS AMA Y TANTO NOS AMARÁ SIEMPRE que ofreció su vida por cada uno de nosotros; sabía el dolor que pasaría y pese a ello se entregó por mí, por vos.

He de confesarles que mientras leía esta parte de la Pasión, se me estremeció el corazón, porque en algún momento de mi vida puse en duda que Jesús hubiera muerto por mis pecados, yo decía “pero ¿cómo puede ser esto? Si yo no había nacido, ¿cómo es que estaba dando la vida por pecados que no había cometido siquiera?”. Después de leer estas visiones de Ana Catalina entendí que sí, que Jesús murió por mis pecados, porque Él me conoció antes de que me formara en el vientre de mi madre, porque pensó en mí y me amó mucho antes de enviarme al mundo.

Leí entre lágrimas cada momento del viacrucis de Jesucristo; porque en más de una ocasión no le tomé la importancia y el respeto a esta meditación; aprendí que nuestra Madre, la Virgen María fue la primera persona en meditar este camino de dolor y de amor de Jesús, porque justo después de que el Señor llegó al Calvario, María acompañada por las santas mujeres y por Juan caminó y meditó cada parte por la que había pasado Jesús.

Jesús todo lo soportó por amor a nosotros; a pesar de los maltratos físicos y verbales que recibió Él nunca respondió con una mirada de rencor, sus respuestas eran miradas de misericordia, y cada persona que en este caminar al Calvario se convirtió fue acogida en la familia de Jesús, con las mujeres santas, con los apóstoles; incluso el ladrón Dimas se convirtió y Jesús le prometió que antes que acabara el día estaría con Él en el Paraíso. Quiere decir que, Jesús siempre nos estará esperando con los brazos abiertos, llenos de amor, siempre nos espera con una mirada de misericordia; que estamos a tiempo de convertir nuestro corazón al amor.

Mientras leía pensaba en cuánto debo cambiar en mis días, en cuánto debo aprender del Señor, como dice en el evangelio "Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso" Lucas 6, 36. Me detuve a pensar: "¿Con cuánta misericordia le respondo al mundo?"

Después de leer este libro, comprendo un poco mejor cuánto hizo Jesús por mí, entiendo con más claridad que verdaderamente pasó por todo aquel sufrimiento para el perdón de mis pecados; que tengo una familia santa en el Cielo que me espera para Alabar eternamente a Dios; pero que yo debo poner de mi parte y aprender a vivir en la Verdad y en el Amor.

Yo los invito a aprovechar este camino de 40 días por el desierto, para descubrir que en medio de las tentaciones necesitamos del amor de Dios y de la fuerza que proviene del Espíritu Santo para sostenernos; que necesitamos convertir nuestro corazón, alzar nuestra mirada al Padre que es amor, a aquel que decidió darlo TODO por amor, que entregó su vida en la cruz por amor a toda la humanidad.
 
Daniela Sandí Torres. - Costa Rica.

No hay comentarios: