Paula,
una joven de escasos 12 años, visitaba por primera vez al optómetra , el cual
le diagnosticó miopía en ambos ojos.
–
Sientes que no puedes ver bien de lejos, Paula. – dijo
el doctor.
– Sí, se me dificulta mucho hacerlo.- afirmó Paula
– Te sientes muy mal por esto, verdad ?- dijo el doctor
– Sí, lo que más me afecta es que no puedo distinguir a cierta distancia el rostro de algunas personas, ni observar de lejos el amanecer, las cosas se me vuelven cada vez más borrosas, y todo a mi alrededor parece tan confuso – afirmó Paula, triste y preocupada por lo que le ocurría.
– Bueno, para esto hay solución, te formularé unos lentes de acuerdo a tu problema, para que los utilices permanentemente, y esto te ayudará a ver mejor.
– Sí, se me dificulta mucho hacerlo.- afirmó Paula
– Te sientes muy mal por esto, verdad ?- dijo el doctor
– Sí, lo que más me afecta es que no puedo distinguir a cierta distancia el rostro de algunas personas, ni observar de lejos el amanecer, las cosas se me vuelven cada vez más borrosas, y todo a mi alrededor parece tan confuso – afirmó Paula, triste y preocupada por lo que le ocurría.
– Bueno, para esto hay solución, te formularé unos lentes de acuerdo a tu problema, para que los utilices permanentemente, y esto te ayudará a ver mejor.
Pasados
unos días, Paula, volvió nuevamente donde el doctor para reclamar sus lentes
nuevos, y al colocárselos miró sorprendida por la ventana de aquel consultorio.
– Oh, qué maravilloso!, por fin puedo ver !
– Oh, qué maravilloso!, por fin puedo ver !
El
doctor orgulloso por la labor cumplida, le pregunto:
– Qué observas Paula ?
– Veo todas las cosas como son realmente, puedo distinguir el rostro de las personas, veo los bellos colores de las flores, puedo leer a largas distancias, pero lo que más me gusta es que puedo ver más claro mi horizonte y ya no es confuso como antes.
– Qué observas Paula ?
– Veo todas las cosas como son realmente, puedo distinguir el rostro de las personas, veo los bellos colores de las flores, puedo leer a largas distancias, pero lo que más me gusta es que puedo ver más claro mi horizonte y ya no es confuso como antes.
Así como
Paula habemos muchos que tenemos enfermos los ojos del alma, del corazón, tal
vez con el mismo diagnóstico de la “miopía espiritual”, la cual nos ciega, y no nos
permite ver mas allá de nuestros problemas y dificultades.
Por
eso, el mejor médico del alma es Dios, que con su amor y
su paciencia, nos da la bendición de su espíritu y una nueva forma de ver las
cosas.
Si tu
horizonte lo ves opaco por las desesperanzas ocurridas, si las personas te
defraudan porque no puedes distinguir sus verdaderas intenciones, si pareciera
que no vieras el peligro que hay a tu alrededor, si todo es tan confuso, si no
miras el futuro con optimismo y tenacidad, si no sabes quién eres ó cuánto
vales y por eso no distingues la luz que hay dentro de ti, por lo borroso que
están tus ojos de llorar y de sufrir por los fracasos, entrega tu vida a Jesús
, el mejor médico que puede darle “lentes a tu
alma”
Autor : Julie Pauline Escorcia, Colombia
Apoc
3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres
oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte,
y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio,
para que veas.
Reflexiones – Renuevo.net
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