El 6 de julio es la fiesta de Santa María Goretti,
la niña de once años que fue asesinada de 14 puñaladas por resistirse a una
violación y que antes de morir perdonó a su asesino; el Papa Pío XII la definió
como “pequeña y dulce mártir de la pureza”.
María nació en 1890, en Corinaldo, provincia de Ancona, Italia. Fue hija
de Luigi Goretti y Assunta Carlini, siendo la tercera de siete hijos. Al día
siguiente de su nacimiento fue bautizada y consagrada a la Virgen.
Su familia era pobre de bienes terrenales, pero rica en fe y virtudes
que se cultivaban con la oración en común, el rezo diario del Santo Rosario, la
comunión y Misa dominical.
Cuando sólo tenía 11 años, fue apuñalada por Alessandro Serenelli al
resistirse a ser violada. Fue llevada al hospital y antes de morir alcanzó a
recibir la comunión y la Unción de los enfermos. Partió a la casa del Padre el
6 de julio de 1902.
Cuando Alessandro salió de la cárcel, fue a buscar a la madre de María,
quien lo perdonó.
San Juan Pablo II en el 2003 resaltó que “Marietta,
como era llamada familiarmente, recuerda a la juventud del tercer milenio que
la auténtica felicidad exige valentía y espíritu de sacrificio, rechazo de todo
compromiso con el mal y disponibilidad para pagar con el propio sacrificio,
incluso con la muerte, la fidelidad a Dios y a sus mandamientos”.
“Hoy se exalta con frecuencia el placer, el
egoísmo, o incluso la inmoralidad, en nombre de falsos ideales de libertad y
felicidad. Es necesario reafirmar con claridad que la pureza del corazón y del
cuerpo debe ser defendida, pues la castidad "custodia" el amor
auténtico”, añadió.
Redacción ACI
Prensa
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