Una senadora de los verdes le
dijo que no podía opinar por ser hombre
Tras ser
criticado por su religión católica y que se le dijera que nunca entendería el
aborto porque es un asunto de mujeres, el senador australiano Barry O'Sullivan
se declaró mujer ante el parlamento para que poder hablar precisamente sobre el
aborto.
(Catholic Herald/InfoCatólica) «Voy a afirmar
hoy, porque puedo, que mi género es
mujer, y así ya no podrán atacarme», dijo O’Sullivan al resto de senadores la semana pasada.
El senador aseguró estar cansado de la actitud «vomitiva» y «vitriólica» de
sus colegas de extrema izquierda cada vez que intenta plantear «cuestiones relacionadas con valores sólidos».
A principios de esa semana,
O’Sullivan, de religión católica, presentó una moción para que los manifestantes a favor del aborto fueran expulsados
de los eventos anuales pro-vida del Día del niño por nacer. Esto llevó
a Larissa Waters, del partido de los
Verdes australianos, a decir que O’Sullivan nunca entendería el aborto
al ser un problema de las mujeres.
«El senador O’Sullivan necesita quitar sus
manos y sus rosarios de mis ovarios y de los de las 10,000 mujeres de
Queensland que se realizan un aborto cada año», dijo Waters.
Más tarde, cumplió con la solicitud de retirar su
comentario por el hecho de que atacó la religión de O'Sullivan.
«No se puede decir la palabra aborto sin ser
atacado...», dijo O’Sullivan. «Estas personas vienen y me atacan por mi religión... usando palabras como rosarios,
porque tuve la audacia de plantear objeciones
a los abortos tardíos, cuando los bebés que están a solo minutos de recibir un
golpe en el culo y un nombre, están siendo abortados gracias a las
políticas de los Verdes de Australia», dijo.
«Así que no me
quedaré en silencio. No me quedaré en
silencio mientras estas personas intenten seguir marginando las
políticas e ideas que queremos seguir discutiendo para esta nación», continuó.
O'Sullivan dijo que cree que muchas de las cuestiones de «valores» que plantea, incluidas las
posiciones pro-vida, reflejan los valores
de una «mayoría cada vez más silenciosa» de
los australianos, que tienen miedo de hablar por temor a ser atacados.
por sus creencias.
«He tocado
asuntos sensibles, reflejando los puntos de vista de muchas personas en nuestra
sociedad, solo para que se me niegue el
derecho a hacerlo», dijo justo antes de declarar que
su género es mujer como forma irónica para reclamar su derecho a opinar.
La ley australiana aprueba que para que se produzca el cambio de sexo basta el
deseo de la persona.
«Es despreciable el comportamiento de estas
personas, que vengan aquí con la libertad que tienen, y ese
vómito, ese vitriolo que sale de sus bocas, debe ser denunciado», agregó.
La declaración de intercambio
de género de la senadora provocó comentarios sobre todo de ridículo y desdén en
las redes sociales. También lanzó un extenso debate en Wikipedia sobre si
cambiar los pronombres en la web de O’Sullivan de «él»
a «ella».
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