Los
primeros robots que no eran más que mecanismos que hacían tareas rutinarias.
Cómo el de San Didacus y San Alberto Magno, creados dentro del catolicismo.
Pero desde ese momento hasta ahora la robótica ha crecido rápidamente. Y se le
ha ido incorporando lo que se llama Inteligencia Artificial. O sea la capacidad
de prever nuevos escenarios e innovar sus comportamientos.
La inteligencia artificial hoy se está
incorporando rápidamente en el hogar y en los lugares de trabajo.
Y basta
pensar en el desarrollo de los
smartphones para darse cuenta de la rapidez con que está creciendo.
Eso está creando una revolución laboral, porque la
máquina inteligente está haciendo obsoletos gran cantidad de trabajos.
Piensa por
ejemplo piensa en la sustitución de los cajeros
en los supermercados. O la sustitución de conductores en autos, que es una nueva tecnología que se está
desarrollando. Y mucho antes en los robots
de armado en plantas industriales, por ejemplo de la industria
automotriz. Pero también hay un lado positivo a través de la utilización de robots para diagnosticar enfermedades, hacer
cirugías, etc.
Sin embargo, en contraposición, las grandes
potencias están desarrollando soldados robots con Inteligencia Artificial.
Y sobrevuela el peligro de que el hombre pierda el
control de las inteligencias artificiales que diseñe.
Esta temática es especialmente recordada en el 2018
cuando se cumplen 50 años de la película 2001 Odisea del Espacio.
Y 200 años de la publicación del libro sobre el
Monstruo de Frankenstein. Lo que nos lleva a pensar si el desarrollo de
la Inteligencia Artificial está sometido
a una discusión ética pública. Y la respuesta es claramente que no. Porque por
un lado están los creadores de Inteligencia Artificial que provienen de la
tecnología, a quienes el campo de la ética les es ajeno, incluso
actitudinalmente. Y por otro lado están
los filósofos e incluso las religiones que se preocupan por el tema
moral, pero no tienen acceso a los tecnólogos porque no hay diálogo fructífero
entre estos dos mundos. Se puede
discutir mucho sobre la robótica, y pedir que los sistemas de Inteligencia
Artificial de alguna manera prioricen la seguridad humana por encima de las
tareas que se le asignan. Y además que
dependan de la moralidad humana. Pero si ese no es una preocupación relevante
de quienes crean la Inteligencia artificial y no hay un control eficaz
-político y en los hechos – de parte de las autoridades de los gobiernos,
difícilmente haya colaboración completa entre tecnólogos y éticos. Hoy la Inteligencia artificial no necesita
grandes estructuras para desarrollarse de modo que se puede desarrollar
fuera de la vista pública. De modo que es difícil de detectar hasta que está activa.
PREOCUPACIÓN
DE LA IGLESIA Y DEL PAPA FRANCISCO
La iglesia y el Papa Francisco han pedido que tanto
la Inteligencia Artificial como los robots operen para el bien de la humanidad,
y su desarrollo y uso se controle adecuadamente.
En enero de
2018 el Papa Francisco envió al Foro
Económico Mundial de Davos el siguiente mensaje: La inteligencia artificial, la robótica y otras
innovaciones tecnológicas deben emplearse de manera que contribuyan al servicio
de la humanidad y a la protección de nuestro hogar común, en lugar de lo
contrario, como desafortunadamente algunas evaluaciones prevén.
Un año antes
el Vaticano había quedado preocupado por el anuncio chino de clonación un mamífero completamente por primera vez.
A lo cual Monseñor Vincenzo Paglia, Presidente de la Academia Pontificia Para
la Vida, había dicho: Siempre debemos considerar
los efectos de nuestras intervenciones en el ecosistema y sopesar el riesgo de cometer errores en el
manejo de nuevos conocimientos, que en el futuro pueden llevarnos a
intervenciones en el cuerpo humano.
Además la
iglesia desde hace años está haciendo conferencias y simposios sobre la
Inteligencia artificial y la ética en este campo. Y trata de advertir las consecuencias – no vistas en primer momento
-, que podría llegar a tener para la humanidad el desarrollo descontrolado de
la Inteligencia Artificial.
SUS
EFECTOS EN LA FUERZA DE TRABAJO
En el 2016 se hizo un
estudio que estimó que la Inteligencia artificial y la automatización iba a
reemplazar el 85% de los puestos laborales en Etiopía, el 77% en China, el 72%
en Tailandia, el 69% en la India, el 65% en Argentina, el 47% en Estados
Unidos… Esta enorme cantidad de
desplazados implicará mayor concentración de la riqueza.
Y que grandes masas de la clase media y clase baja
pierdan sus empleos, sin haber generado suficientes habilidades laborales como
para reinsertarse laboralmente.
De modo que
se crearía una crisis humanitaria.
Lo que de hecho conllevaría a una inestabilidad
de la sociedad en términos políticos y económicos. Pero además, en la
medida que la Inteligencia artificial está produciendo máquinas que producen
otras máquinas, es probable que el
salario de los que conserven supuestos de trabajo también tienda a bajar. Lo
que haría un más crítica la crisis.
LA
INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LAS ARMAS
Hoy las grandes potencias están empeñadas en
desarrollar armas autónomas, con el modelo de la película Terminator.
No estamos hablando de drones que son manejados a distancia por seres humanos. Sino de armas autónomas cuyo propio
software prevé que hacer en cada situación. Las ventajas desde el punto de
vista bélico que tiene estas armas son enormes, no sólo por su rapidez y precisión. Sino porque elimina el factor emocional y de cansancio
de los soldados y las decisiones se toman mucho más técnicamente. Y además serían más discretas que los soldados o que
las armas convencionales para asesinatos, control de disturbios y para
seleccionar a quién eliminar dentro de una masa de gente. Pero estas armas
tienen otros peligros. Uno de ellos es la
propia moralidad con la que trabajan y toman las decisiones. ¿Quién la decide? ¿Cómo se toman? Otro peligro es que caigan en manos de
terroristas, lo cual no es nada improbable, y se pierda totalmente el
control legal. Y finalmente que estás armas autónomas se rebelen contra su diseñador.
El
arzobispo Silvano Tomasi dijo al respecto en las Naciones Unidas: La tecnología
tiene muchos usos beneficiosos e incluso la idea de que una nación mantenga a
sus soldados fuera de peligro es digna de alabanza. Pero cuando las naciones están usando … tecnología para atacar y matar a
los seres humanos, están obligados a sopesar las decisiones de una manera que
solo un ser humano puede.
Este año
parece que será de mucho movimiento respecto a la Inteligencia Artificial,
porque se cumplen dos aniversarios paradigmáticos.
GRANDES
ANTECEDENTES ESTE AÑO
Que trata la
historia de un computador llamado HAL
que sostiene la vida en una nave espacial. En determinado momento esta
Inteligencia Artificial se siente en
peligro y decide aniquilar a los seres humanos. Y como tenía el control
de todo le fue relativamente fácil. Varios años después una persona que trabajo
en la producción de la película, un tal IJ Good, dijo en 2015 que: Los robots sociópatas podrían
invadir la raza humana en una generación.
Pero lo
interesante es cómo cambió de opinión,
porque en 1965 habría escrito un artículo que decía: La supervivencia del hombre depende la
construcción temprana de una máquina ultra inteligente.
Y 50 años
después propuso cambiar la palabra
supervivencia por extinción. Porque llegó a la conclusión de que no podemos evitar que las máquinas se hagan
cargo.
También en el 2018 se cumple el 200 aniversario de
la publicación del Monstruo de
Frankenstein, de Mary Shelley.
El monstruo
que ya se llama Frankenstein, nombre que en realidad era su diseñador, se ha convertido
en un icono mundial. Se han hecho
innumerables películas y series sobre él, pintándolo desde un punto de
vista de terror hasta desde el punto de vista humano y romántico. Pero se ha hablado poco de los aspectos éticos y
morales de este monstruo, creado con distintas partes humanas. En este
caso también se muestra la rebelión de
la criatura, como consecuencia que su diseñador no lo considera como una
persona. De modo que ambos
aniversarios, el de Odisea del Espacio y Frankenstein, se nos muestran el
peligro de que la civilización humana pueda perder el control de la
Inteligencia Artificial que ha creado.
LA
POSIBLE PÉRDIDA DE CONTROL HUMANO
Hoy estamos
en una etapa en que se está dando una explosión de la Inteligencia Artificial,
porque máquinas inteligentes están
creando otras máquinas inteligentes.
Y no sólo la inteligencia del hombre está quedando
atrás, sino que el control del hombre está siendo mediado por las máquinas, con
consecuencias impredecibles.
Esto es lo
que ha llevado al multimillonario Elon Musk, CEO de Tesla y
SpaceX a alertar sobre que la Inteligencia Artificial podría crear un dictador inmortal que gobierne el mundo y del cual los
humanos nunca podrían escapar. Porque esa Inteligencia Artificial sería inmortal por definición y estaría fuera
de control por parte de los programadores. Esta Inteligencia artificial
que dominaría el mundo no tiene por qué tener sentimientos malos, sino simplemente haber evaluado que la humanidad
debe vivir en determinadas condiciones o que la tiene que destruir porque está
entorpeciendo su objetivo. El cita casos como por ejemplo que la máquina
DeepMind de
Google derrotó al campeón mundial de Go en el 2016 y antes Deep Blue
de IBM había derrotado al campeón de ajedrez Gary Kasparov en 1997. Y evaluó
que DeepMind puede ganar a un hombre en
cualquier juego. Estos progresos en Inteligencia Artificial nos ponen
cada vez más cerca de una máquina totalmente autónoma y de sus peligros.
LA
ÉTICA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
No sólo Elon Musk está preocupado por un escenario apocalíptico, sino también lo estuvo
Stephen Hawking, lo está Bill Gates y el Papa Francisco ha hablado con
preocupación de las implicaciones éticas de la Inteligencia Artificial. Y entonces llegamos a la roboética, que tiene dos
vertientes.
Una es la forma en que la humanidad usa a los
robots.
Y la otra es la ética de la máquina, referida al
comportamiento de los robots en términos morales, que implica también sus
derechos.
Hasta ahora se ha operado con el criterio que los robots no tienen la
capacidad de tomar decisiones autónomas, más allá de la que directamente les graba el programador. Pero esto está dejando de ser cierto en la
medida que máquinas crean otras máquinas. Por eso el Instituto Británico de
Estándares creo pautas
para ayudar a los diseñadores a crear robots éticamente sólidos. Sin
embargo alguna estas pautas se chocan
con el uso de robots como armas de guerra. Porque si decimos que los robots no deben diseñarse
principalmente para matar o dañar a seres humanos, entonces puede crear
un conflicto con lo que están haciendo robots soldados. También hay una
discusión sobre si un robot puede ser
responsable de una acción y si es posible atribuirle personalidad y derechos
personales. Esto está sobre la mesa, porque recientemente Hanson Robotics creo un robot llamado Sofía, que obtuvo la
ciudadanía de Arabia Saudita. Lo cual ha creado no sólo discusiones éticas sino también legales,
porque esta Sofía tiene privilegios que otros seres humanos no tienen, por
ejemplo derecho a la ciudadanía y no usar hijab. Por lo que vemos estamos lejos del arte que creo los primeros robots
católicos como San didacus y San Alberto Magno, de los cuales la Iglesia
Católica fue pionera.
EL
ROBOT DEL SANTO DIDACUS (1580 dC)
El rey Felipe II de
España tenía un robot de San Didacus (13 de noviembre) con el fin de conmemorar
la curación de su hijo Don Carlos a través de la intercesión de San Didacus. San Didacus
es también conocido como san Diego de Alcalá. En resumen Don Carlos cayó por las escaleras
y su cabeza se hinchó como una calabaza. Quedó ciego y perdió el conocimiento. Andrea
Vesalio y otros ocho colegas se encargaban del tratamiento, mientras se
realizaban decenas de juntas médicas. Ante la gravedad del paciente, se pidió ayuda a los monjes.
Un grupo de ellos apareció con el cadáver
incorrupto de Didacus, un fraile fallecido un siglo antes en Alcalá de Henares.
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Que fue colocado en la cama al lado del príncipe moribundo.
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Que fue colocado en la cama al lado del príncipe moribundo.
Los médicos por su lado siguieron un procedimiento recomendado por don Bartolomé
Hidalgo de Agüero, que evitaba el pus llamado “loable”
y buscaba la debridaciòn y limpieza de la herida. Se inició también una
trepanación que en buena hora fue suspendida y el herido comenzó su mejoría. Luego también se retiró la
momia que había logrado el agradecimiento del poderoso monarca de El Escorial,
quien logró la canonización de San
Didacus; este santo es mejor conocido como San Diego. La curación del controvertido don Carlos,
quien finalmente moriría joven, a los 23 años de edad, es narrada por Adolfo De
Francisco en su muy documentado libro “Sobre
Ideas de Vida y Muerte”.
El Robot de Felipe II es una versión de pie de San
Didacus.
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Las piernas no existen se ocultan bajo el hábito y los pies están automatizados.
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La boca se mueve. Y también se golpea el pecho estilo “mea culpa”.
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Las piernas no existen se ocultan bajo el hábito y los pies están automatizados.
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La boca se mueve. Y también se golpea el pecho estilo “mea culpa”.
Es misterioso y fascinante. El robot Didacus ahora se conserva en
el Smithsonian.
CABEZA
DEL LEGENDARIO SAN ALBERTO EL GRANDE QUE HABLA
Hay
una extraña leyenda medieval sobre
San Alberto Magno
(su fiesta es el día 15 de noviembre).
Al gran Alberto Magno se le han atribuido
a lo largo de la historia multitud de obras tanto de carácter mágico como de
creación de seres artificiales.
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En concreto dos, una de las llamadas “cabezas parlantes” y de un autómata de hierro que le servía como mayordomo.
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El robot, en el que trabajó treinta años de su vida, era capaz de andar, abrir la puerta y saludar a los visitantes.
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Aunque otros autores afirman que además podía hacer más tareas caseras.
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En concreto dos, una de las llamadas “cabezas parlantes” y de un autómata de hierro que le servía como mayordomo.
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El robot, en el que trabajó treinta años de su vida, era capaz de andar, abrir la puerta y saludar a los visitantes.
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Aunque otros autores afirman que además podía hacer más tareas caseras.
Se ha dicho
y escrito que el famoso hombre
artificial, construido por el propio Alberto Magno con sus conocimientos
adquiridos vaya uno a saber en qué libros, abría la puerta de su celda cuando alguien llegaba a ella, y conversaba y
daba razón al visitante. A este mecanismo autónomo lo llamó “androide”, que es un término
mencionado por primera vez por Alberto Magno en 1270 (diez años
antes de su fallecimiento) y popularizado por el autor francés Auguste Villiers en
su novela de 1886 L’Ève future. Etimológicamente “androide”
se refiere a los robots
humanoides de fisonomía masculina. ¿Dónde
obtuvo Alberto Magno los conocimientos necesarios para construir un autómata? Si
hablamos de avances científicos, existió en esa época un contemporáneo, en el
mundo árabe, ya fallecido probablemente en el 1220, llamado Al-Jazari, uno de los
más grandes ingenieros de la historia. Era todo un erudito,
artista, astrónomo, inventor e ingeniero mecánico. Es el inventor del cigüeñal y los primeros relojes mecánicos movidos
por pesos y agua. Entre otros muchos inventos de control automático,
estuvo también muy interesado en la figura del autómata creando una obra del
mismo nombre (también llamada El libro del
conocimiento de los ingeniosos mecanismos) y considerada una de las
más importantes sobre historia de la tecnología. Autómata Papamoscas de Burgos.
Dentro de esta vertiente cabe destacar su complejo reloj elefante, animado por seres humanos y animales mecánicos
que se movían y marcaban las horas o un autómata con forma humana que servía
distintos tipos de bebidas. Aunque se suele creer que la primera cabeza
mecánica parlante fue construida por Alberto el Grande o San Alberto
Magno, como también algunos le atribuyen la construcción de un autómata humano, un verdadero androide que andaba
y hablaba, es posible que no fuera el primero, ni tampoco el
inventor de la cabeza parlante. Pudo
heredar ese conocimiento de otros que lo precedieron. Dentro de los
autómatas hay un grupo que ha tenido una gran difusión a lo largo de la
historia, las cabezas parlantes,
aparatos o seres que se creían entre la mecánica y la magia que hablaban,
aconsejaban a sus dueños o predecían el futuro. La leyenda y el mito han influido mucho en este tipo de mecanismos
encontrándose las primeras versiones en antiguos cuentos árabes. Uno de los
ejemplos más famosos es la misteriosa
cabeza con forma de hombre que poseía el franciscano Roger
Bacon (1214-1294), contemporáneo de Alberto Magno. Bacon, junto al fraile Bungay tardaron siete años en
construir una cabeza de bronce que pudiese hablar. Lo hicieron leyendo
ciertos libros antiguos que cayeron en sus manos. También crearon un autómata de hierro que habló pero al poco tiempo se
autodestruyó. Respecto a la cabeza mecánica de Bacon estaba hecha
de latón y podía responder a preguntas
sobre el futuro. La de Alberto Magno con forma de mujer, respondía también
sobre el futuro. Curiosamente, unos doscientos años antes que
Alberto Magno, el papa Silvestre II (938-1003),
cuyo nombre antes de ser religioso era Gerbert, y fue un científico de su
época, construyó una cabeza parlante de bronce que respondía sí o no a las
preguntas que se le hacían. Cuentan las crónicas que Silvestre II,
encargó a Mohamed Ibn Umail -un alquimista vecino de Barcelona
conocido como Lupito- para que le vaticinara el futuro de su pontificado. Algunos
dicen que Mohamed sería el creador de la cabeza y no Silvestre II. ¿Sería tal vez la cabeza parlante de Silvestre II,
la misma que poseería años después Alberto Magno? ¿O se trataba de dos máquinas
diferentes? Tal vez la cabeza
parlante de Alberto Magno era la que inventó en el siglo XII Robert Grosseteste
(o Greathead), obispo de Lincoln (1175-1253) que trabajó 7 años
para construir una cabeza parlante de bronce. En cualquier caso, es
curioso que la mayoría de ellas ¡hablaban! Y
el robot de Alberto Magno ¡también hablaba y
realizaba múltiples tareas! ¡Santos
Didacus y Alberto Magno, rueguen por nosotros!
ROBOT
ALEMÁN DE UN MONJE ORANDO
Otra temprana automatización relacionada con personajes religiosos
católicos se muestra en los museos
alemanes. Es un ser humano tiene muy pocos equivalentes comparables.
Puede hacer una variedad de movimientos periódicos.
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Los pies imitan una secuencia de pasos (donde en realidad la está rodando sobre ruedas), los brazos de mueven al igual que la cabeza.
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Los pies imitan una secuencia de pasos (donde en realidad la está rodando sobre ruedas), los brazos de mueven al igual que la cabeza.
Especialmente
notable y sorprendente teniendo en cuenta la edad de la figura es el movimiento adicional de la boca y los ojos. Para
poder entender los complicados mecanismos del movimiento – sin destruir la
figura – los investigadores trabajaron con un sistema de rayos X.
Fuentes:
- https://www.crisismagazine.com/2018/pope-francis-rise-robots
- http://www.wnd.com/2018/04/elon-musk-immortal-evil-superintelligence-could-rule-world/
- http://www.catholicstand.com/wisdom-guiding-development-artificial-intelligence/
- http://www.catholicstand.com/wisdom-guiding-development-artificial-intelligence/
- http://www.vaticannews.va/en/world/news/2018-01/pope-francis-ethical-issues-artificial-intelligence.html
- http://www.blackbird.vcu.edu/v1n1/nonfiction/king_e/prayer_introduction.htm
- http://taylormarshall.com/2013/11/have-you-heard-of-the-catholic-robots.html
- http://www.churchpop.com/2014/08/28/watch-a-catholic-saint-robot-from-the-16th-century/
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María
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