Algo realmente interesante es que
podríamos haber desarrollado toda una teología acerca de lo que sería un ser
condenado al sufrimiento toda la eternidad, aunque de hecho no fuera a existir
nunca un ser en esa situación.
La mera razón podría haber descubierto
que existía esa posibilidad y podría haber profundizado en cómo sería existir
en ese estado.
En ese sentido, incluso un ateo podría haber construido toda una
teología de la condenación eterna usando la razón para edificar sobre los
cimientos de la Sagrada Escritura. Porque, ciertamente, sin la Biblia sí que
hubiera sido muy difícil que las mentes hubieran llegado a levantar una
teología de este tipo que llegase muy lejos. Podrían haber descubierto el
concepto de condenación y haber dado una serie de pasos más allá. Pero una vez
que quisiesen profundizar más, ya se iría haciendo progresivamente más difícil.
P.
FORTEA
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