VATICANO, 16 Ago. 15 / 09:35 am (ACI/EWTN
Noticias).-Al presidir hoy el rezo del Ángelus ante la multitud de
fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco
reflexionó sobre el significado de “comer la carne y beber la sangre de Jesús”,
y aseguró que el Cielo
comienza en la Eucaristía.
El Santo Padre explicó que “vivir
en comunión real con Jesús sobre esta tierra nos hace ya pasar de la muerte a
la vida. El cielo comienza
precisamente en esta comunión con Jesús”.
“En estos domingos la Liturgia
nos está proponiendo, del Evangelio de Juan, el discurso de Jesús sobre el Pan
de Vida, que es Él mismo y que es también el sacramento de la Eucaristía” dijo,
y señaló que el pasaje de hoy “presenta la última parte de ese discurso, y hace
referencia a algunos entre la gente que se escandalizan porque Jesús dice: ‘El
que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el
último día’”.
El Papa destacó que “el estupor
de los que lo escuchan es comprensible”. “Ante todo preguntas: ¿qué significa
‘comer la carne y beber la sangre’ de Jesús?, ¿es solo una imagen, una forma de
decir, un símbolo, o indica algo real?”, indicó.
Francisco destacó que “sabiendo
que deberá morir sobre la cruz por nosotros, Jesús
se identifica con aquel pan partido y compartido, y eso se convierte para Él en
el ‘signo’ del Sacrificio que lo espera. Este proceso tiene su culmen en la
Última Cena, donde el pan y el vino se transforman realmente en su Cuerpo y en
su Sangre”.
“Es la Eucaristía, que Jesús nos
deja con una finalidad precisa: que nosotros podamos convertirnos en una sola
una cosa con Él”.
Francisco lamentó que “a veces,
con respecto a la santa Misa,
se siente esta objeción: ‘¿Para qué sirve la Misa? Yo voy a la iglesia cuando tengo
ganas, y rezo mejor solo’”.
Ante esto, el Santo Padre
respondió que “la Eucaristía no es una oración privada o una bella experiencia
espiritual, no es una simple conmemoración de aquello que Jesús ha hecho en la
Última Cena”.
“Decimos, para entender bien, que
la Eucaristía es ‘memorial’, o sea un gesto que actualiza y hace presente el
evento de la muerte y resurrección de Jesús: el pan es realmente su Cuerpo
ofrecido por nosotros, el vino es realmente su Sangre derramada por nosotros”.
El Papa subrayó que “la
Eucaristía es Jesús mismo que se dona totalmente a nosotros. Nutrirnos de Él y
vivir en Él mediante la Comunión eucarística, si lo hacemos con fe, transforma
nuestra vida, la transforma en un don a Dios y en un don a los hermanos”.
“Nutrirnos de aquel ‘Pan de vida’
significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones,
sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor
y convertirnos en personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de
compartir solidario. Lo mismo que Jesús ha hecho”.
Al finalizar, el Santo Padre
señaló que “en el Cielo ya nos espera María nuestra Madre – ayer hemos
celebrado este misterio. Ella nos obtenga la gracia de nutrirnos de Jesús, Pan
de Vida, siempre con fe”.
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