Qué horror. He estado viendo un
vídeo de gente muriendo poco después de sacarse un selfie. Os lo aseguro, no
pienso sacarme ni un solo selfie en lo alto de un acantilado ni subido a la
antena de un rascacielos.
Otro murió en el interior de una
esfera hinchable; un compañero no pudo agarrarla en el lugar determinado del
camino. Otro joven murió por hacerse una foto subido al pomo de la puerta del
aseo de su casa. Se mató de un golpe con el inodoro del baño.
Sólo me pienso hacer fotos en el interior de las iglesias con los dos
pies firmemente asentados sobre un suelo seguro y con mi cuerpo bien recubierto
de sotana, alba y casulla que amortiguen cualquier caída en el suelo.
P.
FORTEA
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